El verano tras un mostrador

A junio le quedan horas para extinguirse y darle el relevo a julio, un mes que para muchos es sinónimo de vacaciones y para otros, en cambio, supone una carga adicional de trabajo. Les pasa a quienes, como Juan Diego Rodríguez Mera, trabajan proporcionando ocio. Este joven de 29 años, que lleva cuatro atendiendo a los clientes del hotel Regio 1 tras el mostrador de la recepción, tiene asumido que durante la temporada estival apenas puede disfrutar del verano debido a la ingente cantidad de trabajo que tanto sus compañeros como él deben repartirse durante esos meses. Sus vacaciones llegarán a partir del mes de octubre.

"Los últimos fines de semana de mayo y los primeros de junio ya notamos un aumento de clientes, y en la segunda quincena de junio ya estamos trabajando a buen ritmo entre semana. A partir de julio el trabajo ya se multiplica y a veces resulta estresante, pero ya estamos acostumbrados", comparte Rodríguez Mera. El profesional aclara que su horario laboral no aumenta durante los meses de verano, pero sí el volumen de trabajo. El teléfono suena constantemente, el fax no descansa en todo el día, hay que atender a los nuevos clientes y despedir a los que se marchan, numerosas facturaciones, hay que atender las redes sociales, confirmar las múltiples reservas... Una actividad ésta que no cesa durante las ocho horas que se prolonga su turno.

El turno de mañana asegura que es el más estresante "porque los clientes que se van apuran hasta el final y abandonan la habitación en el último momento, y los nuevos llegan temprano para aprovechar el día y hay que preparar las habitaciones y realizar las gestiones con cada uno de ellos".

El hotel Regio 1, de tres estrellas, abrió sus puertas en 1978, y actualmente, tras una renovación de sus espacios, cuenta con 50 habitaciones. En los meses de verano, cuando el trabajo se intensifica, Juan Diego no ve incrementado su horario laboral, pero sí algunos de sus compañeros, como las camareras de piso. Y se congratula de poder librar un fin de semana al mes.

El recepcionista compara el cliente que accede al hotel en invierno y en verano. Indica que durante la temporada baja la mayoría de los usuarios de sus habitaciones son personas que visitan la ciudad por cuestiones laborales y pernoctan en el establecimiento una o dos noches. En cambio, durante la temporada alta, los visitantes vienen buscando, principalmente, sol y playa, y duermen en las instalaciones hoteleras de tres a seis noches. Son, en su mayoría, turistas europeos. Turistas procedentes de Italia, Inglaterra, Francia... y también eligen este hotel un alto porcentaje de clientes rusos y chinos. De ámbito nacional, la mayoría son madrileños, sevillanos, catalanes, malagueños, cordobeses y jienenses.

Aunque la actividad no cesa en el hotel, Rodríguez Mera reconoce que la crisis se está notando "un poco". No obstante, explica que al no tener la capital gaditana una alta oferta de camas hotelera y ser una ciudad muy visitada, la demanda de habitaciones sigue siendo elevada. Lo que sí nota es que los clientes están realizando las reservas con menos antelación que en años anteriores, e incluso recibe a muchas personas en la recepción que han venido a Cádiz sin reservar plaza y van por los hoteles preguntado tarifas y condiciones. Muchos de ellos deciden quedarse en el hotel Regio 1, "que en algunas fechas ofrece precios más bajos que el pasado año", asegura el profesional.