La enfermería del Cádiz, que durante el mes de diciembre llegó a estar repleta, con prácticamente una tercera parte de los profesionales que conforman la plantilla en el dique seco, empieza a despejarse, aunque aún quedan futbolistas que continúan con su proceso de recuperación.

Así, en el entrenamiento de este lunes pudo comprobarse que, al margen de Juan Cala, Sergio Sánchez y Nano Mesa, quienes ya se ejercitan con normalidad junto al resto de compañeros, otros tres siguen sin hacerlo y por ello no parece probable que puedan llegar a tiempo para el primer compromiso liguero de 2020 y de la segunda vuelta, el próximo sábado en El Toralín ante la Ponferradina a partir de las 16:00 horas, en el que el titular de la Tacita tratará de reencontrarse con el triunfo después del chasco que supuso caer con el Numancia (2-4).

En este sentido, merece mención especial el caso del suizo Jean Pierre Rhyner, que ha empezado a tocar balón pero aún se encuentra falto de ritmo para reincorporarse al trabajo con la misma intensidad que el grupo sin condicionantes. Igualmente, otro defensa, el argentino Marcos Mauro, sigue sin ejercitarse con los demás, lo mismo que uno de los capitanes del equipo amarillo, el centrocampista roteño José Mari, enclaustrado en el gimnasio para superar la intervención del hombro izquierdo a la que fue sometido a principios de mes.

Las casi seguras bajas de los centrales pueden quedar amortiguadas con el regreso de Cala, un respiro habida cuenta que Álvaro Cervera tuvo que recurrir en los últimos choques al canterano Sergio González, pivote pese a que en sus orígenes también actuó en el eje de la zaga, para alinearlo junto a Fali.