Después de que hayan transcurrido 35 días desde que Locos por el Balón adquiriera en una subasta el 49,5% de las acciones de la entidad, la parálisis en el Cádiz es absoluta a la espera de dos decisiones, la del Juzgado de lo Mercantil y la del Consejo Superior de Deportes (CSD). La primera tiene pendiente la suspensión de las facultades administrativas de los actuales integrantes del Consejo de Administración, mientras que la segunda se espera para contar con la aprobación de la subasta. Cualquiera de las dos decisiones sería un mazazo para Sinergy y un espaldarazo a Locos por el Balón, a fin de que la sociedad de la que es administrador único Juan José Pina pudiera comenzar su mandato con el firme objetivo de reflotar en todos los sentidos una entidad que está cada vez más hundida en el fango.

El 3 de diciembre se produjo en la Notaría de Carlos Cabrera la subasta por la cual la sociedad sevillana se hizo con la mayoría de acciones, acudiendo a cerrar la operación como apoderado Carlos Medina. El paso al frente de Locos por el Balón, salvó al Cádiz de acudir a una segunda convocatoria de la subasta y a un escenario que hubiera sido ciertamente complejo. El periodista gaditano y director de la editorial Línea 6 lideró el primer paso de lo que debe ser el desembarco de un grupo dispuesto a devolver al Cádiz a la estabilidad para, posteriormente, afrontar el objetivo del ascenso esta misma temporada. Las fiestas navideñas han sido un handicap grande porque han ralentizado los trámites burocráticos que, en otras fechas, ya hubieran estado concluidos. Es por ello que con el final de la Navidad, cabe esperar que se produzcan noticias desde un organismo y otro, con el deseo de que sean favorables para Locos por el Balón, que por día que pasa está quedando de manifiesto que se trata de la única posibilidad de pensar en un futuro con garantías para la entidad cadista. Con Sinergy, son meses de impago a jugadores, técnicos y empleados -ya ni siquiera queda dinero para poder abonar una nómina-, inestabilidad considerable en el día a día con una ruptura en toda regla entre los integrantes del Consejo.

La situación empieza a llegar a un extremo peligroso que pudo ya sentir en sus carnes el pasado sábado, en el derbi ante el San Fernando CD, el mánager general, Alessandro Gaucci. El dirigente italiano encontró la frialdad por respuesta cuando se acercó al vestuario al acabar el partido, incluso con comentarios despectivos de algunos jugadores hacia su persona, y recibió por parte de varios seguidores insultos y descalificaciones cuando abandonaba la grada de Tribuna al acabar el choque. Y es que buena parte de los aficionados tienen ya en su diana a Gaucci, al que responsabilizan de todos los incumplimientos ocurridos desde la llegada de Sinergy en el verano de 2012. También muchas miradas empiezan a apuntar al consejero Manuel Calderón, al que consideran uno de los apoyos del italiano a pesar de que éste y sus socios han dejado al Cádiz al borde del caos total. En este caso sorprende la postura adoptada por Calderón, que al ser gaditano -en teoría ajeno a Sinergy- y un reconocido cadista, no se entiende su afinidad a Gaucci y compañía. Por ello también la grada le empieza a señalar.

En manos de la jueza María Castillo Mendaro Dorantes y del Consejo Superior de Deportes está el futuro inmediato del club gaditano. Una decisión que no debe ni puede demorarse para que, de manos de Locos por el Balón, la actividad regrese a una entidad que está obligada a aprovechar un mes que se antoja como decisivo en todos los aspectos.