José Rodríguez Vázquez

"De lo que más orgulloso estoy de mi barrio es de los vecinos"

  • Fue uno de los fundadores de la Asociación de Vecinos de Santa María, en la que lleva 18 años como presidente, y ha luchado por erradicar la droga y la infravivienda

QUEDAMOS en la nueva sede de la Asociación de Vecinos Las Tres Torres de Santa María, que no tiene nada que ver con la anterior. Esta tiene más luz y posee espacio suficiente para atender a los ciudadanos y organizar actividades. Es un lugar acorde con la transformación que ha sufrido el barrio y por la que tanto ha luchado José Rodríguez.

-¿Por qué se metió en el movimiento vecinal?

-Fue en el año 89. Juan Landi Muñoz me llamó porque ya en el barrio no se podía vivir y había que darle un cambio. Juan Landi era entonces el presidente de la federación de peñas del barrio de Santa María y reunió a unos cuantos vecinos, nos propuso fundar una asociación de vecinos y ahí estamos todavía.

-¿Desde el principio fue usted el presidente?

-El primer presidente fue Juan Landi Muñoz. El barrio de Santa María no sabe lo que le debe porque supo reunir a una serie de personas que ninguno teníamos problemas sociales ni económicos y sin embargo nos implicamos para sacar adelante el proyecto que Landi pensó que había que sacar, que era reformar el barrio y quitar el mercado de droga que había aquí entonces. Y se consiguió.

-¿Cómo lo hicieron?

-Vamos a ver, nosotros hicimos una reunión en la asociación en septiembre del año 94, y llegaron tres o cuatro señoras de la esquina de Teniente Andújar y de Mirador a decirnos que ya no se podía vivir en el barrio y había que hacer algo. Entonces, empezamos a ver qué se podía hacer. Pusimos pancartas en las calles, a la entrada de Sopranis, de Teniente Andújar, Santo Domingo..., en todas las entradas del barrio pusimos unas pancartas grandes y la gente empezó a movilizarse. Nos pusimos en las esquinas para no dejar entrar a los camellos, porque muchos de los que vendían eran del barrio y otros no, pero la mayoría que venían a comprar no eran de aquí. Entonces, nos pusimos en las esquinas y empezamos a movernos por todas las calles con un megáfono. Manuel Chacón era el que llevaba casi siempre el megáfono y empezó a llamar a los vecinos para que bajaran, se metieron en el ajo muchísimos vecinos. Vino el gobernador civil, el alcalde y muchos concejales que nos apoyaron. Estuvimos un año moviéndonos y aguantando en las esquinas invierno y verano, por la noche hasta por la mañana, hacíamos turnos. Hubo algunos que nos amenazaron pero nosotros seguimos. De hecho, a uno de nosotros lo amenazaron con una pistola dentro de lo que hoy es el hotel del convento de Santo Domingo. Pero nosotros seguimos porque había que limpiar el barrio. Y una vez limpio el barrio de la droga, empezamos con la vivienda.

-Esa es otra de las grandes luchas de su asociación.

-Sí. Hicimos un estudio con unos objetores de conciencia que teníamos en el barrio entonces. De las 314 fincas que había, hicimos un estudio completo, completo, completo. Cuando lo tuvimos hecho, entregamos una copia a la Junta de Andalucía y otra al Ayuntamiento, para que tuvieran conocimiento de cómo estaba el barrio. Me acuerdo que en la Semana Santa del 94 los vecinos de San Juan Bautista de la Salle número 12 pararon el Nazareno para que Carlos Díaz los escuchara de la forma en la que vivían. Esa finca tenía 248 puntales, a pique de caerse. Por aquel entonces, tuvimos la suerte de que llegó una persona de Madrid, José Luis de la Rocha Rubí, que nos propuso ayudarle con dos fincas que tenía de una empresa, Larcovi SA, una en la calle Botica y otra en Suárez de Salazar, para sacarlas adelante con la rehabilitación y vendérselas a los vecinos. El proyecto nos gustó y nos enzarzamos bastante con él, y no sólo hizo esas sino también Merced, 4. Como salió tan bien y tuvo tanto éxito, el Ayuntamiento lo copió e hizo San Juan Bautista de la Salle, 12 y calle San Juan de Dios, 10 con el mismo sistema de esta empresa.

-¿Ese fue el principio de la rehabilitación del barrio?

-Después de esto, Carlos Díaz se comprometió a seguir. En el año 95 con el cambio de gobierno, que entró Teófila Martínez, se hizo algo con el Plan Urban, pero lo que mayormente se hizo fueron fachadas, y el Gobierno de Teófila quitó la ayuda a la rehabilitación que había entonces. Sacó otro tipo de ayuda de acuerdo con la Junta de Andalucía, con la que se rehabilitaron 197 viviendas de la ciudad. En el barrio se acogieron a ella tres fincas: una en Santo Domingo, otra en la plaza de Las Canastas y otra en Merced. Ya después sacó la Junta el decreto, que fue cuando se montó la Oficina de Rehabilitación del Casco Antiguo, y fue cuando empezamos a luchar para que se rehabilitara el barrio en las condiciones que está ahora mismo.

-¿Y ya no queda infravivienda?

-Queda en alguna finca algo salteado, pero fincas enteras con infravivienda en el barrio ya no. Tenemos fincas cerradas a espera de que se puedan ir rehabilitando conforme se vaya saliendo de la crisis. Ahora la Junta va a rehabilitar una, hay un propietario que va a rehabilitar otra, y en eso estamos.

-¿Desde cuándo es presidente de la asociación de vecinos?

-Yo estoy de presidente desde el año 97, porque Juan Landi Muñoz estuvo los siete primeros años, que fue de verdad una lucha dura. Y no me cansaré de decir que el barrio de Santa María no sabe lo que le debe a Juan Landi Muñoz porque fue el promotor de esto. Porque anteriormente se había fundado alguna asociación de vecinos en el barrio pero no había prosperado, y esta como desde primeras se vio la lucha que queríamos... Verdad que esto no se podía haber conseguido sin la ayuda de los vecinos y su comportamiento, porque vivir tú tranquilo en tu casa y que llegue la Junta y te diga que te tienes que ir a Puerta Tierra o a otro barrio para rehabilitar tu vivienda..., había que convencer a los vecinos. Costó mucho trabajo convencerlos pero una vez que salieron los primeros, ya fue más fácil la cosa y, después, volvían algo cambiados. Las personas cambian conforme el tiempo que han estado viviendo en otros barrios, pues se han acoplado, han visto la manera de vivir, de vestir, de salir a la calle. Ya no salen como antiguamente en chancletas y con el albornoz o con la bata, ya se arreglan más y eso se debe al cambio que hubo de un sitio a otro. Y el barrio, gracias a Dios, está bastante más rehabilitado, los cambios se notan, ya no sólo en las viviendas, las calles también han cambiado. No hay más que ver cómo está la plaza de La Merced en comparación a como estaba antiguamente. Nos queda todavía una calle, que es Mirador, que está en muy malas condiciones, que las personas mayores no pueden salir con el tacatá y es muy difícil que puedan andar por esa calle con un coche de minusválidos. Estamos esperando a ver si en los nuevos presupuestos del Ayuntamiento se puede sacar una partida para arreglar esa calle.

-De todo lo que ha conseguido, ¿qué le da más satisfacción?

-¿De lo que estoy más satisfecho del barrio? De los vecinos, del comportamiento de mis vecinos. Porque, ya te lo he dicho antes, sin ellos no se podía haber hecho esta rehabilitación. Esto es muy duro, que te tengas que ir de tu casa, donde has nacido, donde has vivido. Que ya se sabe que era para una mejora, pero en esos momentos era muy difícil.

-¿Tiene alguna espinita de algo que no ha conseguido?

-Me hubiera gustado terminar las fincas que no están listas y me hubiera gustado, por ejemplo, que en el barrio hubiera un centro donde las personas mayores pudieran hacer algún ejercicio de mantenimiento, porque aquí han cambiado muchas cosas: tenemos un centro de salud que es de los mejorcitos, por no decirte el mejor que hay en Cádiz, con un cuadro médico y un cuadro de asistentes sociales que se vuelcan con la gente del barrio, y de eso estamos orgullosos. Pero nos falta espacio para hacer cosas que no tenemos.

-¿Cómo ve el movimiento vecinal actual? Parece que existe cierta división.

-Vamos a ver, el concepto que yo tengo de una asociación de vecinos a lo mejor puede chocar con otras asociaciones de vecinos. El concepto que yo tengo es que el presidente y su junta directiva tienen que conocer todos los problemas que hay en el barrio, mayormente los sociales. Nosotros tenemos un archivo donde tenemos controladas las 284 fincas; ahora mismo sólo hay 284 porque con los cambios se ha hecho alguna plazoleta, se han agrupado fincas y se han perdido algunas, pero vivimos mejor y hay más espacio. Entonces, nosotros tenemos controladas todas las fincas, las condiciones en las que están, con fotografías, con un informe, las que pasan por las comisiones de gobierno porque tienen que bajar la fachada, porque tienen que hacerle la ITE. Y lo mismo está controlado lo social: las personas que necesitan que se les ayude con la luz, con el agua y la casa. Pero no sólo eso. Este año, la asociación de vecinos ha comprado una dentadura para una persona mayor, ha tenido que comprar un calentador, zapatos para los niños para ir al colegio. Y eso los asistentes sociales del Ayuntamiento no lo contemplan. La Cruz Roja da alimentos, da los garbanzos y las habichuelas, pero hay que echarle el tomate, hay que echarle la cebolla, el pimiento... y esas cosas no las contemplan, ¿me entiendes? La asociación de vecinos se ha gastado este año más de 15.000 euros en obras sociales, de los cuales del Ayuntamiento y de la Junta de Andalucía no ha recibido ni un euro.

-¿Y cómo consigue ese dinero?

-Porque la asociación de vecinos del barrio de Santa María tiene muchos santos, que el presidente a lo mejor abusa de ellos, y no te los miento porque no quieren que los miente. Cada vez que tengo un problema voy a uno de ellos y me lo soluciona. Este año hemos dado 70 bolsas de alimentos, aparte de los que damos de Cruz Roja y los que damos durante el año, 70 bolsas de Navidad que tenían 27 productos, con su puchero de pavo, con sus polvorones que nos han mandado de Estepa por las gestiones que hemos hecho desde aquí. Entonces, esa es la labor que tiene que tener una asociación de vecinos. Yo creo que lo esencial es lo social, por mucho que nos digan que nos debemos dedicar a otra cosa. No hay nadie o no debe haber nadie que conozca mejor un barrio que la asociación de vecinos. Antes, las asistentas sociales venían a las AAVV, nos reuníamos con ellas, les dábamos información y visitábamos con ellas a los vecinos que no podían salir. Desde hace un tiempo, las asistentas sociales se perdieron de los barrios, vienen en muy escasas ocasiones, y eso no debería ser.

-Entonces, ¿ese es el punto que divide a las asociaciones?

-Es que hay asociaciones que se dedican a otros menesteres y unas que nos dedicamos a eso. El hecho de que no estemos todas en la misma federación es cuestión de criterios. Sin embargo, ahora cuando hemos llamado a todas las asociaciones, casi todas han aparecido, incluso de la otra federación e independientes. Porque íbamos buscando una cosa en común.

- Y esa cosa en común iba contra el alcalde.

-Nosotros no tenemos nada en contra del Ayuntamiento, lo único que queremos es que nos escuche a todo esto que te estoy diciendo, porque si yo voy a un concejal y le digo que tengo un problema y el concejal no es capaz de solucionarme ese problema, tengo que ir al alcalde para que me lo solucione. Todos los problemas no son económicos y se pueden solucionar, pero tienen que solucionarlos ellos, que es a lo que estábamos acostumbrados. Yo antes tenía el teléfono de todos los concejales. De este Ayuntamiento no tengo ninguno. Nos dicen que nos los van a dar, pero todavía no ha habido uno que me lo dé. Entonces, ese es el problema: la comunicación. Y yo creo que están perdiendo una oportunidad muy grande, porque por lo menos en esta asociación no se habla de política, porque si somos políticos perjudicamos los intereses del barrio, porque en el barrio los hay de todas las ideologías políticas.

-Su hija ahora es concejala del Ayuntamiento, ¿qué le parece que se haya metido en política?

-Mi hija no sé cómo se ha metido en política. La llamó Teófila, como si le hubiera llamado cualquier otro. Ella ha ido con el Partido Popular pero como independiente porque lo que quiere es trabajar por Cádiz y ayudar a los demás, que es lo que siempre ha hecho y a lo que está acostumbrada.

-¿Ha pensado usted en retirarse?

-A nosotros nos queda un año de mandato. Si en el año 17 viene alguien y quiere coger la asociación, se la regalo y le ayudamos a que siga, porque ya los demás se están haciendo mayores, casi todos somos los mismos y no podemos seguir toda la vida de Dios. Lo que no voy a permitir es que se cierre. No por nada, sino porque sería una pena que el barrio de Santa María se quedase sin asociación de vecinos.

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