La estatua dedicada a Segismundo Moret, en la plaza de San Juan de Dios de Cádiz, vuelve a estar parcialmente cubierta con los excrementos de las palomas, cuando hace apenas unos días han terminado los trabajos de limpieza y restauración de la misma por parte del Ayuntamiento.

La suciedad que producen las palomas en las estatuas repartidas por la ciudad es un problema que va más allá de Cádiz, aunque en otras ciudades las figuras se protegen con la instalación de pinchos que impiden que las palomas se posen sobre ellas.

Moret, gaditano de nacimiento, llegó a ser presidente del Gobierno en los primeros años del siglo XX  y, junto al alcalde Cayetano del Toro, promovió el inicio del derribo de las murallas de la ciudad.