El enorme potencial ofensivo del líder marca la diferencia

El gran mérito del Cádiz radica en saber aprovechar al máximo sus cualidades y minimizar sus debilidades. Todo ello aderezado con una sobredosis de intensidad que acaba con la resistencia de cualquier adversario que se ponga por delante en la Liga. Otra cuestión será cuando llegue la fase de ascenso, cuando tenga que jugarse las habichuelas con los mejores equipos de la categoría de bronce. El Almería B mostró buenas maneras, empujó en determinadas fases del encuentro, incluso llegó a discutir la posesión del balón, pero la persistencia del conjunto amarillo dio como fruto un resultado abultado (3-0) frente a un rival de calidad, tercero en la tabla, que había llegado al estadio Ramón de Carranza con una racha de cinco partidos seguidos sin perder.

La capacidad atacante de la escuadra gaditana le conduce sin remisión a un reinado perenne hasta el epílogo del campeonato salvo una catástrofe de proporciones gigantescas que ni siquiera cabe en la cabeza del más pesimista de los cadistas. El acierto en los metros finales fue lo que otorgó una holgada victoria a un líder que además cerró su portería pese que los jóvenes del filial almeriense hicieron sufrir a la zaga con algunas llegadas peligrosas.

No tuvo el líder la necesidad de fabricar demasiadas ocasiones para marcar tres goles que llevaron la alegría a una afición que se muestra dispuesta a apoyar al máximo para ayudar al equipo a la consecución del objetivo del ascenso.