Cádiz CF

El enfermo amarillo entra en la UVI

  • El conjunto de Espárrago ingresa en "urgencias" y se coloca penúltimo en la clasificación, a cuatro puntos de la salvación, después de haber sumado sólo dos en los cinco partidos de la segunda vuelta

Cuando Pedro Pacheco dijo en su día que la justicia es un cachondeo debió referirse a la del fútbol. Si un juez hubiera dictaminado sobre el partido del sábado en Huelva, jamás hubiera dado al Cádiz perdedor. En todo caso lo hubiera declarado culpable por dejar escapar una victoria que le hubiera dado el oxígeno que ahora le falta y que le ha llevado a ingresar en 'urgencias'. Y ya se sabe que las urgencias, como casi todo en la vida, son malas consejeras en el deporte del balompié.

Los tres puntos perdidos en Huelva hacen que el Cádiz siga bajando peldaños en la clasificación. Si la pasada jornada descendió a la antepenúltima posición, ayer se estableció en la vigésimo primera (penúltima) tras el punto que obtuvo el Real Unión de Irún, que iguala con los amarillos, a los que supera en el gol average. Estos dos equipos se verán las caras a final de marzo en el municipio vasco en un duelo que se antoja decisivo, como todos los que le restan a los de Espárrago. Sólo el Castellón, último en la tabla, está por debajo del Cádiz.

En el deporte rey, la lógica y la justicia van a su aire. "Por eso el fútbol está vigente", comentaba Víctor Espárrago tras la increíble derrota amarilla en el Nuevo Colombino. ¿Por qué perdió el Cádiz en Huelva? Nadie era capaz de encontrar una explicación medianamente coherente. Quizás porque no la había. O sí. Los gaditanos desaprovecharon innumerables ocasiones de gol, algunas muy claras, incluido un penalti marrado por Toedtli que hubiera dado la puntilla al Recreativo en el arranque de la segunda parte. "Cuando perdonamos tantas ocasiones acaba pasando lo que ha pasado", afirmaba Cifuentes, quien añadía que "no sabemos mantener el resultado". Fleurquin decía que "dominanos todo el partido, lo teníamos ganado, es una derrota inesperada". Así uno tras uno. Nadie se lo explicaba. Ni los jugadores, ni Espárrago, ni el grupo de periodistas desplazados a Huelva.

El equipo amarillo demostró la inocencia de un bebé por su falta de acierto frente a la portería contraria. Además de perdonarle la vida al rival con las ocasiones desperdiciadas, al conjunto cadista le faltó oficio para saber contener el empuje de los locales. Los gaditanos perdieron la brújula en la segunda mitad y se contagiaron de la locura en la que se convirtió un encuentro desbocado, con constantes idas y venidas de ambos equipos que acabaron por beneficiar a los onubenses, que tuvieron el acierto que le faltó al Cádiz.

La suerte, en esta caso mala, jugó un papel decisivo en el derbi. Toda la que tuvo el Recreativo le faltó a un Cádiz sumido en una racha negativa.

Aunque la botella se ve ahora casi vacía, con pocas gotas de optimismo, el Cádiz todavía está a tiempo de lograr la salvación, de la que le separan cuatro puntos cuando quedan por delante 16 partidos por jugar. Eso sí, tiene a varios equipos delante y el margen de error es nulo. Si el equipo amarillo aspira a jugar la próxima temporada en la categoría de plata debe sumar de tres en tres desde el próximo domingo, cuando recibirá en el Ramón de Carranza al Albacete, un rival directo en la lucha por la permanencia contra el que no caben medias tintas.

Para iniciar la escalada será importante que Jonathan Ramis mantenga el nivel ofrecido en Huelva. El uruguayo se estrenó como titular ante el Recreativo y demostró que tiene sitio en este equipo con su velocidad y olfato de gol.

La vuelta de Fleurquin y Raúl también es positiva. Su experiencia y compromiso pueden ayudar en la empinada cuesta que queda por subir hasta final de temporada en busca de la salvación.

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