En busca de más agresividad

cádiz c.f.

El Cádiz destapa el tarro de las esencias en su vuelta a Segunda A con una clara apuesta por el buen fútbol · En contra se encuentra su falta de contundencia para mandar en el juego y en el resultado

Enrique intenta taponar el centro de un jugador del Levante durante el encuentro disputado en Valencia el sábado.
F.j. Díaz / Cádiz

07 de septiembre 2009 - 05:02

Tres partidos oficiales y muchas conclusiones positivas y otras negativas. El Cádiz CF 2009/10 se encuentra en fase de formación para ser el equipo que persigue Javi Gracia y que despertó tantos elogios la pasada campaña. Pero el salto de categoría ha sacado a relucir un problema que quizá el año anterior no era tanto: la agresividad bien entendida. El conjunto amarillo está concediendo demasiado oxígeno al rival cuando más ahogado lo tiene. No le asesta el golpe necesario en tareas defensivas ni ofensivas y eso le está provocando dejar escapar opciones para sumar más puntos, en Liga, y haber avanzado en la Copa.

El Cádiz partía con la teórica ventaja de contar con un bloque, una columna vertebral que se convirtió en el alma amarilla el año en el infierno, pero que ahora ha perdido protagonismo. Y es así porque ni Mansilla ni Fleurquin saben todavía lo que es estrenarse en la Liga, porque Raúl López está pegándose unos banquillazos inesperados y porque Carlos Caballero sigue cuesta abajo empezando a confirmar que quizá no es un jugador tan válido para Segunda A. Si a esto le añadimos que Casilla no anda fino y que Ormazábal y Toedtli aún necesitan minutos para responder con sus mejores versiones, se llega a la conclusión de que hay muchas piezas nuevas respecto a aquel once que hace unos meses todo el mundo se sabía de memoria.

LOS NUEVOS DEL ONCE

Álvaro Silva es uno de los fichajes que por ahora más convence a Javi Gracia. No ha dudado en ponerlo en el centro de la zaga junto a Dani Fragoso, otro intocable, respondiendo el ex jugador del Xerez con un poderío aéreo muy interesante que, además, está acompañando con clase en la salida del balón a pesar de rozar a veces la frivolidad.

Abraham González también se ha ganado la confianza con el mérito de hacerlo desde dos posiciones distintas, el doble pivote y la mediapunta. En ambas ofrece desparpajo, calidad y enorme ofrecimiento para ser la referencia. Quizá le falta entender mejor el último pase y ser más contundente.

Álvaro y Abraham son fijos después de dos jornadas, desbancando a piezas claves y casi sagradas como Mansilla y Fleurquin. Se gana un estilo elegante y juventud, pero se pierde fuerza, respeto y veteranía.

BIEN TRABAJADO

Hay que felicitar al entrenador porque el equipo ha perfeccionado un poco más el concepto de jugar con clase y de forma vistosa. Lo hizo el año pasado en una categoría casi imposible para lograrlo, si bien ahora, en mejores campos y con rivales que juegan más abiertos, esta mejoría es todavía más palpable. Desde la misma defensa la salida del esférico es elegante y cordial hasta en el golpeo, siempre pasando por el doble pivote y buscando la velocidad y verticalidad de las bandas. Si es Abraham el que juega de mediapunta, retrocede para ofrecerse y ser otra alternativa que arrastre de algún defensor para que el delantero, Toedtli, goce de más espacios. La mayoría de las miradas apuntan a López Silva, hoy por hoy el cadista más desequilibrante.

Al día de hoy el equipo amarillo no es el mejor clasificado, pero sí el que aporta más encanto a la categoría en cuanto al trato del balón y el concepto de que el fútbol es un espectáculo. Es una incógnita saber si la fidelidad a ese estilo llevará o no al objetivo, aunque de entrada es el camino correcto.

POR MEJORAR

Es un secreto a voces que al Cádiz le falta mayor agresividad, bien entendida claro. Los amarillos pecan de llegar a las inmediaciones del área rival como las Hijas de la Caridad, pero también en ocasiones la defensa de su parcela también cuenta con un comportamiento que carece de maldad, quizá la que aportan jugadores como Raúl López o Fleurquin.

Gracia busca una agresividad bien entendida, no romperle la tibia al primer rival que se cruce en el camino. Plantea un ímpetu que comience en la cabeza de sus jugadores y que termine en la punta de la bota para que el adversario se percate de que la calidad que se exhibe se encuentra acompañada de carácter y de mucha personalidad.

A LA ESPERA

Habrá que ver cómo es la evolución de Zlámal en los próximos días y si realmente el entrenador confía en Dani Miguélez, ya que los errores de Casilla empiezan a ser muy repetitivos. Por lo tanto podría moverse la portería. Otro punto de encuentro podría estar en la mediapunta, donde Caballero pierde crédito y confianza sabiendo que Abraham y Ormazábal no son cojos para esa demarcación y que Arriaga aguarda desde el banquillo. Tampoco se puede dormir en los laureles Toedtli. Muy alargada es la sombra de Tristán, que si tampoco calibra como cabe esperar le brindaría la titularidad a 'Bartolo' Ogbeche.

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