El resultado del Cádiz CF - Sevilla

Demasiado castigo (1-3)

  • El equipo amarillo planta cara a un rival de superior calidad y cae en un cruel desenlace en la recta final con el segundo gol de los visitante precedido de una clara falta

Juan Cala se lamenta de una ocasión fallida

Juan Cala se lamenta de una ocasión fallida / Lourdes de Vicente

El Cádiz CF tropezó con la dura realidad de la Primera División. Compitió de tú a tú contra el Sevilla, uno de los gigantes del fútbol español, y hasta llegó a ir por delante en el marcador al inicio de la segunda parte hasta que un cruel desenlace echó por tierra el trabajo desplegado durante toda la tarde.

No mereció tamaño castigo el conjunto amarillo, que tenía amarrado un punto hasta que el Sevilla impuso su pegada en la recta final, con un segundo gol no exento de polémica, ya que los locales reclamaron una falta previa en el origen de la jugada clave del partido. La sufrió Lozano, muy clara pero no señalada por el árbitro ni durante el juego ni después a través del VAR. El equipo pequeño se vio perjudicado en una acción clave.

Bastante hizo el Cádiz CF con tutear a uno de los grandes, pero con lo que ya no pudo fue con la incomprensible actuación de Medié Jiménez, que fue quien a la postre tumbó a los gaditanos. El árbitro perjudicó, y mucho, al equipo pequeño. La falta no fue clara, fue clarísima. ¿Por qué no la señaló? ¿Por qué no la revisó en el monitor? ¿Qué papel desempeñó el VAR? ¿Por qué una falta que no admite discusión deja de ser pitada?

El Cádiz CF perdió fruto de una decisión injusta. Fue un aviso de lo que le espera en su trayecto. La cuestión es si tendrá el respeto de todos los que están sobre el césped y en una sala con un sinfín de cámaras.

Álvaro Cervera por fin pudo sentarse en el banquillo tras superar el coronavirus. El entrenador apostó por el once que comenzó en Huesca, con un 4-4-2 muy definido.

Tan enchufados salieron los de casa que en el primer minuto estuvieron a un tris de cobrar ventaja con un derechazo de José Mari desde la frontal del área que no fue gol de milagro. Bono impidió el 1-0 con una gran estirada.

La ocasión, clarísima, fue el aviso de los gaditanos de que estaban dispuestos a plantar cara. Los visitantes no tardaron en adueñarse del balón y en la primera acción asociativa entre Rakitic, Suso y Ocampos fabricaron un gol, obra del argentino en el minuto 8, que no subió al marcador por un ajustado fuera de juego del gaditano.

Los locales no se arrugaron pese a la evidente mayor calidad de su oponente. Presionaron con alta intensidad y pisaron al área contraria con valentía. De nuevo se interpuso Bono tras un latigazo de Pombo (en el 17), una semana más el inventor en ataque. El tiro lo hizo tras un más que posible penalti por agarrón a Jonsson dentro del área que ni siquiera fue objeto de revisión en el monitor.

El paso del tiempo asentó a los sevillanos, que empezaron a tocar y tocar de un lado a otro frente a una muralla amarilla que presentó alguna que otra fisura ante tanta calidad. En el 28, Óliver Torres remató al poste a un metro de la portería y dos minutos después Rakitic, con todo a su favor en el corazón del área, conectó un disparo defectuoso. La sombra del 0-1 se agigantaba por momentos.

La balanza se inclinaba hacia el conjunto más poderoso mientras el Cádiz se abonaba al trabajo en bloque con las líneas juntas. Mucho esfuerzo para tratar de mantener la portería a cero, objetivo primordial para amarrar al menos un punto.

En el 39, Cifuentes desvió un zurdazo de En-Nesyri tras ganar la espalda a Iza Carcelén. Una prueba más del acoso de los de Nervión. Se sucedieron las llegadas de los de Julen Lopetegui, que fueron de menos a más mientras los anfitriones dejaron de aparecer arriba.

El esférico duró muy poco en poder de los amarillos, que agradecieron la irrupción del descanso justo después de un mal cabezazo de En-Nesyri solo delante de Cifuentes.

El empuje del Cádiz había ido a menos al perder clarividencia en la salida a la contra, sobre todo porque ya no robaba balones como al principio. Pero estaba metido en el partido, con sus opciones intactas.

Arrancaron los locales la segunda mitad con sorpresa. Golpearon con un gol marca de la casa. Robo, transición de vértigo y zarpazo certero. Pim, pam, pum. En el 48, Marcos Mauro birló el cuero a En-Nesyri en la zona de tres cuartos del ataque sevillista y lanzó la contra con un servicio largo a Pombo. El zaragozano avanzó por la izquierda, puso un centro medido a Negredo en el interior del área y el ariete, todo experiencia, cabeceó atrás hacia Salvi, quien no falló solo delante de Bono para poner el 1-0. El sanluqueño se estrenó como goleador en Primera División en el momento más oportuno.

Los de casa se adelantaron como mejor saben y desde entonces el reto fue administrar la renta, que casi aumentó con una rabona de Negredo a la que respondió Bono con una mano.

Fueron los mejores minutos de un Cádiz crecido que, sin embargo, se acabó topando con la realidad. Lopetegui metió frescura con Jordán, Munir y De Jong y el holandés firmó el 1-1 con un testarazo inapelable tras una brillante jugada de Jesús Navas. El de Los Palacios mareó a Espino y colocó un centro milimetrado a la cabeza del artillero.

Cervera apostó por aire fresco en la medular con Augusto Fernández y Álex se ubicó con él en la recta final cuando el míster apostó por Malbasic y Lozano en punta. Y el equipo acabó sin extremos con el tramo central fortalecido con la presencia de Fali y Bodiger

El Sevilla apretó en busca de la victoria ante un Cádiz ordenado en su parcela que tuvo alguna ocasión a la contra gracias a la velocidad de Lozano. Hasta que en el 89 llegó el mazazo. Jordán sirvió por el pasillo central a Munir, Cala no acertó a despejar y Munir no perdonó en el mano a mano con Cifuentes. Los locales protestaron una falta previa sobre Lozano. Fue muy clara la infracción, pero el tanto subió al marcador.

1-2 casi sin tiempo para reaccionar. De hecho, Rakitic, en el 94, puso la puntilla con el 1-3 que salvó la revisión del VAR.

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