Hay que mantener la prudencia, pero el mejor síntoma de la vuelta a la normalidad es que la afición del Cádiz CF, como las demás, pueda apoyar a su equipo allá donde juegue por muy lejos que sea el partido de turno.

La hinchada cadista disfrutó como nunca de su estancia en Bilbao. Los que tuvieron la suerte de poder vivir la experiencia se llevaron un recuerdo imborrable. Algunos se desplazaron del sur al norte en una paliza de viaje que mereció la pena. El viaje de vuelta, con una sonrisa de oreja a oreja.

Otros, los que viven más cerca de la capital vizcaína, no perdieron la oportunidad de dar su aliento al Cádiz CF en un partido de Primera División que el año pasado no pudieron ver desde la grada al estar cerrados entonces los estadios por la maldita pandemia del covid-19.

El equipo amarillo no caminó solo el viernes 5 de noviembre y dio la campanada en la Catedral con una victoria (0-1) muy importante frente al Athletic que le da vida en la constante pelea por la permanencia que le espera durante la campaña 2021/22.

Los aficionados cadistas que lo vivieron in situ disfrutaron de lo lindo con los tres puntos que supusieron una sorpresa porque los que partían como favoritos eran los leones. Pero se llevaron algo más que hizo del partido una jornada para el recuerdo: el cariño de muchos vascos. La parroquial local destacó por s caballerosidad y deportividad.

Los seguidores del Athletic ejercieron de perfectos anfitriones y los hinchas visitantes se sintieron como en casa. Verdadero ambiente de fútbol con armónica convivencia como debe ser.

Más allá de la sana rivalidad, lo bonito es llevarse bien y disfrutar el momento. Antes del partido, aficionados de los equipos estuvieron mezclados en los bares de los alrededores de San Mamés. Conversaciones amigables, laza de unión y ganas de repetir.

El Cádiz CF dedicó palabras a sus seguidores con un mensaje que lanzó a través de sus redes sociales. "¡Nuestro reconocimiento a todos esos cadistas que cruzaron España para vernos ganar en San Mamés!", señalaron desde el club.

La fiesta del fútbol empezó mucho ante del partido con el buen rollo reinante en los aledaños del estadio. La parroquia cadista se lo pasó en grande y son muchos los mensajes de alabanza hacia la afición del Athletic y los ciudadanos de Bilbao por el magnífico trato dispensado. Un ejemplo más de que el fútbol debe servir para unir más allá de lo que suceda sobre el césped.