El Cádiz afrontó ayer su segundo día de trabajo tras el parón navideño y lo hizo con la llamativa ausencia de Akinsola. El delantero nigeriano está teniendo problemas para enlazar los tres vuelos que deben dejarle en tierras gaditanas y nadie del club amarillo sabe con certeza cuándo se unirá al trabajo en grupo. Quien sí se puso ayer a las órdenes de Jose González fue el colombiano Jeison Murillo, que estará disponible este fin de semana sin finalmente se juega el partido frente al Poli Ejido en el estadio Ramón de Carranza.

Los amarillos dejaron atrás la doble sesión del lunes y ayer sólo se ejercitaron por la mañana. Pedro Baquero, que no forzaría este domingo lo más mínimo, siguió con su puesta a punto particular.

Lolo Armario, a quien sitúan en la órbita de La Roda, un recién ascendido a Segunda División B, y Álvaro Jurado siguieron ejercitándose vestidos de amarillo y azul a la espera de encontrar una salida a sus delicadas situaciones personales.

La mayor sonrisa de estos primeros días la está aportando Samuel Camille, que ya disfuta del alta médica. El lateral francés, que se marchó con problemas físicos que lo habían dejado en el dique seco las últimas jornadas, ha retornado con muchas ganas al grupo: "Estoy bien y disponible para el entrenador. Estoy dispuesto a jugar el próximo domingo".

Camille reconoce que estaba en un buen momento cuando se produjo la lesión y que "ahora he estado más de un mes sin jugar, por lo que cuesta volver a trabajar". "Pero todavía quedan días para el próximo partido y estoy empleándome duro para llegar", dijo.

El Cádiz ha comenzado el año en la primera posición, algo muy positivo para todos. "No será fácil lograr el objetivo, pero estamos muy bien y hay que mantener el ritmo para llegar al final estando en lo más alto", concluyó Camille.