Una de las claves del partido que el Granada y el Cádiz CF disputaron el pasado 3 de enero (19ª jornada de Liga) fue la expulsión de Rubén Sobrino.

El conjunto amarillo (vestido de verde para la ocasión en el Nuevo Los Cármenes) se fue al descanso con un ajustado 1-0 en contra y en la segunda parte salió con la idea de remontar o al menos evitar la derrota con un empate. Pero todo se fue al traste cuando Sobrino vio la cartulina roja directa en el minuto 54.

En inferioridad numérica, el Cádiz CF se vio muy limitado, no fue capaz de tirar a puerta y además recibió un segundo gol (en el 69) que resultó definitivo para empezar el año y cerrar la primera vuelta con una derrota de nefastas consecuencias. El equipo de Sergio González cae por primera a la zona de descenso.

El árbitro del encuentro, el canario Juan Luis Pulido Santana, expulsó a Sobrino después de recibir el aviso del VAR para que consultase en el monitor una posible agresión a Gonzalo Villar. El futbolista del cuadro anfitrión quedó tendido sobre el césped tras recibir un impacto del jugador del Cádiz CF.

El colegiado, tras ver la acción en la pantalla ubicada junto al túnel de vestuarios, no dudó en mandar a la caseta a 7 del equipo amarillo. Su imprudencia perjudicó a un Cádiz CF que con diez jugadores fue aún más débil.

Pulido Santana expuso en el acta del encuentro el motivo de la expulsión de Sobrino. Le mostró tarjeta roja "por golpear a un adversario con el brazo en la espalda con uso de fuerza excesiva sin estar el balón en disputa". El atacante sufrirá la correspondiente sanción por parte del Comité de Competición y se perderá como mínimo el partido contra el Valencia en la apertura de la segunda vuelta.