Cádiz CF

Messi: "Sería lindo jugar en el Cádiz si me cede el Barça"

  • 'Diario de Cádiz' recupera la historia que situó al astro argentino a un paso del equipo amarillo en 2005

  • "El Cádiz tiene una hinchada bárbara", dijo Leo antes de que el cadismo le gritara "Messi quédate"

Agosto de 2005: Leo Messi lee 'Diario de Cádiz' en el Hotel Montecastillo.

Agosto de 2005: Leo Messi lee 'Diario de Cádiz' en el Hotel Montecastillo. / JORGE GARRIDO

Sí, es verdad que Leo Messi pudo jugar en el Cádiz CF. Era el año 2005, el del retorno del equipo amarillo a Primera División después de 12 años. Aquel verano el FC Barcelona era uno de los equipos invitados al Trofeo Carranza, y con el conjunto azulgrana venía una 'pulga' de 18 años llamada Lionel Andrés Messi Cuccittini, Leo Messi para el mundo del fútbol y más allá. El proyecto del Barça nacía de nuevo para contar con los mejores exponentes del balompié y aunque al argentino se le consideraba como tal, el hecho de que ocupara plaza de extracomunitario complicaba todo al tiempo que nacía la 'operación cesión de Messi', por parte del Cádiz CF.

Las gestiones del consejo de administración cadista, con Antonio Muñoz a la cabeza, fueron reales, serias, firmes para obtener a préstamo a Leo. Diario de Cádiz fue testigo en el Hotel Montecastillo -lugar de concentración del Barça para disputar el cuadrangular gaditano- del lento proceso en forma de sueño; de las llamadas de teléfono, de la incansable labor para convencer a la entidad azulgrana de que Carranza era el destino ideal para el joven talento. Durante la disputa del torneo, el entonces segundo entrenador de Víctor Espárrago, Luis Soler, hizo lo posible para venderle a Leo el proyecto del Cádiz CF. De argentino a argentino, Soler buscó la sensibilidad del jugador para que creyera en un paisano.

El desaparecido representante argentino Horacio Fernández estuvo presente cuando Diario de Cádiz fue directo al grano con Messi, en el hall del Hotel Montescastillo. Disponer de unos minutos para situar la grabadora a pocos centímetros del jugador era, y es, oro molido. Todo ello con centenares de aficionados en el exterior del recinto aguardando a una foto o un autógrafo. Era el Barça y los controles de los clubes no rebasaban los límites de lo imposible. Ahora sería imposible acceder al hotel.

Messi habló en exclusiva para este medio. Más niño que joven de aspecto, con un rostro entre la inocencia y el desconocimiento sobre su futuro, pero con descaro dijo lo siguiente: "Sería lindo jugar en el Cádiz si me cede el Barça. Sería lindo jugar en este equipo que tiene una hinchada bárbara". Realmente aportó algo más del momento, de la dependencia de los directivos culés para que su puerta se abriera rumbo a la Tacita. Aunque la fuerza de sus palabras estuvo en su querer; Messi, si no podía jugar de azulgrana esa campaña, deseaba hacerlo en el Cádiz. Las manifestaciones del argentino tuvieron como epílogo el guiño cómplice de Horacio Fernández, quien acabó por decorar la escena: "El pibe quiere jugar en el Cádiz. Sería un pelotazo, Fernando", afirmó para que la información del día siguiente llevara todo el aliño posible.

Vamos por partes. Hay que remontarse al verano del año 2005. 'La pulga' era por aquel entonces la joven promesa de la Masía, aún lejos del liderazgo azulgrana que hubiera tenido de amarillo. Con estrellas como Ronaldinho, Deco y Eto'o, Leo debía esperar un hechizo a fuego lento. Para los olvidadizos, cabe aclarar que las dudas del Barcelona no se limitaban a la capacidad de Messi; para nada. Lejos de tratarse de una consideración deportiva, Frank Rijkaard lo tenía claro al 99% para contar con él. No cabe duda que el 1% era del Cádiz CF.

Bajo un problema de raíz jurídica, Antonio Muñoz y sus consejeros habían tratado de hacerse con los servicios del jugador a través de una cesión. No sólo hubo un intento en agosto, pero la presencia barcelonista en el Trofeo acercaba posturas físicas y fue cuando realmente Messi vio su destino muy próximo al Cádiz CF. Como dice la canción, era el final del verano. Muñoz se frotaba las manos y rezaba a todos los santos de Doña Mencía esperando el milagro culé, al tiempo que se veía obligado a negociar por un delantero casi desconocido, Cacique Medina. Vaya dureza aunque las comparaciones siempre son odiosas.

Las plazas de extracomunitarios

Las tres plazas de extracomunitarios del Barcelona tenían nombres y apellidos, y sólo dos conjuntos de Primera -única categoría en la que se podía plantear la cesión del argentino- contaban con vacantes: el Betis y el Cádiz CF. La esperanza culé era un papel. ¡Ay! Menudo valor ese papel. Un documento que daba la Federación y permitía a los jugadores foráneos, que llevasen tiempo formándose en España, jugar de manera temporal. Pero no desaparecían las dudas jurídicas sobre la validez del dichoso documento si cualquier club rival decidiese impugnar los partidos en que Messi participase. El intento final del Cádiz CF, cual partida de mus en la que las miradas dicen más que las palabras y las cartas, pasaba por asegurar legalidad jurídica y minutos a la futura estrella.

El Barça y Rijkaard decidieron entonces esperar y a Messi le salió de perlas su primera gran jugada, curiosamente en un despacho alejado de su hábitat. El 26 de septiembre de 2005 'la pulga' consiguió la nacionalidad española y el problema quedó resuelto. El resto de la historia hasta el día de hoy la conocen todos. Cincelado a sí mismo hasta ser el mejor del mundo siempre de azulgrana.

Carranza lloró en silencio tras verle en acción aquel Trofeo, cuando le vitoreó gritando un imposible "Messi quédate; vaya pedazo de futbolista con solo 18 años. Algo así como el hijo que se va de casa aunque se le ofrezca un último año de convivencia con una ideal familia adoptiva que le va a dar todo. Estuvo en el templo del cadismo, se enfrentó al conjunto gaditano, intercambió su camiseta para sentir la amarilla sobre su hombro y leyó el Diario. Sólo le faltó jugar con el escudo del Cádiz CF junto a su corazón.

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