Roteña, Cristiano y Esperancita vuelven a la mar de Cádiz tras recuperarse en una 'clínica de lujo' para tortugas marinas

Los tres ejemplares de Caretta caretta fueron soltados la mañana de este jueves 7 de agosto en la playa de Cortadura con gran expectación, sobre todo entre los más pequeños

La Junta subraya el importante papel de los miembros de la flota pesquera en la recuperación de esta especie declarada vulnerable

Vídeo: Tres tortugas marinas regresan al mar desde la playa de Cortadura en Cádiz

Uno de los ejemplares de tortuga boba regresa al mar ante la expectación de la gente, en la playa de Cortadura de Cádiz. / Julio González

Cayeron en las redes de barcos pertenecientes a la Cofradía de Pescadores de Sanlúcar y después de entre 3 y 8 meses de convalecencia y cuidados expertos e intensivos en el Centro de Gestión del Medio Marino Andaluz (CEGMA) de Algeciras, esta mañana regresaron a la mar. Roteña, Cristiano y Esperancita, tres ejemplares de tortuga boba (Caretta caretta), una especie declarada vulnerable, fueron soltados en la gaditana playa de Cortadura, a la altura del Ventorrillo del Chato, en un acto de concienciación y divulgación ambiental que congregó a bastante gente y del que disfrutaron sobre todo los más pequeños.

Antes de las 10:30, la hora señalada para la suelta, un grupito de niñas y niños se arremolina contemplando ilusionados a Roteña, una apacible tortuga boba de sexo indeterminado a la que los expertos le calculan unos 20 años de edad y a la que no parece importarle el revuelo. Minutos después llegará Cristiano, un torbellino que aletea con mucha energía para intentar escapar de la cubeta con cojines en la que la sujeta con fuerza la veterinaria Alejandra Cerezo. Pese a su masculino nombre, los expertos tampoco saben a ciencia cierta si Cristiano acabará anidando o no. Alejandra Cerezo trabaja para Seashore Environmental & Fauna, una de las ONG’s que participa en el proyecto ‘SOS Caretta: pescadores por la biodiversidad’. Esta iniciativa está impulsada por la Asociación Hombre y Territorio y persigue la implicación del sector pesquero en la recuperación de esta especie situada en la Lista Roja de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) a solo a un peldaño de en peligro respecto al riesgo de su extinción.

Pero a la que esperan con ansia estos tiernos proyectos de ecologistas es a Esperancita, la más pequeña de las tres, con una edad estimada de unos cinco años, seis kilos de peso y de sexo indeterminado también. “¡Qué bonita que es!”, gritan con emoción varios de ellos. A diferencia de sus dos compañeras, Esperancita no lleva en su caparazón el emisor satelital que permitirá a los expertos localizarlas cuando suban a respirar y poder trazar así sus rutas migratorias durante aproximadamente un año. Probablemente, se desplacen hasta algún lugar del sur del Mediterráneo, frente a la costa argelina, pero algunas atraviesan todo el Atlántico y pueden terminar en aguas de Florida.

Un niño toca a 'Esperancita' antes de que se sumerja en el océano. / Julio González

Después de que los agentes de Medio Ambiente levantasen acta de la suelta, el primero en enfilar decididamente la orilla rumbo a su hábitat es, por supuesto, Cristiano. Quizá porque esta es ya la segunda vez que ingresa y le dan el alta en el CEGMA. El microchip que le implantaron en el cuello en la primera ocasión, una especie de DNI de cada ejemplar, permitió identificar al reincidente. El pasillo acotado por la Delegación Territorial de Sostenibilidad y Medio Ambiente en Cádiz parece una alfombra roja. Todo el mundo alza sus móviles para inmortalizar el momento. Luego le toca el turno a Roteña, que no parece muy convencida de querer volver a sumergirse en el proceloso océano Atlántico. De hecho, se detiene un par de veces y después de una de ellas, incluso se da la vuelta y retrocede. Si las tortugas marinas son capaces de regresar a las playas donde vieron la luz, no sería raro que recordasen también dónde fueron tratadas con toda clase de mimos en los últimos meses. El caso es que uno de los voluntarios tuvo que cogerla en peso y mostrarle el camino hacia la libertad.

La veterinaria Alejandra Cerezo muestra de cerca 'Esperancita' a unas niñas. / Julio González

Una recuperación repleta de atenciones

Cristina Vázquez, auxiliar de biodiversidad del CEGMA, fue precisamente una de sus cuidadoras. “Las tres fueron rescatadas en Sanlúcar. Dos de ellas cayeron en redes. La más pequeña, no sabemos. Han estado en el centro entre 3 y 8 meses”, cuenta. “Presentaban úlceras en el plastrón [la parte inferior de la coraza]. Las tortugas pasan mucho tiempo en el fondo del mar, las corrientes las mecen y las rocas les producen ulceraciones. Durante todo este tiempo el equipo de veterinarios y cuidadores les hacemos un seguimiento, con analíticas, radiografías y otras pruebas para conocer el estado de sus pulmones, su estado nutricional y otros parámetros. Mientras, se las engorda con la alimentación adecuada para que cojan peso y se recuperen pronto, porque es importante que las tortugas regresen al mar lo antes posible. Les damos una dieta variada y siempre intentamos que haya un equilibrio entre pescado blanco, pescado azul, crustáceos y cefalópodos”.

En el CEGMA disponen de unas instalaciones con varias piscinas, una zona de cuarentena, otra de recuperación y una tercera que usan para la rehabilitación antes de soltarlas, “para que hagan musculación las que están más débiles. Y jugamos con el tema de las temperaturas del agua, porque son animales de sangre fría y no pueden regular la suya”. En fin, una especie de clínica de lujo para quelonios marinos con atención médica integral, spa, gimnasio y un restaurante saludable. Lejos de depredadores marinos, de redes de enmalle, de anzuelos de palangres, de hélices y de plásticos y microplásticos y de depredadores terrestres de sus nidos, las principales amenazas a las que se enfrentan en su medio natural.

Agentes de Medio Ambiente levantando acta de la suelta de las tortugas marinas. / Julio González

Por el centro han pasado unos 220 ejemplares

“Desde el año 2000 por el centro han podido pasar unas 200 tortugas rescatadas en todo el litoral andaluz, desde Almería hasta Huelva”, responde María del Carmen Arroyo, otra de las auxiliares de biodiversidad del centro. “Nos encargamos tanto de tortugas como de cetáceos. La estancia depende de la causa del ingreso. Si es por hipotermia y neumonía bilateral, las tortugas suelen estar poco tiempo ingresadas, pero si son causas antrópicas, como el corte con una hélice o un enmallamiento, pueden llegar hasta a un año, especialmente las que llegan con fracturas”, aclara.

“La suelta de estos tres ejemplares es en este tramo de la playa de Cortadura, porque a criterio técnico nos han dicho que es lo mejor”, explicó a los asistentes el delegado territorial de Sostenibilidad y Medio Ambiente en la provincia de Cádiz. Junto Óscar Curtido estuvieron la secretaria general de Medio Ambiente y Cambio Climático de la Junta de Andalucía, María López Sanchís; y las concejalas de Vivienda y Desarrollo Sostenible y de Parques y Jardines, y Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Cádiz, Ana María Sanjuán y Dolores Pavón, respectivamente. También acudieron el coordinador del proyecto SOS Caretta, Patricio Peñalver, técnicos de la consejería y miembros de la asociación de Ayuda a Personas con Discapacidad Intelectual, Afanas.

La más pequeña de las tortugas marinas regresando a su medio natural. / Julio González

'SOS Caretta': una suma de esfuerzos

El proyecto ‘SOS Caretta: Pescadores por la biodiversidad’ está coordinado por la Asociación Hombre y Territorio (HyT), en colaboración con Fundación Moeve, con la participación de Seashore Environment & Fauna y el apoyo de administraciones ambientales, pesqueras y portuarias, así como entidades de pesca del Golfo de Cádiz y del Estrecho.

María López y Óscar Curtido resaltaron el buen funcionamiento del proyecto SOS Caretta y la suma de esfuerzos que supone. Ambos subrayaron la labor del sector pesquero en el rescate de estos ejemplares, la dedicación de la Cofradía de Pescadores de Sanlúcar, el trabajo que desempeña el CEGMA en la recuperación de la especie y la labor de los técnicos de la consejería. Gracias a la labor del sector pesquero ya se han rescatado 63 ejemplares desde el inicio del proyecto en el Golfo de Cádiz.

En este acto se ha insistido en la relevancia del sector pesquero para rescatar estas tortugas, ya sea por el avistamiento de animales heridos o enredados con basuras marinas o por la interacción directa con las artes de pesca. Además, se ha valorado que la concienciación y la colaboración son fundamentales para la conservación de esta especie, por lo que se ha recordado a la ciudadanía que, ante una situación necesaria es esencial llamar al servicio de emergencias 112 para que el protocolo de rescate se active y se pueda actuar al respecto. Y nunca intentar desenmallar de una red ni de cualquier otro objeto asfixiante y cortante a una tortuga marina.

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