El Cádiz CF es la referencia del campeonato desde que se alzó el telón del ejercicio 2019/20 a mediados del pasado mes de agosto. Se cumplen seis meses de dominio de una Liga teñida de amarillo y azul durante 27 jornadas.

Si el torneo acabase hoy, el Cádiz CF derribaría la puerta de la Primera División y regresaría a la élite 15 años después de su última aventura entre los grandes del fútbol español que sólo duró una campaña, la 2005/06.

El recorrido de la escuadra entrenada por Álvaro Cervera es intachable. Ha ganado más de la mitad de los partidos y sólo ha perdido cinco. Tras seis meses de competición, los que realmente cuentan son los tres últimos que están por llegar. Los anteriores valen para colocarse en una situación inmejorable en la batalla por el ascenso, pero los que restan son los decisivos para culminar el objetivo que se ha ido consolidando con el paso de las semanas. El Cádiz CF no era el máximo favorito para encabezar la tabla aunque ese papel se lo ha ganado a pulso sobre el césped.

Es el momento de mantener el ritmo, de ofrecer la mejor versión cuando aparece en el horizonte la recta final de curso. La ilusión es tan alta como la exigencia. Siempre hay margen de mejora. La victoria ante Las Palmas fue un sonoro golpe sobre la mesa aunque más allá de los tres puntos, que provocaron una lógica satisfacción, el preparador cadista no estaba del todo contento con el juego de los suyos.

Las cifras del partido reflejan que se trató con diferencia del duelo que más remates recibieron los gaditanos. Hasta 26 veces dispararon los hombres de Pepe Mel, eso sí, no siempre en dirección a portería: sólo nueve. Nunca había sufrido el Cádiz CF tantos disparos en su marco en 90 minutos.

Los visitantes supieron resistir, se rehicieron de momentos de verdadero agobio y lograron lo que querían, un triunfo en una jornada en la que además fallaron sus rivales más directos.

Otro dato que revela las dificultades del líder en Canarias es el de los saques de esquina. Los de Cervera concedieron hasta 16 córners, el número más elevado en sus 27 partidos, con el riesgo que conlleva que el balón se adentre tantas veces en el área en acciones de estrategia. El lado positivo es que los visitantes se las arreglaron para defender esas situaciones de apuro.

Los amarillos trabajarán esta semana con la idea de no dar oportunidades a su adversario. No tener el esférico acarrea cierto peligro. Los partidos en los que el Cádiz CF ha tenido menos posesión son los que más remates ha recibido. El 30 por ciento que atesoró en Gran Canaria provocó esos 26 intentos del rival.

Las Palmas lanzó hasta en 18 ocasiones en el choque de la primera vuelta dirimido en Carranza, justo cuando el Cádiz CF contabilizó el índice más bajo de posesión: 24,3 por ciento. Sin el cuero se incrementa el riesgo. La clave está en cerrar espacios y aburrir al contrario, algo que se le suele dar bien al líder de la categoría de plata.

Pese a que tuvo poco tiempo el balón, pese a sus problemas para quitárselo al oponente, pese a padecer continuas acometidas, el Cádiz CF salió victorioso gracias al factor más determinante: la eficacia. Cuatro remates (22 menos que el rival) le bastaron para hacer dos goles. Fue el segundo partido que menos veces disparó (dos lo hizo en la derrota en el campo del Alcorcón) pero fue el encuentro de mayor efectividad: un 50 por ciento. Nunca había conseguido tanto con tan poco. Por algo es el primero de la clase.

El Cádiz CF fue el equipo con menor posesión de la 27ª jornada pero con ese 30 por ciento asestó un golpe a la Liga. No necesitó la pelota para ganar y provocar un impacto de 11 puntos en la tabla.

No hay victoria a domicilio sin dosis de sufrimiento. El anfitrión aprieta y no es fácil contener sus oleadas. El Cádiz CF, tras superar una etapa de malos resultados, vuelve a ser el mejor visitante de la Liga con 24 puntos de 42 en los 14 compromisos que ha disputado lejos de su estadio. Ha ganado la mitad de sus citas lejos de casa.