Los vecinos de la calle Fernán Caballero se han hartado de aguantar las consecuencias del mal estado de las conducciones de agua, que llevan padeciendo desde hace dos años. Este fin de semana han vuelto a sufrir el corte del suministro después de la avería de la tubería en la zona más próxima a la esquina con la calle Enrique de las Marinas, junto al almacén de la ferretería Quirós, donde los operarios de Aguas de Cádiz abrieron una zanja. El sábado estuvieron sin agua hasta las seis de la tarde. El suministro se recuperó y se volvió a interrumpir a las once de la noche. El domingo a mediodía volvía el agua al tramo entre Adolfo de Castro y la Alameda, no así al otro. Las llamadas a Aguas de Cádiz han sido una constante por parte de los vecinos.

“La avería es consecuencia de las malas condiciones de las tuberías y esto se debería haber planificado de otra manera”, explicaba Chari Carrión, una de las afectadas, en nombre de los vecinos. Los problemas vienen de largo. “Más de una vez han reventado las tuberías, saliendo el agua hacia arriba como un géiser y empujando los adoquines”, señala. En el tramo de Adolfo de Castro a la Alameda llevan mucho tiempo con un apaño escasamente estético. “Son tuberías aéreas, de color negro, que suben hasta las viviendas, pero el problema sigue en las conducciones generales de la calle. Mientras no arreglen eso, seguiremos con los problemas”, apunta.

Entienden los vecinos que la calle necesita una reforma a fondo, con la sustitución de las conducciones de agua y la pavimentación de la vía. “La calle está parcheada porque cada vez que se rompe la tubería, la arreglan y tapan el suelo con alquitrán o con una torta de cemento. Cuando llueve o pasan coches, el pavimento se resiente. En cuanto llueve salen a flote las deficiencias”, indica Chari Carrión. “Y para colmo no hay husillos que recojan esas aguas. Debe ser la única calle de Cádiz que no tiene desagües”, añade.

Los vecinos de Fernán Caballero estiman que el arreglo del pavimento es “muy necesario”. “La calle tiene aceras estrechas donde no caben sillas de ruedas. La accesibilidad es malísima”, concluye Carrión.