Lejos queda aquel viernes 17 de septiembre cuando, en el estadio de Balaídos, el Cádiz CF se apuntaba la primera victoria de la temporada. Era la quinta jornada de Liga y el conjunto gaditano no conocía el triunfo después de dos empates y dos derrotas. En Vigo, frente al Celta, los amarillos vencieron 1-2 en lo que debió ser un punto de inflexión que realmente no fue tal.

No habían empezado las cosas bien para el Cádiz CF en su segunda campaña consecutiva en Primera División. Los cuatro primeros encuentros habían dejado dos puntos fruto de las igualadas contra el Levante (1-1), con un gol de Pacha Espino en el último suspiro, y en el campo del Betis (1-1). Las otras dos citas se saldaron con derrota en el Nuevo Mirandilla (antiguo Carranza) ante el Osasuna (2-3), con el equipo amarillo ganando hasta el minuto 91, y la Real Sociedad (0-2).

La cuestión es que el Cádiz CF se presentaba en Vigo en la 16ª posición con dos puntos, uno por encima del descenso que marcaba precisamente el Celta. Pues los entonces dirigidos por Álvaro Cervera dieron un golpe en la mesa que dejó al cuadro gallego muy tocado. Pero así es el fútbol porque casi cinco meses después el conjunto cadista es antepenúltimo con 18 puntos -a cinco de la zona de salvación-, mientras que el Celta suma 30 y es el décimo clasificado. Lo que han cambiado las cosas.

Además, el técnico cadista sorprendió con una alineación diferente en la que llamó poderosamente la atención la titularidad del juvenil Álvaro Bastida formando un triángulo en el centro del campo con el que se buscaba anular la línea creativa del enemigo.

Aquel 17 de septiembre en Balaídos, el Cádiz CF tuvo la virtud de golpear a su adversario en el momento que más duele. Fue a las puertas del descanso cuando primero Choco Lozano y después Pacha Espino abrieron una brecha importante en el marcador ante un cuadro celeste que no daba crédito a lo que estaba sucediendo en el césped a pesar de que los amarillos no querían el balón ni jugar en el campo del rival.

Como no podía ser de otra manera, en la segunda parte al Cádiz CF le tocó sufrir y vivir 45 minutos largos atrincherado en su área. Una segunda parte en la que el Celta apretó hasta el infinito con dos remates al larguero que pusieron en peligro aquel primer triunfo en Liga. Los de Cervera se multiplicaron en tareas defensivas y apelaron más que nunca a aquello de 'La Lucha No se Negocia'.

Casi cinco meses después regresa el conjunto vigués al camino del Cádiz CF; ahora con los papeles cambiados respecto a la primera vuelta porque es el cuadro gaditano el que se encuentra inmerso en la zona de descenso y el que tiene toda la presión después de perder de manera injusta en Mallorca. El choque de Balaídos es historia y sólo debe servir para que el equipo de Sergio González sepa que esta temporada ya fue capaz de vencer al Celta.