Linares Dvo.-Cádiz

La crisis se toma un buen respiro (0-1)

  • El equipo cadista coge aire con una victoria por la mínima en Linares, donde muestra oficio y seriedad a pesar de no controlar el partido El gol de Álvaro García saca otra vez a los amarillos de una situación angustiosa

Todos los Santos estuvieron ayer de cara para el Cádiz en su encuentro en Linares, en una cita en la que no había margen para el error después del empate ante el San Roque de Lepe y las malas sensaciones por el juego. La imagen del equipo no es que ayer resultara excepcional, si bien hay que hablar de seriedad durante buena parte del choque y oficio para aguantar el mayor dominio del conjunto local. El Cádiz no abandona la espesura que le acompaña pero, al menos, en esta ocasión fue capaz de amarrar el triunfo sin encajar gol.

Claudio Barragán, fiel a esa política de cambios que no siempre llevan acompañadas razones de peso, dejó sentado en el banquillo a Servando para alinear de inicio al cuestionado Aridane. Fue la variación más llamativa.

 

La primera imagen del partido se produjo en el calentamiento al quedar patente que el césped estaba blando, con agua acumulada en algunas zonas y proclive a los resbalones, muy habituales en los cadistas, que ayer vistieron con su tercera equipación, la burdeos. La segunda sensación, ya a raíz del inicio del encuentro, era que el Linares Deportivo iba a tope en todas las acciones, un arma para equilibrar su inferioridad de plantilla hombre por hombre.

 

El toma y daca inicial en cuanto a peligro lo abrió el cuadro local con un lanzamiento de Fran Carles que se escapó a la izquierda de Cifuentes. Se jugaba con intensidad pero lejos de los tres cuartos de campo. La virtud amarilla fue marcar en la primera llegada que tuvo. Una falta lejana, ejecutada por Abel Gómez, acabó en el segundo palo, donde Josete tocó de cabeza al centro para que Aridane cabeceara a portería. Entre el portero y Francis Ferrón despejaron en primera instancia pero el rechace, tras no meterlo Garrido, le cayó finalmente a Álvaro García, que con todo la mandó al fondo de la red. Sus goles han dado siete puntos en las tres últimas jornadas.

 

En apenas un cuarto de hora se abría un partido diferente con todo a favor para los de Claudio, capaces de marcar en el feudo de uno de los conjuntos menos goleados del grupo. Sin embargo las sensaciones a las que tantas veces se refiere el entorno amarillo salieron a relucir en su peor versión. Sucedió de esa manera cuando tras el 0-1 el Cádiz dio uno o dos pasos atrás dejando a Dani Güiza como un islote en el ataque. El Linares Deportivo pasaba descaradamente a tener el balón y, con éste, el dominio. En favor de los de ayer burdeos hay que puntualizar que apenas permitieron al adversario que gozara de oportunidades. Tampoco es que las hubiese en la otra portería. Hasta el descanso hay que hablar de otro tiro de Fran Carles, esta vez raso, que vio de cerca el poste derecho de Cifuentes, y de un centro-chut de Salvi que Jorge envió a córner. Nada más.

 

Sin ocasiones en apenas 45 minutos, quedaba el juego con sus virtudes y carencias. En lo primero el Cádiz fue capaz de evitar que su área fuera un coladero, destacando la labor de destrucción de Aridane. En lo segundo le faltó de forma clara mantener el balón cuando era capaz de recuperarlo. Ese control duraba pocos segundos hasta que se le regalaba al contrario. Se echó en falta mayor presencia de Abel para esta labor y que la conexión del centro con el ataque hubiera sido fluida y fina.

 

El inicio del segundo periodo no corrigió el que ayer fue el gran mal del Cádiz. El esférico seguía en pies de los azulones, que cargaban por las bandas, sobre todo la que defendía Luis Pavez, para buscar la espalda de la zaga o una segunda jugada con la que comprometer la imbatibilidad de Cifuentes. Esa labor tuvo como principal protagonista a Corpas, que por la derecha estaba dispuesto a amargar la primera titularidad de Pavez, al que le cayó la carga principal de trabajo en el aspecto ofensivo de los locales. Precisamente la mejor llegada del Linares en este periodo nació por ese lado y en botas del propio Corpas, cuyo centro casi desde la línea de fondo lo abortó primero Aridane y luego Cifuentes evitando el saque de esquina.

 

En el ecuador del segundo tiempo, recién entrado Fran Machado al césped, el conjunto de Claudio apareció para arrebatarle el esférico al rival y, de alguna manera, tener su sitio en el campo. Lástima que ese sello durara poco y que a las puertas de los diez minutos finales los papeles regresaran a lo de toda la tarde, con el Linares mandando y el Cádiz, muy ordenado y agazapado.

 

Al menos en esta ocasión no se dieron las escenas de sufrimiento de otras ocasiones, cuando era necesario pedir la hora. Quizás esta vez el equipo se sentía mentalmente ganador, motivado por la vuelta de Andrés, y por eso apelaba a trabajar con la máxima concentración para evitar algún susto final. Ayer, Todos los Santos estaban de cara para obtener la mejor bendición en Linarejos.

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