Precampaña electoral 2019

La unidad como panacea

  • El socialismo gaditano entierra rencillas internas y ofrece una imagen de piña ante su líder

Pedro Sánchez se hace una foto con uno de los asistentes al mitin de Cádiz.

Pedro Sánchez se hace una foto con uno de los asistentes al mitin de Cádiz. / Lourdes de Vicente

Pocas cosas hay más idénticas que los mítines políticos. Cambian los actores, el color de las banderas, los himnos... y poco más. Hasta los asistentes se asemejan en cada acto. Y su edad media. Se coge al público de un mitin, se le teletransporta a un programa de televisión vespertino y tatachán... encuentren las siete diferencias. En el baño de masas del presidente en funciones en Cádiz sí que hubo una novedad con sus anteriores visitas: unidad. Al menos de cara a la galería. Que sepamos nadie salió de la Punta San Felipe con una puñalada (figurada claro) en la espalda, y eso que por el atril, además del cabeza de cartel, pasaron, en estricto orden de aparición: Fran González, Irene García y Susana Díaz. Poco se había prodigado hasta ahora la lideresa andaluza por la capital gaditana desde que llegara a San Telmo, y menos aún tras abandonarlo. Sin embargo, en la noche de este martes no le dolieron prendas para pedir el voto para el hombre que la apartó de la Secretaría General del PSOE.

Desde luego la imagen que dio el partido en Cádiz fue de piña. Sentados en primera fila, además de los ya citados, socialistas como Manuel Jiménez Barrios; Mara Rodríguez, portavoz socialista en el Ayuntamiento gaditano; el diputado Juan Carlos Campo; el subdelegado del Gobierno, José Pacheco; el senador Fernando López Gil, Victoria Machuca, Ruiz Boix, María Jesús Castro... alcaldes como José María Román, Patricia Cavada, Alfonso Moscoso, Víctor Mora, Isidoro Gambín, Javier Pizarro o Javier Ruiz Arana. Entre el público, en un discreto segundo plano, también se pudo ver a antiguos dirigentes como Francisco Menacho, Rafael Román, amigo íntimo del presidente, Pablo Lorenzo o Fermín del Moral.

Dirigentes históricos y actuales se citan en una noche de ‘campaña electoral’

El lugar escogido para un acto que dio el pistoletazo de salida oficioso a una campaña electoral que aún tardará días en oficializarse, pero en la que llevamos inmersos prácticamente desde que se convocaron los comicios del pasado abril, fue la Sala Momart. El aforo se llenó desde bien pronto. Su pétreo anfiteatro dejó pocos huecos. Si acaso se echó de menos a algún vendedor de almohadillas taurinas para evitar que las posaderas de los presentes acabaran tan doloridas como después de la más exigente clase de spining. No faltaron los graciosos de turno preguntando hasta qué hora duraba la barra libre, obvio, aunque no se necesitaron chupitos para subir la temperatura en la sala con algunos de los temas tratados. Grande-Marlaska fue uno de los triunfadores de la noche sin siquiera necesitar comparecer. Todos los oradores tuvieron un recuerdo hacia la labor del ministro del Interior en estos días críticos de la historia de España en que es más necesario que nunca tener “templanza”. Templanza y unidad, pidió Pedro Sánchez.

Cataluña estuvo muy presente. Era inevitable. Incluso bromeó el presidente. “Torra anda llamándome todos los días, cuando debería llamar a la convivencia”, dijo. Pero también hubo aplausos generalizados cuando se habló de los pensionistas y su lucha por un salario digno; de las víctimas de violencia de género, que siguen aumentando dramáticamente y engordando una estadística vergonzante; de la memoria histórica, con la exhumación de Franco como tema principal; cuando se recordó a Pedro Zerolo y una de sus frases eternas: “Yo defiendo una sociedad en la que caben ellos, pero en la de ellos no tengo cabida yo”; o en el momento en que Pedro Sánchez recordó que, a día de hoy, por más que digan las encuestas, tienen cero votos. Por eso pidió la movilización de la izquierda, del socialismo, de un partido que anoche en Cádiz se olvidó de los clanes y se agarró a la unidad como panacea.

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