Cádiz CF

Sufrida primera victoria de la temporada (1-2)

  • El Cádiz CF suma tres puntos de oro en el terreno del Celta de Vigo 

Espino frena el avance de Hugo Mallo.

Espino frena el avance de Hugo Mallo. / Salvador Sas/Efe

El Cádiz CF saboreó su primera victoria (1-2) de la temporada que fraguó desde su sistema defensivo, que aplicó con eficacia. Dio dos golpes de efecto en la primera parte y en la segunda se dedicó a administrar una ventaja de dos goles que casi pierde en la recta final cuando el Celta de Vigo remató dos veces al larguero.

Liderados por un colosal Pacha Espino, los amarillos ofrecieron una exhibición de consistencia, con el aderezo de la disciplina, aunque la excesiva cesión de espacio en la la segunda mitad le hizo pasarlo mal. Pese al bajón tras el intermedio, resistió y se levó un triunfo que vale oro molido. Se quita un peso de encima y evitar caer a la zona de descenso. Y, como añadido, recibirá al Barcelona con algo más de tranquilidad

Álvaro Cervera revolucionó la alineación hasta límites insospechados, con la mayor novedad del juvenil Álvaro Bastida como parte de un trivote en forma de triángulo. El entrenador quiso agitar la coctelera no sólo movimientos en el once, también con un dibujo 4-1-4-1 con la idea de proteger las bandas y el centro.

El partido arrancó con un susto que hizo el temer lo peor. En el minuto 4, un mal despeje de Varazdat Haroyan propició un remate de Cervi que no se tradujo en gol de milagro. El balón le llegó franco al corazón del área, pero se marcó por encima del larguero.

Los amarillos replicaron en el 7 con un disparo desviado de Lozano que no dejó de ser una mera declaración de intenciones.

Como se esperaba, los celestes se adueñaron del esférico ante Cádiz CF al que no le importó ceder la iniciativa y dio absoluta prioridad al sistema defensivo si renunciar a la presión alta cuando vio el momento. En el 21, un robo arriba dejó a Salvi solo en la frontal del área, pero el cañonazo del sanluqueño no encontró puerta.

El acoso de los locales fue en aumento pasado el ecuador de la primera parte, pero los gaditanos no se arrugaron aunque demasiado atrás en determinados instantes, con salidas a la contra sin remate. El equipo de mostró sólido, sin fisuras, con máxima intensidad, implicado al máximo en la tarea de la destrucción.

El plan diseñado sobre la pizarra funcionó porque los amarillos lograron desactivar al Celta en ataque a falta de aparecer arriba con verdadero peligro. Hasta que lo hizo en el minuto 38 con el mejor resultado posible. La recta final antes del descanso fue cuando se desataron los visitantes.

Tomás Alarcón centró al interior del área con una rosca fantástica y Lozano se anticipó a todos con un toque suave de cabeza con el que llevó el balón al fondo de la portería pegado a un poste. Un bello tanto, el primero del hondureño esta temporada, para poner el 0-1.

Muy poco duró el marcador, que se duplicó cinco minutos más tarde. El 0-2 nació de una jugada made in Cádiz CF. Pelotazo largo para Lozano, que hizo el resto. El delanteri Se marchó por velocidad de Fontán y cuando penetró en el área fue derribado por el defensa.

Penalti indiscutible que acabó en gol pero no desde los once metros. Salvi lanzó desde el punto fatídico de manera muy inocente, Dituro despejó el cuero y Espino, el más listo de la clase, llegó solo para rematar y colocar el 0-2 en el 43 en pleno éxtasis cadista.

Los visitantes pusieron las bases para anotarse el primer triunfo del curso aunque quedaba en la segunda mitad la previsible estampida ofensiva de los gallegos.

El balón empezó a entrar en el área cadista con frecuencia, casi siempre con centros aéreos resueltos con despejes de cabeza. El dominio de los locales fue tan agobiante como ordenada la defensa de un equipo al quie el costó organizar una contra, y más tras la lesión de Lozano, que dejó su plaza al debutante Arzamendia, ubicado en la izquierda por delante de Espino.

Todo iba sobre ruedas. No sucedía nada de interés, sin ocasiones en ningún lado aunque con un problema que podría acarrear consecuencias negativas: el Cádiz CF estaba muy atrás, apenas salía de su parcela y dio el balón y el campo a su rival. Quiso defender la renta

Y todo se complicó desde el minuto 64 cuando Santi Mina marcó el gol que supuso el 1-2. Ledesma repelió el balón tras el remate de Nolito, volvió a salir para despejar con un puño pero en lugar de hacerlo a una banda lo puso de la frontal del área, desde donde acertó el delantero para apretar el marcador.

El gol condenó a los amarillos a unos minutos finales de auténtico sufrimiento, incapaz de dar dos pases seguidos, sin poder salir de su terreno. Cervera buscó oxígeno con Jonsson, Álex Fernández y Osmajic mientras Santi Mina encabezó la rebeldía celeste con remates peligrosos: un testarazo se perdió cerca de un poste y Ledesma se interpuso tras una media chilena del ariete.

El agobio fue constante. Sólo se jugaba en el verde de la zona visitante y Iago Aspar remató al larguero en el 91, con cinco minutos aún por delante que fueron una eternidad. En el 95, Murillo, completamente solo en el área, cabeceó otra vez al larguero. Ahí se acabó el sufrimiento. Victoria que supone un alivio.

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