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Cádiz

Una neuróloga del Puerta del Mar de Cádiz tiene el remedio contra la esclerosis: el cariño

  • Una legión de pacientes expresa a través de una Carta al Director su agradecimiento y cariño por el trato y la cercanía de la doctora Nuria Rodríguez Fernández

La neuróloga Nuria Rodríguez Fernández, en uno de los despachos de Neurología del Puerta del Mar de Cádiz.

La neuróloga Nuria Rodríguez Fernández, en uno de los despachos de Neurología del Puerta del Mar de Cádiz. / D.C. (Cádiz)

“A nuestro desasosiego responde con empatía; a nuestros retrocesos, con nuevas esperanzas; a nuestras inquietudes y dudas, con conocimiento y respuestas;a nuestra desesperación, con ánimos”. Ella es Nuria Rodríguez Fernández. Ahora mismo trabaja en el Puerta del Mar desde abril de este año, pero esta neuróloga ya dejó huella en los hospitales de Jerez y Puerto Real.

Es inevitable. Prefiere no hablar de ella. Le cuesta escuchar a viva voz todos los piropos y las muestras de cariño que en días pasados le mostraba un nutrido grupo de pacientes a través de la sección de Cartas al Director de este periódico.

Sólo se sonríe y si se le pregunta por la receta para contar con esa legión de seguidores, no responde con el nombre de pastillas ni inyecciones sino que “mi receta es estar siempre al lado de los pacientes y ayudarles a sobrellevar la enfermedad”.

Nuria está especializada en el tratamiento de la esclerosis múltiple (EM), una enfermedad autoinmune en la que las células del sistema inmunológico (las encargadas de protegernos) atacan a la mielina que es la estructura que recubre la neuronas y las protege (“como el plástico que recubre un cable”) y permite transmitir la información desde el cerebro. Produce síntomas como la pérdida de visión, visión doble, pérdida de fuerza...

Y siempre hay un primera día en el que le llega un paciente que le cuenta que padece una serie de síntomas que a ellas ya le suenan ya familiares. Es el momento para hacerle un abordaje completo que pasa por el primer paso es que es, ni más ni menos que escuchar a los pacientes, “entender cómo les afecta emocionalmente”.

La doctora Rodríguez cuenta que “el debut clínico es un momento difícil. Se trata, en su mayoría, de personas jóvenes que nunca habían estado enfermas y de improviso no pueden mover el brazo o caminar o pierden la vista. La EM es una enfermedad dura, poco conocida. Generalmente, quienes son diagnosticados no han oído hablar de ella, lo que genera de una gran cantidad de incertidumbre y preocupación ¿Qué me va a pasar a partir de ahora? ¿Cómo me afectarán los tratamientos y la enfermedad en mi día a día? ¿Podré seguir trabajando? ¿Podré tener hijos?”.

Se trata de una enfermedad que cursa por brotes sobre los que, si no se actúa de inmediato, puede dejar secuelas irreparables, algo que requiere una intervención inmediata y que casi siempre les termina llevando a urgencias. “Yo intento evitarles ese paso por urgencias porque para ellos siempre resulta muy traumático”. De ahí que, puede que no a lo mejor en la primera consulta, pero en el momento en el que ya se aprende el nombre de pila del paciente ya inicia una relación personal en la que Nuria termina siempre por darle el número de móvil corporativo. “Es importante que ellos me sientan siempre cercana y accesible y tengan la confianza de buscarme cuando tienen un brote”.

“La primera misión del profesional es trasladar toda la información de una forma comprensible”. Nuria Rodríguez considera que es muy importante el trato médico, “obviamente, pero también el personal, la empatía, ponerse en el lugar de una personas que tiene que recomponerse física y mentalmente. Por ello me siento con ellos todo el tiempo que haga falta para responder a todas sus dudas e inquietudes y hacerles sentir que no están solos. A continuación les pongo en contacto con otros pacientes veteranos para que compartan sus experiencias.”

Ellos, los pacientes veteranos tiene, aparte, un grupo de contacto por whatsapp, en el que los pacientes que llevan más tiempo con esclerosis tratan de apaciguar los malos momentos de los recién llegados a la enfermedad. Y no sólo eso, sino que tratan de visitar a aquellos enfermos que se encuentran ingresados debido a esa dolencia. “A veces no es lo mismo que las cosas te las diga un extraño que una persona que ha pasado lo mismo que tú estás pasando ahora mismo”.

Pero Nuria no sólo habla de ella y de sus pacientes, ya que insiste en que no olvida que detrás del paciente hay un equipo de profesionales. Cuenta que con los ex compañeros de Puerto Real y Jerez “sólo puedo tener palabras de agradecimiento”.

Desde abril de 2021 desarrolla su labor en el hospital Puerta del Mar de Cádiz, donde se han trasladado muchos de sus pacientes, “gracias al apoyo que me ha mostrado la Dirección”, al permitirle ofertarse como médico de libre elección. “Aquí he encontrado un gran equipo:además de excelentes neurólogos con una gran formación, está Carmen, nuestra enfermera de la Consulta Avanzada de Neurología, que entrena y sigue a los pacientes que van a comenzar un nuevo tratamiento trasladándoles mucha empatía y tranquilidad; las enfermeras del Hospital de Día Médico Polivalente Marisa y Pepa que siempre hacen un hueco donde no lo hay para poner tratamientos para nuestros pacientes, con una sonrisa, María José, la Farmacéutica de la Unidad de Atención a Pacientes Externos, cuya paciencia y disponibilidad para solucionar todas las dudas sobre los tratamientos la convierten en imprescindible. Todos ellos, además de ofrecer el servicio sanitario, aportan tranquilidad y tratan al enfermo con empatía, un plus muy importante. Y Amaya y Sara, nuestras neurorradiólogas, siempre a la vanguardia, su experiencia, dedicación y aportaciones son de una grandísima ayuda a la hora de valorar la progresión de la enfermedad”.

Afirma esta neuróloga de Cádiz que entre todos intentan ayudarles a trabajar el estrés derivado de convivir con una enfermedad crónica. “Atrás va quedando el tiempo en el que los esfuerzos se centraban en el tratamiento médico. Desde hace unos años hemos entendido la necesidad de tratar la EM desde la perspectiva humana. Tenemos que humanizar la Medicina. Sobre todo en estos tiempos en los que nos encontramos en una crisis de empatía”.

En cuanto a la Carta al Director sigue emocionándose con una simpática sonrisa cuando se le recuerda (y eso que no es la única porque ya le publicaron otra en ‘Diario de Jerez’):“Leer tantas palabras bonitas, escritas con tanto cariño es algo que nadie espera. Sobre todo cuando creo que no hago sino mi trabajo, un trabajo y una metodología que se hace extensiva a todo el equipo. Por eso, mi gratitud por la carta y por el cariño que me transmiten día a día tanto los pacientes como sus familiares”.

“Ellos son los auténticos héroes”

La doctora Nuria Rodríguez confiesa que son ellos, sus pacientes, los que le aportan a nivel personal porque “son ellos los que tienen que lidiar con la enfermedad, son los auténticos héroes, unos valiente a quienes la vida les puso por delante un obstáculo que, con mayor o menor dificultad, acaban superando. Recuerda a Vanessa, que pertenece al Ateneo Literario de Puerto Real y que ha publicado ya un libro, y tiene uno a punto de publicarse y otro que ya está escribiendo, o a Nieves, que celebra el día de su diagnóstico como si fuera su cumpleaños porque considera que esta enfermedad le ha aportado muchas cosas positivas, o Samar, que ingresó con 17 años que tuvo un brote muy agresivo que le mantuvo meses ingresado pudiendo mover un sólo brazo y que hizo la selectividad ingresado. A día de hoy es médico y se está preparando el MIR y, casualmente quiere hacer neurología.

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