El Córdoba prepara plagado de bajas el partido contra el Deportivo de La Coruña. Para que el Cádiz CF tenga opciones de acceder al play-off, además de ganar necesita que el Córdoba puntúe en la última jornada.

El equipo descendido a Segunda B no tiene la más mínima motivación y está más con la mente en las vacaciones veraniegas y en el futuro de los jugadores que en el trámite que debe afrontar en Riazor.

El mediocentro Blati Touré está con su selección (Costa de Marfil); el delantero ex cadista Carrillo se ha marchado a jugar a un equipo de Israel; el medio ofensivo Álvaro Aguado ha sido traspasado al Valladolid para la próxima temporada y se ejercita en solitario; el defensa Luis Muñoz no juega el sábado por sanción; Kevin Bautista, un prometedor canterano, está apartado por indisciplina...

Pero hay más. El miércoles no se entrenaron por diversas molestias físicas Álex Quintanilla, Quezada, Chus Herrero, Jaime Romero y la perla Andrés Martín. De las Cuevas, con problemas en el pubis, y Marcos Lavín, con dolor en un tobillo, no acabaron la sesión y a tres día del partido sólo hay 16 jugadores disponibles, entre ellos algunos componentes del filial.

La señal de la nula importancia que el club verdiblanco concede al encuentro es que la expedición hará el desplazamiento a territorio gallego en autobús (ida y vuelta). Las esperanzas del Cádiz CF, tras perder ante el Extremadura, pasan por al menos un empate del Córdoba en feudo gallego. La realidad no invita al optimismo, pero en la vida, fútbol incluido, no hay nada imposible.

El Córdoba se convierte en juez de la última plaza libre del play-off aunque no está para tirar cohetes. A su hermano andaluz se encomienda el Cádiz CF.