Las dudas asoman la cabeza tras dos derrotas consecutivas
Vidakovic se reunió ayer con los jugadores en el vestuario de El Rosal antes del entrenamiento
Cuando se nada en la abundancia las carencias quedan ocultas en el olvido. Cuando empiezan los problemas salen a flote de sopetón, como si estuvieran deseando cobrar protagonismo.
La derrota ha dolido en El Ejido, y mucho, tanto a jugadores como al cuerpo técnico, amén de directiva, máximos accionistas y, por supuesto, una afición hastiada de tantos disgustos en la historia reciente del club.
Risto Vidakovic no buscaba excusas tras el encuentro y reconocía a las claras que "nos equivocamos, no supimos leer el partido".
¿Quién o quiénes se equivocaron? ¿Quién o quiénes no supieron leer el partido? ¿Sólo los jugadores? ¿También el entrenador? El Cádiz jugó como siempre, al toque y buscando la portería del rival. ¿Dio instrucciones Vidakovic desde el banquillo para que el equipo no fuera tan ofensivo cuando iba ganando? ¿Obedecieron los jugadores las órdenes del míster? Si hubo falta de actitud sobre el campo, ¿quitará el técnico del once titular a los que no mostraron la actitud correcta? ¿Por qué no juega el Cádiz con un delantero de verdad desde el inicio? ¿Tan malos son los que hay? ¿No hubo acierto en los fichajes de los atacantes?...
Las interrogantes que se abren tras el oscuro capítulo de el Ejido son interminables. La mezcla del exceso de confianza, la incapacidad para dominar la situación y la debilidad en el sistema defensivo, aderezada con una falta de actitud reconocida por lo jugadores, conformó un explosivo cóctel que anestesió a los cadistas y espoleó a los ejidenses.
El caso es que ayer, con la imagen del partido impregnada en la retina, Vidakovic habló alto y claro en el vestuario de El Rosal antes del entrenamiento en un encuentro entre técnico y jugadores que se prolongó durante media hora. Se desconoce si sólo habló el entrenador o también intervinieron los jugadores.
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