El líder sigue fuerte al frente de la clasificación pese a haberse dejado en el camino cuatro puntos en las últimas dos semanas. Mantiene cinco de ventaja sobre el segundo -la Balona-, dispone de seis más que el tercero -el Lucena-, tiene diez sobre el cuarto -el Betis B- y once de distancia frente al quinto -el San Roque de Lepe-. Muy mal se tienen que dar los próximos encuentros para que el alumno más aventajado de la clase pierda un trono al que le ha cogido el gusto. Son quince las jornadas en lo más alto, con mayor o menor ventaja sobre sus perseguidores. Balona y Lucena resisten el ritmo del Cádiz y llegan a la recta final del torneo con posibilidades de acabar como campeón, ayudados quizás por los 24 puntos perdidos por los gaditanos merced a los doce empates que han cosechado a lo largo del curso.

A falta de seis jornadas para la finalización del campeonato liguero, uno de los billetes del grupo IV para la fase de ascenso presenta un color casi amarillo y la pelea se centra en el primer puesto, ese que otorga el privilegio de jugarse a una carta el salto a la categoría de plata, con una segunda oportunidad si la primera resulta fallida.

El Cádiz ha encadenado las últimas dos jornadas con el idéntico marcador de 0-0, el resultado menos agradecido del fútbol. En el mes de marzo ha terminado tres encuentros sin goles -Écija, Badajoz y Sevilla Atlético-, hasta elevar a ocho el número de choques con el mismo final.

El resultado que más repite el equipo amarillo es el susodicho 0-0. Una cuarta parte de los compromisos ligueros -8 de 32- afrontados hasta la fecha por el líder ha terminado igual, tanto en casa como a domicilio. Cuatro de esos marcadores aburridos han tenido como testigo el estadio Ramón de Carranza y otros cuatro se han producido lejos de la Tacita.

El cerocerismo deja dos lecturas según se vea el vaso medio lleno o medio vacío. Del balance más positivo se extrae la conclusión de que el Cádiz es un equipo al que resulta harto complicado hacerle un gol. Cuando el ataque amarillo se atasca y la portería contraria se vuelve diminuta, al menos ofrece la garantía de no recibir goles. Por algo el equipo gaditano es, con 17 dianas en contra -una media de 0,5 por encuentro-, el segundo menos goleado de toda la Segunda División, sólo mejorado por los números del Mirandés -líder intratable del grupo II y posible rival del Cádiz en el cruce entre campeones en el mes de mayo-, al que sólo le han hecho 15 tantos.

El equipo entrenado por Jose González se ha quedado sin recibir un tanto en dieciocho de los 32 partidos disputados hasta el momento. Visto de otra manera, sólo ha visto perforada su portería en catorce duelos, lo que da una idea de la eficacia defensiva de una escuadra soportar una de las patas del liderato sobre el trabajo en bloque.

El vaso medio vacío refleja los 24 puntos perdidos por el Cádiz en una docena de empates por un cuadro gaditano que destaca tanto por su eficacia goleadora -un total de 53 dianas, con un promedio de 1,6 por partido- como los problemas ofensivos con los que se ha topado en los diez partidos que se ha quedado sin ver puerta.

El Cádiz es capaz de hacerle diez goles al Almería B (en dos partidos), cuatro al Lucena y al Lorca Atlético, o estrellarse contra el muro de La Unión, el Jaén o el Sevilla Atlético.