Risto Vidakovic no entrará silbando este domingo en Santo Domingo. El Cádiz cayó eliminado en la tercera ronda de la Copa del Rey ante el Poli Ejido y la derrota no sentó nada bien en el seno de un club que se había ilusionado con la posibilidad de hacer una buena taquilla en el Ramón de Carranza sacando partido de la visita de uno de los equipos punteros de Primera División. A la escuadra almeriense le tocó finalmente en el sorteo el Villarreal -nada de Real Madrid o Barcelona- y las aguas se calmaron en el barrio de La Laguna.

Aún así, el varapalo escoció de lo lindo y al serbio le llovieron críticas por entender algunos sectores que no se había tomado la cita tan en serio como obligaban las circunstancias económicas de la entidad centenaria. Y lo cierto es que el entrenador del Cádiz apostó por los mismos hombres que le venían sacando las castañas del fuego en rondas anteriores y, hasta el descanso, en Santo Domingo sólo hubo un equipo sobre el rectángulo de juego. Y vestía de amarillo. En la segunda parte todo cambió de repente y, en el último suspiro, la escuadra de Julio Velázquez, gracias a un gol de Katxorro, lograba la clasificación en detrimento de los cadistas.

Bestia negra. Era la tercera vez que Risto Vidakovic se enfrentaba al Poli Ejido desde que la temporada pasada se convirtiera en primer entrenador al frente del Écija. Y en tres ocasiones, tres derrotas. El técnico serbio, en las filas del conjunto astigitano, cayó en la competición liguera tanto en la primera como en la segunda vuelta. Y esta campaña, comandando al Cádiz y a la espera de lo que suceda este próximo fin de semana, ya lleva un traspié en el contexto del torneo copero.

Tanto con el Cádiz como con el Écija, Risto Vidakovic saldó su visita a Santo Domingo con una derrota por la mínima. Y en el Municipal de San Pablo, feudo del conjunto sevillano, el serbio acabó sucumbiendo por cero goles a tres.

Con esta sinopsis, si cualquier jugador del Cádiz afrontará la octava jornada con el cuchillo entre los dientes por la eliminación copera, Risto Vidakovic, quien además acabó su carrera como futbolista allá por el año 2002 en la escuadra almeriense, lo hará especialmente motivado por las circunstancias.

El Cádiz, como colectivo que lucha y trabaja bajo un mismo escudo, querrá imponerse a la escuadra celeste por un triple motivo: el primero de ellos, la venganza por lo ocurrido recientemente en el torneo del k.o.; el segundo, para evitar que en esta nueva campaña en Segunda División B aparezca en las pesadillas otra bestia negra como en la que acabó convirtiéndose hace dos años el Conquense. Y el tercero, porque se ponen en juego tres importantes puntos.