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Los cálculos aplanan la curva a mitad de mayo

  • Un estudio llevado a cabo por Escission coincide con la evolución que ha tenido la pandemia

Proyección de la evolución de la curva en Andalucía, según el estudio de Escission.

Proyección de la evolución de la curva en Andalucía, según el estudio de Escission. / Escission

El famoso “pico” de la curva lo alcanzamos en la bisagra entre los meses de marzo y abril: el 31 de marzo, en España llegamos a los 9222 contagiados oficiales, mientras que el 2 de abril nos topamos con la cifra más alta de muertes en la escala: 950. En Andalucía, el 30 de marzo marco el máximo de contagiados, con 723; mientras que el 8 de abril llegaba nuestra cifra más alta de fallecidos por coronavirus, 77.

El desarrollo de la pandemia está siguiendo la misma dinámica que la proyectada por Escission: una iniciativa, surgida hace unos meses, que tiene como objetivo la resolución de problemas de programación matemática en entornos de gran incertidumbre. Como el del actual escenario de crisis epidemiológica, por ejemplo –algo que nunca habían hecho–; pero también aplicable a proyecciones referentes a mediciones del cambio climático o a fenómenos como el latente tsunami del Golfo de Cádiz y sus consecuencias.

El estudio puesto en marcha desde Escission se basa en proyecciones realizadas a partir de las ecuaciones de Verhulst y Bertanlaffy, ambas de parámetros reducidos. “La ecuación de Verhulst se desarrolló en 1838 para reflejar el crecimiento exponencial de poblaciones con recursos finitos”, explica Roberto Mínguez, doctor en Matemática Aplicada por la Universidad de Cantabria y uno de los tres responsables de Escission. Un cálculo de aires maltusianos que responde muy bien, pues, a un escenario en el que un elemento en expansión (el virus) ve, de repente, comprometido su desarrollo.

Según muestra el proceso, tanto a nivel regional como a nivel nacional, conseguiremos aplanar la curva de afectados dentro de un mes, a mediados de mayo. Unas previsiones muy distintas a otras que nos remitían al pico precisamente por esas fechas.

“Podemos ver cómo, en el registro por días, hay jornadas en las que los puntos negros (el cómputo de muertes registrados) despuntan muy por encima de las previsiones indica Minguez. Esto se debe a una acumulación de fallecimientos, que no se contabilizaron en días anteriores y que, de repente, se dan en una fecha determinada en lugar de en la correcta”. Pero lo importante, insiste, es la tendencia: y la tendencia muestra que el confinamiento está funcionando. El recuento se ha realizado ateniéndose a pocos parámetros, insiste Mínguez, precisamente por lo complicado de obtener datos ajustados: los distintos métodos de calibración entre autonomías no han facilitado las cosas, ni tampoco que no existiera un registro separado de altas y bajas en UCIs y hospitales. De hecho, en los cálculos de Escission terminaron desechando los datos de hospitalización: “Entre otras cosas, porque la utilidad de estos estudios está en saber de cuántos recursos disponemos, cómo y dónde podemos distribuirlos. Algo que sin tener esos datos, era imposible”, indica Mínguez.

La de Escission es una de las propuestas llegadas a la Acción Matemática contra el Coronavirus, la llamada del Comité Español de Matemáticas para luchar contra la pandemia. El estudio de Escission sobre el alcance del Covid-19 tiene también carácter mundial. En la comparativa, hay lugar para reflexiones curiosas. Por ejemplo, el caso de China, que muestra un número de muertes oficiales imposible de asumir según las cifras que proporcionalmente arrojan otros países. O el misterio de los suecos que, sin confinamiento, están consiguiendo reducir los contagios.

“Yo creo que nosotros rondaremos los dos millones de contagiados”, apunta Roberto Mínguez. Una cifra aún bastante lejos del 15% de la población que se ha escuchado, a desiertos de distancia de la llamada inmunidad de rebaño: “Aunque sean de muestreo, los tests son más que necesarios para controlar una posible repunte -continúa Mínguez-. Si hay una segunda ola, sabremos ya cómo funcionan los tiempos, podremos reaccionar más rápido y con más conciencia de cómo actuar. Pero hemos de tener muy presente que la vida no va a ser normal en un tiempo”.

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