Aunque la palabra sea la protagonista indiscutible del IX Congreso Internacional de la Lengua Española, otros lenguajes quedan invitados a la gran cita del español en Cádiz. Así, en el programa del precongreso, se ha querido contar con el lenguaje plástico y sostenible del artista Arsenio Rodríguez que participa con una instalación en el Baluarte de la Candelaria y un taller de reutilización y reciclado para niños a partir de 8 años donde construirán su propio “Keko-Kola”.

“Mis trabajos artísticos están basados en la reutilización y reciclaje por eso estos talleres me interesa dirigirlos al público juvenil e infantil porque los mayores están ya, o no están, concienciados mientras que es a los niños a los que hay que ir cambiándoles el enfoque y crearles esa conciencia sostenible. Y, además, si se lo pasan bien, que te aseguro que se lo pasan muy bien, pues mejor”, explica el artista gaditano que lleva hechos “más de 1.000 keko-kolas” en estas experiencias con chavales en diferentes puntos de la provincia.

Así, aunque Arsenio Rodríguez “ya no” se dedica “a ofrecer talleres” porque está “en otro punto” de su carrera artística, sí se ha querido sumar a esta gran cita preparatoria del Congreso de la Lengua convocando este taller “con 15 plazas” donde los asistentes construirán su propio muñeco a partir del reciclaje “de dos botellas” del popular refresco, una serie de botones, tapones, cuerdas y algunos elementos más. “Todo va ya perforado, con lo que los niños no es que tengan que manejar ningún elemento peligroso para ellos. LLevo todo en cajitas y se trata de encajar y de elegir e ir creando entre las diferentes opciones de colores y formas tu propio keko-kola, al estilo de un Mr. Potato”, ejemplifica.

Además del taller, que se celebra este jueves 23 de marzo a las 18.00 horas en el Baluarte de Candelaria (inscripción en arsenico_sincompasion@hotmail.com), Arsenio Rodríguez inaugura su instalación Santa Plástica en este mismo espacio, donde podrá visitarse hasta el 3 de abril.

“Estoy muy orgulloso de este trabajo, muchísimo, me ha cambiado totalmente todo y a partir de él pues estoy trabajando muchísimo también en el extranjero. Estoy muy orgulloso, sobre todo, porque nace de un momento malo, bastante malo de mi vida, pero de ahí he conseguido sacar muchísima belleza y verdad”, se congratula el creador que para la pieza que podemos ver en Cádiz ha utilizado unas 3.000 botellas de plástico, destacando así la importancia de trabajar con este material abundante, dúctil y desechable.

Un compromiso con la sostenibilidad que Arsenio ha demostrado desde el comienzo de su autodidacta carrera. “Y desde chiquitito porque ya mi madre me reñía por andar en la basura queriendo reutilizar las cosas. Tenía un síndrome de Diógenes artístico”, ríe.