Tangos, pasodobles y cuplés resonarán con fuerza esta tarde en todos los rincones del casco histórico de Cádiz mientras el equipo de la ciudad se batirá el cobre en el campo del San Roque de Lepe. No es, ni mucho menos, la primera vez, ni será la última, que coincida un compromiso a domicilio del cuadro gaditano en pleno festejo carnavalesco, con los jugadores allá dónde les toque defender el escudo y la afición, en la parte antigua de la Tacita, entregada con devoción a la fiesta en la calle pero muy pendiente de lo que haga el equipo de sus amores en la lejanía.

El conjunto amarillo rinde visita a la escuadra lepera (a partir de las cinco de la tarde) concienciado de la importancia que tienen los tres puntos que buscan dueño ante un rival abrigado por la inestabilidad que ha supuesto la tan reciente como sorpresiva destitución Manuel Zúñiga como entrenador.

La polémica ha marcado el ritmo de la semana en la entidad de Lepe y el Cádiz tiene la oportunidad de pescar en río revuelto y de paso proseguir una escalada en la clasificación que no quiere que sea flor de un día.

Si la ajustada victoria obtenida el pasado fin de semana en el estadio Carranza contra el Villanovense (1-0) le valió a los gaditanos para abandonar de una tacada las zonas de descenso y promoción y situarse en la decimoquinta posición, el objetivo ahora es mantener el rumbo y mirar arriba en una constante pelea contra el destino para tratar de recuperar el tiempo perdido en la primera parte del campeonato liguero.

Los amarillos han huido de un peligro que todavía acecha -sólo un punto les separa del infierno-, por lo que el objetivo del triunfo es una especie de cóctel de deseo y necesidad.

La de hoy es la enésima vez que el torneo le brinda al Cádiz la ocasión de hilvanar por fin dos triunfos seguidos, la gran asignatura pendiente desde el comienzo de curso que debe aprobar de una vez por todas para lograr ese impulso que al menos evite el sufrimiento que conlleva la lucha permanente por la permanencia en la categoría de bronce.

Una victoria otorgaría al equipo entrenado por Raúl Agné la posibilidad de remontar esta jornada algún puesto más en la tabla, además de quedarse un solo punto por debajo de su adversario más inmediato, que de esta manera se convertiría en un rival directo más de los amarillos. El reto es alejarse a una distancia kilométrica del pozo clasificatorio que aporte la tranquilidad suficiente como para competir sin la presión añadida que supone vivir al borde del abismo. Sumar de tres en tres es sinónimo de aumento de la autoestima.

La dinámica de resultados del Cádiz en 2013 es positiva, más allá de las dificultades que encuentra en la elaboración del juego. Sólo ha perdido un partido -el primero del año ante el Almería B (1-0)- y acumula cuatro encuentros consecutivos -los que se han disputado de la segunda vuelta- sin conocer la derrota, algo que no había conseguido en esta oscura temporada plagada de tropiezos.

La solidez demostrada por los pupilos de Agné es el principal aval con el que se presenta esta tarde sobre territorio lepero, donde ha caído en las dos últimas campañas por idéntico resultado de 1-0.

No será nada fácil el duelo contra el máximo goleador del grupo IV -40 tantos en 23 encuentros-, aunque las cifras revelan que se trata de un conjunto frágil en el aspecto defensivo -37 dianas en contra-. En los onubenses ya no están Álvaro González (9 goles) ni David Agudo (ocho dianas), aunque el excadista Wilson Cuero ha tomado el relevo en labores ofensivas y ya ha perforado la portería en nueve ocasiones.

No variará mucho el once que Agné disponga sobre el tapete. Aulestia, indiscutible desde la llegada del nuevo técnico el pasado mes de diciembre, ocupará un fin de semana más la portería. El cancerbero vasco estará escoltado por la línea defensiva habitual, integrada por Moke en el lateral derecho -el francés llega a tiempo pese a la contusión sufrida en un pie en el último choque-, Raúl Albentosa y Josete como centrales y Tomás en el costado izquierdo. Granell, Fall, Luque y Jorge Luque se disputan dos puestos en el centro del campo. El catalán ha sido titular desde su aterrizaje en el mercado de invierno y la entrada del cordobés desde el pitido inicial depende de si ya posee el ritmo adecuado para asumir la batuta del equipo. No se puede descartar para la media ni a Fall ni a Domingo, que ha sido titular cuando el Cádiz ha ejercido como visitante.

En ataque es donde las opciones están más abiertas, con cinco futbolistas bien posicionados para ocupar las cuatro plazas restantes en el once inicial: Juan Villar, el capitán Pablo Sánchez, Roberto Peragón, Joaquín Calderón y Carlos Álvarez. El goleador asturiano ya debutó el pasado domingo y cuenta con posibilidades de salir hoy como titular en detrimento del madrileño, que no ha demostrado estar a buen nivel en los encuentros en los que ha participado.

En principio, Belencoso no entraría en el equipo desde el principio, ni tampoco Viyuela, ya recuperado de una lesión muscular que le mantuvo apartado del grupo en los últimos dos partidos.