El resultado del Cádiz-Deportivo

Sin gol ante una roca (0-0)

  • El Cádiz se estrella contra la férrea defensa del Dépor en un duelo resuelto con un justo reparto de puntos

Alberto Perea sufre una dura entrada de un jugador del Deportivo.

Alberto Perea sufre una dura entrada de un jugador del Deportivo. / Julio González

El Cádiz CF se estrelló contra la poblada y efectiva defensa del Deportivo de la Coruña. Lo intentó de todas las formas posibles pero no fue capaz de quedarse con los tres puntos en un duelo sin goles. Pocas veces habrá tenido tanta posesión de balón, eso sí, sin armas suficientes para sacar provecho.

El cuadro gallego jugó como suele hacerlo el Cádiz y obligó a los amarillos a hacer lo que no quieren, que es llevar la iniciativa en el juego. Y cuando eso sucede, llegan los problemas en ataque. En cualquier caso, un punto más, fruto de un justo empate, para llegar a 16 en siete jornadas, que no está mal.

Volvió al plan A con el debutante Franco a la izquierda en la defensa como invitado especial. Hasta ocho variaciones en el once en el regreso al hogar del Carranza de un equipo que arrancó con energía, como si quisiera borrar de un plumazo las malas sensaciones que se trajo de Alcorcón.

Los de casa no quisieron contagiarse del ritmo lento que trataron de imponer los gallegos de la mano de Gaku Shibasaki. Apenas diez minutos tardaron en llegar con verdadero peligro cuando una internada made in Alberto Perea acabó en un saque de esquina que propició una ocasión de oro. El cabezazo de Juan Cala parecía que se iba a traducir en gol pero Dani Giménez, en modo salvador, se interpuso con brillantez para mantener el marcador intacto.

El juego de los locales destilaba frescura en los compases iniciales. El balón circulaba con rapidez, con Salvi y Perea muy activos y Álex Fernández un día más como director de orquesta en constante búsqueda del esférico.

La impresión de debilidad que los gallegos transmitieron en la zona trasera, al menos en los primeros coletazos, contrastó con su calidad arriba. En el minuto 20, el recién renovado Alberto Cifuentes evitó el 0-1 con una meritoria intervención tras un zurdazo de Borja Galán junto a un poste. El extremo blanquiazul fue el arma más potente del Dépor en los 45 minutos iniciales.

Los de Juan Antonio Anquela extremaron las precauciones y frenaron las transiciones de los gaditanos, que se volcaron más por la derecha. Desbordó Salvi con frecuencia pero sin llegar a atinar en los centros.

Las defensas de los dos ambos bandos acrecentaron su influencia y las llegadas a las áreas escasearon. Sí se presentó hasta los dominios cadistas Shibasaki (en el 33) con un latigazo que se escapó por encima del larguero en la misma jugada en la que Cala cometió un claro penalti por agarrar a Christian Santos. Ni el árbitro ni el VAR quisieron saber nada del clamoroso error del sevillano, impropio de su experiencia.

El Dépor fue creciendo en la recta final del primer acto y los de Álvaro Cervera ya no se sintieron tan cómodos cuando dejaron de hallar espacios. Se pasó de un prometedor comienzo a un partido aburrido.

El trayecto hasta el intermedio se convirtió en un quiero y no puedo, con un visitante guarecido en torno a su área que exhibió la seguridad que no había mostrado antes.

La explosividad del comienzo fue puro artificio. La realidad del partido fue un Cádiz de más a menos que no aprovechó los momentos de debilidad del adversario y el descanso irrumpió con el Deportivo más entonado que no dejó el más mínimo resquicio en la parcela defensiva.

Poco cambió en la segunda mitad. Los inquilinos del Carranza se vieron obligados a llevar la iniciativa porque el Dépor renunció al balón. El Cádiz sufre de lo lindo frente a un rival encerrado y lo demostró por enésima vez.

No dio con la tecla para asaltar el área contraria salvo apariciones esporádicas, como la de Salvi en el 52 con un inocente tiro desde la frontal que acabó con el balón entre los brazos del cancerbero.

Insistieron sin tregua los amarillos. Por una banda y otra. Con Salvi y Perea, los laterales desdoblados y las irrupciones de Álex.

El asedio fue a más por todos lados y casi llegó el 1-0 tras un córner al filo de la hora de partido. Iza Carcelén cazó el cuero en la frontal y su derechazo se escapó a escasos centímetros de un poste tras rebotar en Shibasaki.

No había margen para las ocasiones. Cuando el balón llegaba al área lo esperaba un enjambre de jugadores blanquiazules y casi sin rematadores.

El duelo caminaba sin remedio hacia el empate a cero y Cervera agitó la coctelera con Caye Quinata e Iván Alejo para dar el último empujón. Lo intentó el extremo nada más entrar con un disparo lejano que no sorprendió a Dani Giménez (en el 70).

Los cambios derivaron en movimientos sobre el césped. Álex pasó a mediocentro, Salvi a la izquierda y Perea como mediapunta. Nada alteró la férrea muralla gallega.

Los tiros desde fuera del área y las jugadas a balón parado quedaron como únicos recursos de urgencia para unos y otros. Aketxe firmó su primer lanzamiento en el 77 con una falta pegada al área por mano de Marcos Mauro (el VAR decretó que no fue dentro del área) que desbarató la defensa.

El Dépor despertó en los últimos minutos y de hecho Jovanovic tuvo el 0-1 en sus botas (en el 79), pero falló solo delante de Cifuentes perdonó y tiró fuera con todo a su favor.

Persistieron los locales hasta el pitido final con más corazón que cabeza, con dos cabezazos peligrosos en acciones de estrategia que no encontraron puerta. En el 90 tuvo el gol Caye con testarazo que se perdió. Réplico Aketxe con uno de sus misiles conocidos que Cifuentes resolvió con apuros. Y después remató Cala tras un nuevo córner. Alto. el tiempo de prolongación se convirtió en una locura pero sin goles.

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