El viaje de ida a Ceuta fue accidentado para la expedición del Cádiz. Cuatro horas de espera en la estación marítima del puerto de Algeciras y un movido trayecto por las aguas del Estrecho que provocó algún que otro vómito. El de vuelta resultó más tranquilo a pesar del regusto amargo inicial que dejaron las tablas cuando la victoria estaba cocinada. La lectura positiva son las buenas sensaciones que ofreció un conjunto amarillo que ha puesto la velocidad de crucero hacia la fase definitiva que entregará los visados para el ascenso a la categoría de plata que todo el cadismo ansía.

Un empate en el campo del Ceuta frente a un cuadro local que se jugada la vida no es un mal balance aunque el premio de los tres puntos se viniera abajo a ochos minutos del final del encuentro. La semilla más brillante que brota del duelo en el estadio Alfonso Murube es la consolidación de un equipo gaditano que, ahora sí, parece instalado en la regularidad. Con la del pasado domingo son ya ocho jornadas las que acumula el Cádiz sin conocer la derrota, un bagaje que le ha valido para asentarse en la zona noble de la clasificación.

La última vez que el cuadro amarillo mordió el polvo fue en Jaén con una segunda parte de infausto recuerdo para la familia cadista. Quizás aquel varapalo que supuso la tercera derrota consecutiva -tras las cosechadas en Roquetas de Mar y en casa frente al Melilla- se convirtió en un punto de inflexión para que la plantilla se pusiera las pilas.

El Cádiz se mostró en Ceuta una vez más como un conjunto sólido, incómodo para un rival que sólo fue capaz de crear problemas a balón parado, sobre todo con los saques de esquina. En uno de ellos se gestó el gol de la igualada. Los jugadores de Jose González pusieron toda la carne en el asador con orden, disciplina en forma de bloque compacto que apenas dibujó fisuras. Con el 0-1 sólo faltó sentenciar con un segundo gol que hubiera tumbado en la lona a un adversario directo que continúa cinco puntos por debajo del Cádiz.

La clasificación del grupo IV deja una semana más al Cádiz en tercera posición con una diferencia de cinco puntos respecto al quinto, que precisamente es el Ceuta.

Pero ojo, que vienen curvas peligrosas. Los amarillos reciben el sábado a otro rival directo, el San Roque de Lepe -cuarto en la tabla y revelación del torneo liguero-, en un encuentro de vital importancia. Una victoria cadista despejaría aún más el horizonte, todavía lejano, en el que se divisan las eliminatorias por el ascenso a Segunda División A.