El Cádiz CF sigue trabajando con el objetivo de conseguir un año más la permanencia en Primera División. No lo tiene fácil pero está vivo en la pelea. Lleva media temporada en zona descenso aunque está a un solo punto de la salvación.

La irregularidad no es el único problema que padece el equipo amarillo a lo largo de lo que va de curso, con a primera vuelta casi finiquitada. Las lesiones están golpeando con crudeza a la plantilla y uno de los afectados es Víctor Chust.

El central sufrió una rotura muscular el pasado 5 de noviembre en el encuentro contra el Getafe de la 13ª jornada disputado en el Coliseum Alfonso Pérez. Desde entonces se ha perdido cinco partidos de Liga y se perderá algunos más.

El zaguero estaba ejerciendo un papel importante hasta que tuvo que parar de manera súbita cuando acumulaba once partidos (nueve como titular) y formaba una pareja estable con Luis Hernández.

Enseguida se puso manos a la obra para intentar estar a punto lo antes posible. El parón liguero por el Mundial de Qatar le vino bien porque durante ese periodo sin partidos trabajó sin respiro con el reto de poder volver a jugar en enero en la reanudación de la competición oficial.

Cuando parecía que ya estaba preparado para retornar a la tapete, sufrió un retroceso que retrasará su reaparición. Un paso atrás para el que Víctor Chust pone remedio con una ardua labor enfocada a su total recuperación. Después del palo que supuso la inesperada recaída, debe ir con cuidado para que no volver a sufrir un frenazo

Las lesiones musculares son complicadas y requieren una elevada dosis de paciencia que el futbolista está teniendo. Está deseando ayudar al equipo, pero aún debe avanzar en su restablecimiento.

En principio le quedan tres semanas más de duro trabajo. Es el tiempo aproximado que se estima para que pueda estar a disposición de Sergio González con la segunda vuelta ya en marcha.

Si todo va bien, el futbolista estará disponible a mediados de febrero. Se probará en los entrenamientos para cerciorarse de que se halla al cien por cien y para adquirir el ritmo adecuado antes de competir de nuevo. Tendrá que ir entrando poco a poco después de tres meses y medio de obligada ausencia. Una vez que se encuentre bien, lo primero será luchar por un puesto en el centro de la defensa que ocupaba con asiduidad antes de caer lesionado en Getafe.