Este domingo fue enterrado a los 82 años Antonio Alfaro, el portero de San Felipe Neri, como le llamaban cariñosamente muchísimas generaciones de gaditanos que pasaron por dicho colegio. Antonio entró en el colegio de San Felipe Neri marianista de intramuros en el año 1951 y estuvo hasta 1978, que se trasladó al colegio de extramuros, jubilándose en 2002.

Antonio fue como un padre para todos los alumnos del colegio; si te caías, enseguida te curaba en el botiquín; si tenías un problema, lo solucionaba. Los sábados proyectaba una película en la sala de cine del colegio, en los recreos vendía las chucherías y se quedaba con los alumnos hasta que le recogieran sus familiares, etcétera. Siempre fue una persona exquisita en sus modales tanto con los alumnos como con los profesores y padres. Nunca una mala palabra ni una queja ya que para él estaba antes su trabajo que el horario.

Hace unos años le hice un artículo y pude comprobar que seguía con esa paz y tranquilidad que siempre transmitió a su alrededor y de su profesión hizo su vocación. Su humanidad y fidelidad fue una de las cualidades que destacó en su trayectoria personal.

En Cádiz cuando se dice ‘Antonio el portero’, todo el mundo sabe que es Antonio Alfaro, en el que tantos miles de gaditanos tuvieron el privilegio de conocer y aprender de él. Se sabía el nombre de todos los alumnos del colegio a los cuales los trataba como personas, todo un ejemplo en este mundo de hoy, en que somos números.

Con su fallecimiento se ha ido parte de la historia del colegio marianistas de Cádiz y para un gran número de gaditanos, parte de su infancia y adolescencia. Descanse en Paz.