Cádiz CF

Servando: "Jugar en el Cádiz era un sueño de niño que se cumplió"

  • El ya retirado defensa isleño habla del calvario de los últimos meses y sobre cómo buscó soluciones de todo tipo para seguir

  • El gran capitán no descarta un futuro en los banquillos

Servando Sánchez, el jugador con más temporadas a sus espaldas en el actual Cádiz, anunció hace pocos días su retirada. Obligado al adiós por las secuelas que le han dejado una grave lesión sufrida a finales del pasado año, el capitán se sincera con Diario de Cádiz al explicar cómo ha vivido el proceso los últimos meses. También confiesa su amor por el amarillo y azul desde niño, el sueño hecho realidad que supuso en su vida llegar a jugar en Carranza. Y habla del futuro, un horizonte al que mira, como no podía ser de otro modo, pensando en el escudo del titular de la Tacita de Plata.

–¿Anunciar la retirada ha representado la decisión más difícil de su carrera deportiva?

–Sí, sin lugar a dudas. Ha sido la decisión más difícil porque es un proceso en el cual he intentado poner todo de mi parte para no retirarme pero me es imposible seguir. Las secuelas que me ha dejado el golpe en Tenerife no me permite jugar a nivel profesional.

–Es de suponer que se trata de una decisión muy meditada...

–Por supuesto. He buscado soluciones de todo tipo. Los doctores, también. Se habló incluso de una posibilidad que requería una nueva cirugía, pero no me daban el 100% de posibilidades de que fuera a quedar bien y hasta podía empeorar.

–¿Exactamente, cuáles son las secuelas de la lesión sufrida tras el encontronazo fortuito sufrido con David Gil en aquel partido de Copa del Rey en el Heliodoro Rodríguez López?

–Más allá de la reconstrucción de todo el lado derecho de la cara, a nivel de mandíbula y pómulo, lo más grave es que afectó a la órbita ocular. Durante la recuperación observé que tenía un serio problema de visión al mirar hacia abajo, que es cuando veo doble. Por desgracia, en esas circunstancias me resulta imposible continuar con la práctica del fútbol.

"Mi adiós es amargo porque no es natural; no me retira ni la edad ni mi estado físico sino una lesión no prevista"

–¿Cómo ha llevado el asunto David Gil? Al fin y al cabo, protagonista sin pretenderlo.

–Mal, muy mal. Durante los primeros tiempos le notaba un cargo de conciencia, un sentimiento de culpabilidad. Pero le he repetido mil veces que no es así, chocamos y salí mal parado. Punto. Son acciones del fútbol.

–Un adiós un tanto amargo después de casi dos décadas sobre el césped, desde que vestía la elástica del San Fernando...

–Evidentemente no es un adiós natural, no es que me retire la edad, a pesar de que acabo de cumplir 35 años, o mi estado físico, que yo vea que no puedo. No ha sido así. Es una lesión no prevista. Incluso puedo decir que tuve suerte de que me llevara el golpe en el pómulo y la mandíbula, porque me explicaron los médicos que en otra zona más próxima a la sien habría sido aún más peligroso.

–Aparte del equipo de su tierra natal, el San Fernando, pasó por el Atlético Aviación, Díter Zafra, Oviedo, Jerez Industrial, San Roque de Lepe, Roquetas y Jaén antes de fichar en 2014 por el Cádiz, que al final es el equipo en el que ha permanecido más tiempo.

–Sí, cinco años inolvidables, porque yo soy cadista desde siempre. Antes incluso de fichar ya guardaba muchos recuerdos del Ramón de Carranza, de cuando me llevaba mi padre, también un tío. Por aquel entonces, de niño, veía súper lejos jugar en el Cádiz. Era un sueño. Pero de los sueños se vive y éste se pudo cumplir.

–En estos cinco años, ¿cuál es su mejor recuerdo?

–Una respuesta fácil. Alicante, obviamente. El encuentro de vuelta de la eliminatoria de ascenso a Segunda en el Rico Pérez ante el Hércules es algo que jamás olvidaré. Todo lo que rodeó a aquel partido, lo conseguido, los siguientes días. Fue como estar en una nube.

"De estos cinco años sin duda me quedo con el ascenso en Alicante, fue algo maravilloso que jamás olvidaré"

–En realidad, aquello fueron seis partidos para enmarcar.

–Sí, es cierto. Álvaro Cervera nos dejó claro que teníamos que amarrar la portería, que no nos equivocáramos nosotros, que ya se equivocaría el contrario. Hay que tener en cuenta que veníamos de una recta final de Liga en la que habíamos generado inseguridad. Había poca confianza de la gente. Luego, en el estreno, con el Racing de Ferrol en casa, tuvismo 15 ó 20 minutos apabullantes, pero en la siguiente semana, con la victoria fuera por 1-2, la gente se volvió a enganchar.

–Después de eso, el Racing de Santander y el Hércules...

–Sí, y todos ganando 1-0. Al Racing le superamos aquí gracias a un penalti que marcó David Sánchez con el alma. En El Sardinero confirmamos la clasificación con aquel golazo de Alvarito (Álvaro García) y frente al Hércules, ya en la final, tomamos ventaja en Carranza con la falta de Carlos Calvo y allí resolvió Dani (Güiza). Fue algo increíble.

–Y todo ello, jugando no de central sino de improvisado lateral izquierdo.

–Así es. El míster me lo pidió, confió en mí, en el trabajo que podía hacer, y creo que las cosas me salieron bien. De todas formas, también el año pasado actué en el lateral derecho, antes de Navidad, y curiosamente en esos siete partidos vencimos.

–Siempre cumplidor, un referente de pundonor, entrega, profesionalidad... ¿Cómo le gustaría a Servando ser recordado?

–Me gustaría ser recordado como un profesional al que le gusta mucho este deporte, una buena persona, honesto y humilde.

–Y a la afición, que siempre le reconoció su trabajo, ¿qué le dice?

–Gracias, muchas gracias por el trato que me han tenido siempre. Ha sido un privilegio haber sido capitán y representar a todo el cadismo. Lo he intentado hacer de la mejor manera posible, con humildad y mucho respeto. En definitiva, gracias.

–Y ahora, ¿qué? ¿Tiene gusanillo por los banquillos?

–Hace tres o cuatro meses mi respuestra habría sido un no rotundo, pero ahora es un no con peros. Por el momento me seguiré formando, soy muy joven, se me da bien, entiendo bien el juego.

–¿Veremos entonces a un Servando entrenador?

–A día de hoy no me veo como primer entrenador. No, porque me gusta estar cerca de los jugadores, tener con ellos más complicidad y confianza. Quizás sí de segundo, porque estás más cerca de ellos.

–¿Vinculado al Cádiz de algún modo?

–El club sabe mi pensamiento y el cariño que le tengo al Cádiz. Hablamos del tema de manera informal y ellos saben cuál es mi predisposición. Con sólo una llamada se soluciona. Me han dado la posibilidad de ayudarles. En estos últimos meses no he estado parado, he viajado y he estado más cerca del staf técnico que de los jugadores. Eso también me ha ayudado a que el proceso fuera más ameno.

–El sueño del ascenso a Primera no ha podido cumplirse como futbolista de la plantilla, pero puede que no quede lejos, ¿no le parece?

–No queda lejos porque el club está creciendo mucho. Las temporadas así lo indican. Deportivamente hemos jugado un play-off y dos veces nos hemos quedado muy cerca. El ascenso no está lejano pero sigue siendo un sueño.

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