Pepe Jiménez, un gaditano que se supo adaptar a los cambios
Su gran pasión hoy es el coleccionismo de juguetes antiguos y de coches y motos de época, pero para dedicarse a ello tuvo que trabajar antes mucho
Emilio Sancho Mejías, 'el del Piccola', toda una vida al servicio de la hostelería de Cádiz
Hoy recorremos la historia de un hombre que se forjó a si mismo:Pepe Jiménez Recio .
El protagonista de esta página nació en Cádiz el 23 de Mayo de 1955 en la calle Enrique de las Marinas ocupando el segundo lugar de seis hermanos. Aprendió las primeras letras en el colegio de San Rafael, pero muy pronto pasaría al colegio de Valcárcel. Estudiar nunca le gustó y desde pequeño su obsesión era trabajar, que era lo que le gustaba, por lo que abandonaría las aulas a los 11 años.
En su última etapa colegial, en 1966, dedicaba el verano a repartir los pedidos de la frutería Caridad ubicada en la calle Enrique de las Marinas. Además, ya en ese verano repartía los pedidos de la zapatería de Enrique y la pescadería de Tony, también ubicadas en la misma calle.
A los 12 años le comunica a su padre que no quiere volver al colegio ysu padre lo envía a trabajar al bar Solera, en la calle Santiago. El padre pensó que esa decisión sería temporal y cuando comenzó el curso le preguntó que si quería volver al colegio y dijo rotundamente que no. Siguió en el bar Solera un poco más y después se iría a trabajar al restaurante El Telescopio, donde se dedicó a fregar vasos y platos, entre otras tareas.
A los 14 años recién cumplidos y por recomendación de un vecino se incorporó a trabajar en la panadería El Laurel, en la calle Berrocal, a las órdenes de Ricardo de la Fuente. Allí llenaba los cartuchos de picos y repartía el pan.
Al año siguiente comenzaría a trabajar en el Autoservicio Molve, situado en los grupos Molinero y allí es donde consigue su primera nómina, con una autorización paterna al ser menor de edad. Se dedicaba a reponer y a repartir los mandados.
El siguiente puesto de trabajo sería en Garajes Marítimos, en la calle Gabriel Matute donde engrasa, lava y encera los vehículos.
Con 18 años se incorpora en una contrata de limpieza en los astilleros de Cádiz. Allí realiza un curso de Promoción Pública Obrera donde aprende a soldar y al finalizar el curso se incorpora en Matagorda con un contrato de 9 meses que finaliza con la crisis del sector naval en 1973.
En 1975 sigue su actividad profesional en la Casa Ebro, un concesionario de camiones y furgonetas ubicado en la Zona Franca, donde se dedica a engrasar y lavar camiones. Estando allí marcha en 1976 a Cáceres y Madrid para cumplir con el servicio militar, donde obtiene el carnet de primera y primera especial y le obligan a sacar el certificado de estudios primarios para licenciarse. Una vez finalizado el servicio militar vuelve a la casa Ebro y el jefe , con los nuevos permisos de conducir, en verano lo envía a trabajar con unos camiones que tenían contratados para suministrar los combustibles de Campsa. Allí estaría hasta 1980 en que la empresa Ebro finaliza su actividad y se encuentra trabajo en el concesionario Opel. Empieza lavando coches y engrasando y con el tiempo comienza a realizar funciones de recepcionista, cajero y en el departamento de recambios. Con el tiempo, por su profesionalidad le dan un cargo en el departamento de ventas, otras de sus pasiones. Su última etapa profesional la realiza en la firma de coches Colansa, en el departamento de ventas hasta 2003. Y en el 2005 entra en Cabello Motor hasta el 2013, años en que finaliza su actividad profesional por la crisis del sector del motor.
Actualmente ya jubilado disfruta de su otra gran pasión su colección de juguetes antiguos, junto a su mujer Toñi del Castillo y sus hijos José Luis (ingeniero eólico), Juan Carlos (profesor de la Universidad de Granada) y Ana Belén, profesora de educación infantil y lengua de signos.
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