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Entrevista con Juan Carlos Sanjuan, presidente de la cadena internacional de hoteles Casual

“Muchos se rieron de mí y ahora todos quieren venirse para Cádiz”

  • El propietario de los hoteles Casual reconoce que cuando él puso el ojo en esta ciudad “muchos me tacharon de loco pero sé que tiene muchas cosas que están aún por descubrir”

Juan Carlos Sanjuan, presidente de la cadena de hoteles Casual.

Juan Carlos Sanjuan, presidente de la cadena de hoteles Casual. / Julio González (Cádiz)

Repite con orgullo que nació en el barrio de la Plata de Valencia. Repite con amor que su madre siempre está presente en sus hoteles. Repite con agradecimiento que le debe mucho a Meliá. No parece mentir cuando habla del compromiso que tiene con sus trabajadores y con sus familias. Se hizo a sí mismo. Durante el covid se quedó casi sin dinero para comer y su padre le llevaba comida a su casa. Ahora, Juan Carlos Sanjuan, a sus 49 años de edad, es presidente de la cadena de hoteles Casual, con 25 alojamientos y 500 empleados a su cargo.

–¿Cómo se fabrica un Juan Carlos Sanjuan?

-A ver, empecé a trabajar muy joven. Con 19 años entré en el Melia Don Jaime, en Valencia, y ahí me di cuenta de que me llamaba esta profesión. Trabajaba de recepcionista de noche y de día me sacaba la carrera de Administración y Dirección de Empresa y aprendía idiomas (habla cuatro). A los cuatro años de estar en recepción pasé al turno de día. Al poco tiempo pasé a ser segundo jefe de recepción y luego Melia empezó a enviarme a hoteles para hacer implantaciones de sistemas nuevos de calidad, sistemas informáticos nuevos…

–¿Entonces es Melia quien le descubre?

-Me descubre y me forma. Les estoy muy agradecidos. De ahí que nosotros, en Casual, también nos hacemos cargo de la formación de nuestro personal a aquellos que quieran formarse Así me fui a hacer varias aperturas y una de ellas fue en Cambrils, en Tarragona, y allí estuve trabajando de jefe de recepción y cuando la Dirección se iba, yo llevaba la Subdirección. Así estuve dos años y algo, y ya, de allí, me fui a Petit Palace y allí ya ejercí de director y allí conocí, por ejemplo a José Luis Barroso, mi director de zona. A los siete años decidí dejar las cadenas y probar con hoteles independientes y, de ahí, a mi primer hotel internacional, al Holiday de Valencia, donde estuve un año. Entonces tuve la oportunidad de poner en marcha mi primer hostal, el Casual de las Civilizaciones Valencia.

El hotel cuenta con una habitación de cuatro alturas en la que se incluye una torre vigía. El hotel cuenta con una habitación de cuatro alturas en la que se incluye una torre vigía.

El hotel cuenta con una habitación de cuatro alturas en la que se incluye una torre vigía. / Julio González (Cádiz)

–¿Qué le trae a Cádiz?

–Cádiz fue una apuesta personal.

–¿Es una apuesta fácil, no?

–Ahora sí. Váyase al 2016 o 2017 cuando yo pongo el ojo en Cádiz y me tachaban de loco. Y eso que yo no había estado en mi vida en Cádiz. Me di una vuelta por Cádiz y bastó para enamorarme de esta ciudad. Me encanta su buen rollo, el clima, la gente, las calles. Investigué más y pude ver que Cádiz iba a pegar una explosión brutal.

–¿Fue un buen vaticinio?

–Yo en 2018 dije que quería algo en Cádiz y fue en esa época cuando compré este edificio de la calle Obispo Urquinaona. Fue una apuesta. Y en una conferencia en Fitur dije que la próxima explosión en España iba a ser Cádiz. Cuatro o cinco se rieron de mi. Veintitantos me llamaron loco y hubo unos no sé cuántos mil que no me creyeron. Y ahora todos quieren venirse para Cádiz.

La terraza de una de las habitaciones del Hotel Casual con Duende de Cádiz La terraza de una de las habitaciones del Hotel Casual con Duende de Cádiz

La terraza de una de las habitaciones del Hotel Casual con Duende de Cádiz / Julio González (Cádiz)

–¿Es para tanto?

Cádiz funciona muy bien. El invierno no es duro. Hay turismo todo el año. Hay buena gastronomía, buen clima, mentes muy abiertas… Me enamoré de Cádiz.

–¿Qué tiene Casual que no tiene el resto de hoteles?

–Creo que le hemos encontrado alma. Pero creo que lo mejor que tiene Casual es el equipo humano. Las habitaciones las puedes copiar, al final son muebles, vinilos… Todo mi equipo trabaja para hacer las cosas por y para el cliente. Te diría que Jacqueline Arencibia, que la ves ahí, es la directora de Cádiz y ella entró aquí de recepcionista. Ha demostrado que funciona y ahora es directora del hotel. Me gusta que el equipo sienta que el hotel es, en parte, suyo. Ellos saben que aquí me he dejado mi vida, avalé toda mi deuda, pero también me ven como a uno más.

–¿Hay mucho de usted en los hoteles?

–Hay mucho de mi madre. Ella murió hace 8 años. Le encantaban los animales, los peces, las peceras, pues puse una pecera con medusas en Málaga, en Madrid puse una habitación de Cabaret porque era una película que le encantaba. En Lisboa hay unas raquetas de tenis que tenía mi madre… Al final, la falta de una madre, te deja un gran vacío.

El baño de una de las habitaciones más preciadas del hotel Casual con Duende de Cádiz El baño de una de las habitaciones más preciadas del hotel Casual con  Duende de Cádiz

El baño de una de las habitaciones más preciadas del hotel Casual con Duende de Cádiz / Julio González (Cádiz)

–¿Y sigue pensando en ella a la hora de decorar una habitación?

–Sí, sí. Pero no lo fuerzo. He puesto en el Renascimento, en Florencia, una Gioconda que le encantaba. Ella siempre está presente en mis hoteles.

–¿Cuántos empleos dependen de usted a día de hoy?

–Tenemos 500 empleados en 25 hoteles. Yo siempre he tenido claro que deben existir empleados y directivos. Es una relación simbiótica que debe funcionar. Pero tengo claro que el que se juega el culo es el empresario. Y otra cosa importante:En mis hoteles hay más mujeres que hombres y no porque seamos sexistas sino que hemos encontrado talento ahí. La máxima de mi empresa es ver el talento de cada persona por encima del color, del sexo, religión, de sus gustos personales.

–¿Pero Juan Carlos es tal y como se me presenta o lo traía todo aprendido para la entrevista?

–Pregunte. Yo nací en el barrio de la Plata rodeado de gitanos. ¿Cómo voy yo a discriminar a alguien por su sexo, color o su religión o posición económica? Si yo en mi casa comía un día lentejas y al otro arroz con lentejas.

–¿Y tener 500 empleados no le cambia su manera de ser?

–Cambian algunos conceptos porque puedes cambiarlos. Cuando me casé comprábamos en casa ocho coca colas al mes y ahora compro 40. Pero mis valores y principios no han cambiado. Yo soy como me ves, te lo juro por mi madre que está en el cielo. Para lo bueno y para lo malo.

–¿Por qué saltó de España a Portugal?

–Pues porque me salió un chollo. En Portugal tengo dos hoteles, uno en Oporto y uno en Lisboa.

Todas las habitaciones del hotel son distintas Todas las habitaciones del hotel son distintas

Todas las habitaciones del hotel son distintas / Julio González (Cádiz)

Suerte o casualidad

¿Y lo de Casual de dónde viene?

Pues yo estaba casado con mi segunda mujer y estábamos en las islas Gili, en Indonesia, y de casualidad cogí el wifi y contesté un email que me habían enviado para el primer hostal y lo primero que dije: “¡Qué casualidades tiene la vida!” Y fue mi mujer me dio la idea de ponerle ese nombre de Casual a mis hoteles. Y desde entonces, todo es una casualidad. Créame. El hotel que hemos encontrado en Florencia ha sido una pura casualidad, el de Lisboa lo fue también, el de Oporto, también.

–¿Y eso es suerte o casualidad?

–Creo que uno de los secretos que he tocado ha sido encontrar siempre a propietarios, familias con los que he podido tratar personalmente. Cuando llego hablo con los dueños. El trato es directo y eso les genera mucha confianza. No es lo mismo que decir eso de que “espere que tengo que hablar con el consejo…”

–Se habrá encontrado con muchos propietarios apurados económicamente locos por vender….

–Reconozco que soy un empresario duro, pero de mí dependen 500 familias. No lo olvido jamás.

–¿Y en ese momento piensa más con el corazón o con la cartera?

–Esto es un negocio. Mi máxima es win win. Si ganan las dos partes, esto funciona. Si voy a una negociación en la que veo que yo estoy ganando más que tú y te estoy sometiendo, a mí se me enciende la alerta. Es que una relación en la que tú ganes pero yo no, no es bueno. Pero una en la que yo gane y tú no ganes, tampoco es buena.

La turismofobia

–¿A la vez que se expanden no se está encontrando con más administraciones que creen que está de moda ir contra los turistas?

–Creo que hay que diferenciar entre hoteles, apartamentos turísticos legales y apartamentos turísticos ilegales. Soy defensor de que la ciudad es para el vecino. Es fundamental. Pero el vecino comparte la ciudad con amigos, que son los turistas, que nos dejan, además riqueza, una riqueza muy importante para el país. Y hay que encontrar ese equilibrio entre la Administración y los empresarios, pero, sobre todo, hay que ponerle coto, y no lo ponen las administraciones porque no quieren, a los apartamentos ilegales. Hay que conseguir que la gente ataque a lo ilegal y no a lo legal.

El hotel cuenta con unas vistas privilegiadas a la ciudad de Cádiz El hotel cuenta con unas vistas privilegiadas a la ciudad de Cádiz

El hotel cuenta con unas vistas privilegiadas a la ciudad de Cádiz / Julio González (Cádiz)

–¿Qué busca aquí el que elige su hotel para alojarse?

–Sobre todo le ofrecemos un hotel en el que cada habitación es distinta. Intentamos buscar siempre el precio más justo posible. Somos pet friendly, con ubicación premium, a 50 metros de la Catedral. Aquí la gente no busca macrohoteles. Y nos hablamos de tú a tú. Esto es un hotel de una estrella con prestaciones muy altas. Fuimos hace poco calificados con un 8,7 y fuimos nombrados como el mejor hotel de Cádiz, según Tripadvisor.

–¿Impone muchas exigencias levantar un hotel en un edificio que goza de protección patrimonial?

–Sí, las tiene. Y tiene que ser así. Esto que ves aquí: esas puertas, esas barandillas, ese pozo… Es que esto es patrimonio del gaditano. No es patrimonio de Casual Hoteles. Yo vengo aquí a hacer negocio pero esto es Cádiz. El gaditano tiene su historia y si un día me voy espero que el que venga cuide esto como yo lo hago.

–¿Cuál es el perfil del cliente de los hoteles Casual?

–Aquí tenemos cerca de un 65% de clientes extranjeros. Cádiz sigue siendo una ciudad muy de turismo nacional, pero cada vez está recibiendo a más extranjeros. Y son clientes que están dos o tres noches. Y ya ahora, en mayo y junio, se ha empezado a notar la alegría y ya julio, agosto y septiembre son muy buenos para la ciudad. Pero le repito que Cádiz es una ciudad que creo que aún no se ha descubierto. Cuando se descubra Cádiz…

Cádiz es la hostia

-¿Y no moriremos de éxito?

-Pues esto llegará hasta donde quiera el gaditano. Creo que Cádiz, a nivel europeo, está aún por conocer. Y si el aeropuerto de Jerez empieza a abrir un poco más el grifo y empieza a traer a más clientes extranjeros. empezará el boca a boca… Cádiz es la hostia.

–¿No empezarán pronto a sobrar hoteles pequeños como el suyo?

–Sí, pero al final le digo que si la gente está abriendo hoteles en Cádiz es porque hay estudios que dicen que se Cádiz necesita camas y, por lo general, cada vez viene más gente. La ocupación media del año pasado fue de un 90%. En este año, teniendo en cuenta que el primer trimestre es siempre es malo, este primer cuatrimestre llevamos ya la misma ocupación que todo el año pasado. Cádiz está funcionando.

–¿Qué porcentaje de vuestros clientes suele repetir?

–Pues le diré que tenemos un “debe”. Tenemos un club de Casual Fans, pero es complicado porque lo nuestro es turismo urbano. Llega la gente, conoce la ciudad y se va, y ya no sueles volver. Lo que sí estamos empezando a ver es que si un cliente nuestro llega a una ciudad, mira a ver si estamos, y, si estamos, se viene a nuestros hoteles. Vuelve a contar con Casual.

–¿De dónde le viene la idea de hacer sus hoteles pet friendly?

–Basta con echar un vistazo a la sociedad. La mascota es cada vez más parte de la familia. Y cada vez la gente viaja más con su mascota. Pero una cosa: aquí puedes alojarte con tu mascota pero no somos una perrera. Usted no puede llegar al hotel y dejar al animal abandonado.

–¿Y hablamos sólo de perros?

–Hemos tenido periquitos, hurones, perros, gatos…

–¿También esa condición provoca el rechazo de otros muchos clientes que no quieren ocupar habitaciones que han estado ocupadas por perros?

–Le hacemos una limpieza especial, con productos químicos especiales. Pero también le digo que ni podemos gustarle a todo el mundo ni queremos gustarle a todos. Nosotros tenemos un concepto de hotelería y un concepto de trabajo y si te gusta aquí tienes siempre las puertas abiertas.

–¿Tiene idea de seguir expandiéndose?

–Mi idea es seguir buscando productos para seguir creciendo. Llevamos un año bastante estabilizado. Hemos abierto algunos hoteles que ya teníamos firmados: Benidorm, Barcelona, Oporto, Florencia… Pero sin una obsesión mayúscula, sin locuras.

Y llegó el covid...

–¿Cómo recuerda el covid?

–Me pilla el covid en República Dominicana en casa de un amigo porque iba a Nueva York a firmar un hotel. Y luego iba a ir a Chicago a ver otro posible local para otro hotel. El día que salía de España tenía una boda y ya un amigo me dijo: “No te vayas que esto va a ser muy heavy”. Era el 7 de marzo. Y yo, el 11 de marzo, cuatro días después, me veo en República Dominicana buscando un avión para España de manera desesperada. Y lo encuentro con Iberia el día 12. Me vuelvo y el día 13 empiezo a cerrar hoteles. Lo recuerdo como una situación dantesca. Fue todo muy difícil. No podías tomar decisiones pero tenías que tomarlas.

–¿Se quedaría con mucho patrimonio pero ningún ingreso?

–Le recuerdo que los hoteles no son míos. Son alquilados y tengo que pagar un alquiler. El propietario tiene también que comer. Y no puedes pagarles. Hay gente que se comportó muy bien o gente que no puedo comportarse tan bien y quien no quiso comportarse bien. Fue una situación complicada.

–¿Qué pasó luego?

–Llega junio y dice el presidente del Gobierno que ya se ha acabado el problema, que a vivir. Y eso no pasa. Abrimos los hoteles y los precios eran una vergüenza. Aquí llegamos a vender habitaciones a 30 euros. Y ni por esas. Me estaba arruinando más. Las olas siguen y la cosa pintaba mal. Me senté con mis compañeros y les pedí a los indefinidos que empezaran a ser fijos discontinuos. Mantenemos el puesto pero es que yo no podía hacer frente a la Seguridad Social. Yo tenía un Porsche y a mí me lo quitó la financiera. No podía pagarlo y entregué las llaves. No tenía más remedio. Estuve un tiempo en el que mi padre me estuvo llevando comida a casa. No tenía para comer.

–¿Llegó a pensar que ese era el final…?

–De mi vida. Yo pensé que se me acabó la suerte de golpe. Pensé que era la ruina.

–¿Y se replanteó si había estado haciendo algo mal? No es normal tener más de 20 hoteles y terminar teniendo que comer lo que le traía su padre a su casa.

–No me avergüenzo.

–¿Sueña con alguien que le toque a la puerta para comprarle la empresa?

–Ya lo he tenido. Me han dicho toma… Dinero para vivir yo, mi hija, mis nietos, mis bisnietos… Pero si hago eso qué hago con él (señalando a uno de sus empleados). ¿Qué pasa con la gente? No puedes irte sin dejar a la gente protegida. Eso está por encima de todo. No. No es mi visión. No es lo que quiero.

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