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Cádiz

"La libertad es el antídoto de los premios envenenados"

  • Los familiares de los acreedores del Premio Libertad de Cádiz aprovechan el altavoz de la polémica para pedir que Venezuela tenga una transición en paz y sin Maduro

"Vi ayer por televisión a vuestro alcalde y me pareció... no sé, que vestía raro". "Bueno, en su país los presidentes van en chándal". "Sí, ja, eso es verdad". Leopoldo López Gil, el padre de Leopoldo López, encarcelado desde febrero de 2014 acusado de incitar a la violencia a través de manifestaciones, está de buen humor. Nos encontramos junto a la sala de juntas del Círculo de Bellas Artes de Madrid. Efectivamente, una de las salas más pequeñas del Círculo de Bellas Artes, en la tercera planta del palacio. Mientras la gente se va apiñando dentro, Leopoldo padre reflexiona fuera: "Lo mismo hay que agradecerle a vuestro alcalde todo esto porque si lo que quería era que no se enterara nadie, ha logrado que se entere todo el mundo. Sí, díselo, que le estoy muy agradecido".

A la fiesta se suma Esperanza Aguirre, que sale del ascensor y logra la atención generalizada de las decenas de cámaras que se han congregado. Lo primero que hace es abrazar a las hijas de Antonio Ledezma, el alcalde de Caracas que fue detenido en el Ayuntamiento acusado de conocer una trama golpista y que ahora se encuentra en arresto domiciliario. "Decidle a vuestro padre que nos acordamos mucho de él y que mucho ánimo". Al lado de ellas está José María Álvarez del Manzano, ex alcalde de Madrid, que subraya a las hijas: "Qué gran alcalde era". "Es", dice Antonieta, la hija más pequeña, con una sonrisa para luego recordar que vienen de recoger otro premio, éste en Ginebra, al valor.

Esperanza Aguirre se mueve como pez en el agua en el Foro, hace chistes a los periodistas, los maneja y lanza sus mensajes con fuerza. "Resulta incomprensible que el alcalde José María... José María... Kichi, vaya, que no sé cómo se llama, no haya querido entregar los premios en su ciudad. Si lo que no quería era publicidad, ha conseguido el efecto contrario. Hasta Manuela Carmena, que no es sospechosa para el alcalde de Cádiz, ha recibido esta mañana a los familiares y apoyará la petición de la ONU de que se ponga en libertad a los presos políticos porque fueron detenciones arbitrarias". Una vez que le ha dado lo suyo al alcalde de Cádiz, se zambulle en más abrazos con algunos miembros de la comunidad venezolana en Madrid.

Llegan la ministra en funciones Fátima Báñez y Teófila Martínez, que también generan expectación, se saludan, besos de rigor y ya estamos todos. Nos colocamos como podemos en la sala de juntas.

Miguel Ángel Gómez, gerente de Cádiz 2012, el hombre que ha mandado el gobierno municipal a entregar el premio, asume el papelón y adopta el tono más ceremonial que puede para entregarle el liderazgo del acto a la máxima autoridad del Ayuntamiento de Cádiz presente: Ignacio Romaní, portavoz del grupo popular, que ha abandonado el pleno en Cádiz hace unas horas.

Romaní informa que ha pedido este papel en el acto porque quiere trasladarles el cariño de la ciudad de Cádiz y que "hubiera aquí una voz del Ayuntamiento que les dijera que les queremos y les admiramos".

A continuación, el padre de Leopoldo López y las hijas de Antonio Ledezma escucharon la invitación de Romaní para que acudan a la ciudad en próximas fechas. "Estamos organizando un acto de los gaditanos que creemos en la libertad de expresar todas las opiniones y no de los que sólo creen en su dogma". Aceptaron la invitación antes de recibir del portavoz de la oposición las estatuillas.

Antonieta hizo un discurso de agradecimiento en el que también disparó contra el alcalde. "Nos ha llegado que el alcalde no se quiere fotografiar con víctimas de presos políticos, que le da vergüenza (en realidad, el alcalde nunca se ha manifestado de esta manera). Más vergüenza debería darle defender a dirigentes ligados con el narcotráfico y el terrorismo...". Más adelante, a la prensa, recomendaría: "Españoles, estudiad la historia de Venezuela".

Por su parte, el padre de Leopoldo López empezó con humor y acabó con lágrimas de emoción. "Debo agradecer varias cosas al alcalde. Primero que nos avisara de que el premio estaba envenenado y ya hemos tomado el antídoto, que es la libertad. También agradecerle que mire por nuestra economía y nos traigan aquí el premio para que no nos gastemos el dinero en ir a Cádiz, que hubiéramos ido". Su discurso siguió en un tono más serio y contó que cuando le pidieron a su hijo que no se entregara a "una justicia que sería injusta, nos dijo: prefiero decirles a mis hijos por qué he estado preso que por qué dejé perder a mi país".

Pero, sin duda, el momento más emotivo fue cuando la tercera premiada, María Corina Machado, se conectó con la sala de juntas por skype y pidió disculpas por no estar en el acto. "No me dejan salir de mi país, como ustedes saben". Relató una situación de absoluta emergencia humanitaria. Narró que en un hospital, el de San Cristóbal, en el interior del país, ya habían muerto 45 bebés en lo que iba de año. "Necesitamos ayuda para dar solución a la crisis venezolana. Es un clamor nacional realizar una transición en el marco de la Constitución que nos saque de esta situación". Sonó como un sincero grito de socorro.

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