El Cádiz tendrá que conformarse con un presupuesto de Segunda División A y competir una temporada más en esta categoría por no haber sido capaz de disputar la fase de ascenso y haber dado la campanada de meter la cabeza en la máxima categoría. Ese salto hasta la élite hubiera supuesto al club gaditano unos ingresos aproximados de 50 millones de euros.

El ascenso a Primera era una labor complicada pero el Cádiz permaneció muchas jornadas en el grupo de los elegidos para, al menos, entrar en el play-off que resuelve el nombre del tercer conjunto que toca la gloria. La penúltima cita liguera -la derrota en casa ante el Extremadura- resultó clave porque el equipo de Álvaro Cervera acudió a Gijón obligado a no fallar y a esperar que lo hiciera el Deportivo ante el descendido Córdoba.

Si el Cádiz hubiera sido capaz de ascender, a las arcas del club que preside Manuel Vizcaíno hubieran llegado unos 50 millones de euros, aproximadamente, por los derechos de televisión, publicidad, abonos y taquillaje. Una cifra que resuelve los problemas de muchas entidades ahogadas por las deudas y que en el caso de la cadista, hubiera sido aún mejor porque en los últimos años ha reducido sus débitos a cantidades casi insignificantes teniendo en cuenta lo que adeudaba cuando entró en concurso de acreedores.

Esos 50 'kilos' son los que esperan en el Mallorca, que ya hace números en su vuelta a Primera seis años después. Los propietarios estadounidenses de la entidad balear, con el banquero Robert Sarver, dueño de los Phoenixs Suns de la NBA al frente, habían hecho cuentas de perder esta temporada en Segunda A 3,7 millones, con unos ingresos de 13.086.000 euros y unos gastos de 16.794.000 euros. Con esos números rojos, el Mallorca lideraba el grupo de equipos más deficitarios de la Liga 1|2|3, pese a que el grupo inversor americano ya ha aportado a las arcas del Mallorca unos 33 millones de euros desde su llegada a la isla en enero de 2016.

El poderoso empujón económico que implica volver a la máxima categoría del fútbol español permitirá a la entidad dejar atrás las penurias que en 2011 le obligaron a declararse insolvente y entrar en concurso de acreedores con una deuda acumulada de 80 millones de euros.

Es el premio gordo que cae en la isla y que se ha escapado de Cádiz porque el equipo amarillo no fue capaz de disputar una fase de ascenso que hubiera dado licencia para soñar con lo máximo. No obstante si se mira la botella medio llena, el Cádiz disputará su cuarta temporada consecutiva en la categoría de plata después de abandonar el calvario de la Segunda B, lo que por sí solo es una gran noticia.

El Mallorca afrontará su regreso a la Liga Santander bien posicionado económicamente y podrá invertir el dinero que recibirá en potenciar la plantilla para intentar mantenerse en la categoría, objetivo prioritario para un club que en dos años ha pasado de Segunda B a codearse con los 'grandes'.