El Ayuntamiento anunciaba hace unos días que a partir del 1 de julio volverá la zona azul y naranja a las calles del entorno del Paseo Marítimo, y hablaba de éxito de la iniciativa años anteriores e incluso de reclamación vecinal para que el aparcamiento regulado se mantenga durante todo el año y no sólo en verano. Pero sin embargo, un sector de esos vecinos expresa todo lo contrario. Para la nueva asociación que aglutina a los residentes en la zona del Paseo, desde Ingeniero La Cierva hasta Cortadura, el anuncio de la zona azul de verano ha sido como la gota que ha colmado el vaso de la paciencia de unos vecinos hasta ahora silenciosos.

La asociación ha estallado contra el Ayuntamiento, denunciando que “tienen secuestrado el barrio” con las sucesivas decisiones que se van adoptando en torno a esta zona de la ciudad. “El verano se ha convertido en un castigo para nosotros, nos sentimos maltratados en la ciudad. Somos vecinos, vivimos el año entero aquí y tenemos derecho al descanso y a saber qué va a ocurrir en esta zona, pero no cuentan con nosotros para nada; nos tienen eclipsados”, denuncia la nueva asociación El Balneario, que traslada diversas reivindicaciones al Ayuntamiento.

La primera guarda relación directa con el aparcamiento, porque el anuncio del pintado de las calles de naranja y de la Avenida de azul ha caído como un jarro de agua fría. “Nos hurtan el aparcamiento a los vecinos”, trasladan desde la entidad, recordando que las calles perpendiculares al Paseo “ya soportan todos los servicios y aparcamientos reservados que antes había en la playa”, lo que genera molestias y problemas incluso para el acceso y salida de los garajes particulares.

“El barrio se ha convertido en un foco para sacar dinero. La Avenida de zona azul, las calles de zona naranja. ¿Se cree el Ayuntamiento que todos los vecinos tienen garaje? ¿Y qué ocurre con las familias que tienen aquí una segunda residencia?”, preguntan los vecinos, que se quejan también de los restrictivos requisitos de la tarjeta de residente para la zona naranja. “Nos han dejado el negocio de Emasa”, concluyen al respecto.

Además del aparcamiento, los vecinos reclaman mayor seguridad. De hecho, aseguran que esa zona de la ciudad que años atrás era sinónimo de ocio y de llenos se ha convertido “en un cementerio”. Por ello, reclaman mayor iluminación en el Paseo. Y como medida de seguridad, denuncian que los accesos al Paseo no están protegidos con ningún bolardo o similar, lo que preocupa especialmente por posibles atropellos y otros sucesos relacionados.

La limpieza es otra de las reclamaciones de estos vecinos. Y, en concreto, la limpieza de un punto muy localizado: el chiringuito que languidece abandonado a la altura de la calle Villa de Parada. “Hay ratas, cucharachas… Es un nido de porquería”, aseguran los vecinos, que piden al Ayuntamiento el rescate de la concesión, o al menos la conservación “de unas mínimas medidas de higiene y limpieza” mientras se mantenga esta situación de abandono.

Vinculado a esto, reclaman una campaña de desinsectación “mejor organizado”. Aseguran que se está realizando en estas fechas, “cuando las cucarachas ya tienen tamaño de caballos”, y que además no se informa previamente de su inicio, “por lo que cuando empiezan a fumigar se nos meten las cucarachas en las casas y en los garajes”.

Por último, estos vecinos que desde hace unos meses ya funcionan asociados, reclaman al Ayuntamiento un local en el que poder celebrar sus reuniones y organizar actividades. De hecho, plantean la posibilidad de compartir la sede de la asociación de Muñoz Arenillas “como fórmula provisional hasta que el Ayuntamiento no disponga de un local apropiado para nosotros”.