Claudio, sin ideas fijas

En el diccionario de la Real Academia Española (RAE) se recoge que confusión es la acción y efecto de confundir. Acudiendo a la definición de este verbo en el mismo, se comprueba que existen seis acepciones diferentes, la primera de las cuales se explica con las siguientes palabras: "Mezclar, fundir cosas diversas, de manera que no puedan reconocerse o distinguirse". Una vez leído esto, no cabe duda que esa acepción del término confusión le viene como anillo al dedo a lo que está ocurriendo durante la presente temporada con las alineaciones del Cádiz en la competición liguera.

La mezcla de jugadores a la hora de decidir el equipo titular ha sido tan variada a lo largo de las jornadas que se llevan cumplimentadas que resulta imposible reconocer o distinguir cuál es el once tipo del Cádiz 2015-16, si es que en realidad existe en las cabezas pensantes de Claudio Barragán y Alfredo Santaelena, máximos responsables del cuerpo técnico. En el cuadro adjunto a esta información, que recoge los partidos en los que saltaron al campo desde el primer minuto los diferentes integrantes de la primera plantilla, se puede comprobar que el entrenador natural de la localidad valenciana de Manises ha empleado nada menos que 11 alineaciones iniciales distintas entre sí en los 12 choques de Liga ya disputados. De hecho, hasta el fin de semana pasado, antes de medirse al Betis B en el Ramón de Carranza, era un pleno de 11 formaciones titulares sin coincidencia absoluta en ningún caso.

La única excepción acaeció precisamente el sábado al ser utilizados los mismos hombres que habían comenzado la contienda precedente, en la cual el conjunto cadista se impuso en feudo del Linares Deportivo. Claudio Barragán optó por repetir por primera vez uno de sus onces anteriores con el objetivo de lograr algo sin precedente alguno en el presente ejercicio, la suma de dos triunfos de modo consecutivo. El resultado de esa novedosa experiencia no fue el ansiado, pues es archisabido que la imagen ofrecida cabe calificarla como paupérrima y que, para más inri, el colista se llevó para Sevilla un empate que no esperaba ni el más pesimista de los hinchas del Cádiz.

La exagerada cantidad de probaturas ha propiciado tantas variaciones que en ellas han participado nada menos que 20 jugadores de los 22 que se pueden considerar como miembros de la plantilla de Segunda División B, incluyendo en esa relación a un Alberto Quintana que continúa perteneciendo a la de Primera Andaluza, dirigida por Fernando Niño, pero que habitualmente ha contado para Claudio Barragán. Los dos únicos que no se han estrenado todavía como titulares son el portero Pol Ballesté, quien de momento se ha tenido que conformar con ser el guardameta fijo de la Copa del Rey -dejó la portería inmaculada en los tres encuentros celebrados hasta ahora-, y el defensa lateral izquierdo Andrés Sánchez, que víctima de una lesión de larga duración no ha estado disponible hasta hace poco. El entrenador ya le ha concedido unos minutos en un par de contiendas ligueras y se apunta como bastante probable la opción de que intervenga desde el pitido inicial este mismo domingo contra la Balona. De ser así, se acumularía la 12ª alineación en 13 jornadas, además de incrementar la lista de titulares hasta 21 en tan corto tramo. Una cantidad exorbitante.

A pesar de las rotaciones, pocas obligadas por circunstancias de fuerza mayor porque casi siempre las originó el gusto del técnico, hay tres futbolistas que mantienen la vitola de indiscutidos ya que jamás se quedaron en el banquillo o en la grada. Se trata del portero Alberto Cifuentes, el defensa central Josete y el medio centro de carácter creativo Abel Gómez. El guardameta no se ha perdido ni un instante mientras los otros dos coinciden en el hecho de que solamente no han estado sobre el campo 25 minutos.

Total, que si se eligen los 11 jugadores con más titularidades para elaborar un teórico once tipo o de gala habrá que tirar hasta de Mantecón, quien tan solo ha figurado la mitad de las veces en la alineación inicial.