El Cádiz CF arranca el motor de la desilusión

Los últimos resultados colocan a los amarillos en la una triste realidad

El difícil futuro de Brian Ocampo en el Cádiz CF

Plantilla del Cádiz en una sesión. / Cádiz CF
J.J.N.

Cádiz, 10 de abril 2025 - 12:25

El Cádiz CF se presenta a la recta final de la campaña 2024-25 después de vivir en una montaña rusa que le devuelve a una situación no deseada. Vuelve el sufrimiento en la fase del desenlace, como si el destino se empecinara en subrayar el enorme fiasco de una temporada para el olvido.

El club demoró su respuesta cuando el equipo no sólo no funcionaba con Paco López sino que además, con unos síntomas más que preocupantes, se instaló en un incesante flirteo con el descenso que encendió todas alarmas.

Con la primera vuelta casi cumplida, tras la 18ª jornada en la 19ª posición, se produjo un tardío y a la vez necesario relevo en el banquillo para paliar una parte del problema. La otra parte parecía de difícil solución con una plantilla sobrevalorada y con aires de grandeza después de cuatro años seguidos en Primera, pero poco apta para proyectos ambiciosos como se ha empecinado en demostrar con el tiempo.

La fulgurante reacción tras el aterrizaje de emergencia de Gaizka Garitano deparó la inmediata huida de la zona de descenso y el salto al sector medio de la clasificación con la posibilidad de mirar aún más arriba. Quedaba margen, aunque a la postre faltó aptitud. La afición pasó del hartazgo a una ilusión renacida cuando el equipo encadenó diez partidos consecutivos sin perder, se convirtió en el mejor de la segunda vuelta y pareció estar en disposición de poder meterse en la pelea por el ascenso.

Pero cuando llegó la hora de dar un paso más para presentar la candidatura al premio gordo, el Cádiz CF dio un frenazo en seco, detuvo su marcha y se borró de la lucha por el ascenso en la que sí están otros once equipos con más o menos opciones.

La realidad es que el conjunto amarillo no da para más. Tampoco unos dirigentes que ignoraron las peticiones del entrenador para reforzar el plantel en el mercado de invierno.

Ya no caben más especulaciones. El Cádiz CF no está para cascabeles. Se acabó vender humo que ya nadie compra. El equipo ha sumido a la hinchada en un vaivén fabricante de sensaciones engañosas hasta colocarla en un estado de desilusión a la que regresa justo cuando la Liga entra en su etapa de resolución.

La decepción es un hecho. La única tarea pendiente es certificar la salvación de manera matemática lo antes posible para dar carpetazo a una nefasta temporada en la no hay el más mínimo espacio para el alarde. El Cádiz CF enciende el motor de la desilusión. Que sume los cinco o seis puntos que le restan, acabe sus tristes deberes y acabe ya el curso.

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