Establecimentos comerciales

40 años manteniendo el tipo: el comercio tradicional que resiste

  • Lencería Helena cumple cuatro décadas gracias a su apuesta por la calidad y a la fidelidad de una clientela de varias generaciones

Gloria Colomé, Coli, en su tienda de lencería Helena de la Glorieta Ingeniero La Cierva número 1.

Gloria Colomé, Coli, en su tienda de lencería Helena de la Glorieta Ingeniero La Cierva número 1. / Lourdes de Vicente

En unos tiempos en los que el comercio tradicional está pasando sus peores momentos, celebrar 40 años de historia merece una celebración. Y en ello está Lencería Helena, en Glorieta Ingeniero La Cierva, 1, cuidando todos los detalles y, sobre todo, a su fiel clientela. Estas han sido las claves del éxito para mantenerse ante tantas crisis. Su propietaria, Gloria Columé, más conocida como Coli, cuenta cómo su madre, Gloria Toledano, y su tía, Eli Cuadrado, abrieron la tienda en 1981. Al poco tiempo su madre se quedó sola con el negocio. “Siempre me gustó ayudar en la tienda y en 1997 me quedé al frente. Había estudiado empresariales y era una buena oportunidad de tener mi propio negocio. Mi madre me acompañó en mis primeros años como empleada hasta que se jubiló. Me decía que yo era buena para el comercio. Y aquí estoy desde hace 24 años”, explica. ¿Por qué se llama Helena la lencería? El origen es curioso. “Mi madre y mi tía no querían poner sus nombres a la tienda y nos dejaron elegir a mí y a mi dos hermanas. Sacamos el nombre de un Larousse, de entre la mitología griega. Helena. Y les gustó”, relata.

Coli muestra el camino para sostener un negocio durante cuatro décadas. “Siempre hemos trabajado con las mejores firmas y eso fideliza. Nunca hemos bajado el nivel de calidad y eso nos ha hecho mantenernos y competir con las franquicias y los centros comerciales”, apunta. Una de las premisas consiste en trabajar con marcas de calidad, “pues la gente sabe lo que compra. Y es un público fiel, vienen clientas de mi madre, ahora abuelas, sus hijas y sus nietas. Tres generaciones. También invertimos mucho en el negocio constantemente, para ofrecer variedad, eso es clave. Y la atención personal, que no se olvide”. Frente a los poderosos contrincantes del mercado, considera que “la competencia lejos de hundirte debe servir para ponerte las pilas”.

Helena ha dado en los últimos años un gran impulso a la tienda online, 'www.lenceriahelena.es'

Controlar bien el gasto, estar pendiente de los números y de las tendencias. Otras cuestiones a tener en cuenta según Coli, además de una gran pasión por su trabajo. Y como renovarse no implica morir, en Helena han dado en los últimos años un gran impulso a la tienda online, www.lenceriahelena.es, con un buen posicionamiento en Google y muchas clientas por todo el país. “Le dedicamos mucho tiempo, no tiene horario de tienda. Intentamos asistir al cliente lo más rápido posible, porque si no se pone a buscar en otra web. Vendemos también a Europa y alguna vez a América”, señala. Comercio de siempre, comercio de ahora. Porque, como bien dice Coli, “todo suma”.

Son tiempos difíciles. “Ahora la duda, además de que pueda dejar de venir el público, está en que no nos falle el proveedor, que no cierre, para que puedan seguir encontrando los clientes las marcas a las que están acostumbrados”, estima Coli. La epidemia ha cambiado las preferencias de la clientela. “La gente está pasando mucho tiempo en casa y eligiendo ropa cómoda. Se ha notado un aumento de venta de ropa confortable. Ahora se gasta más en ropa interior que en ropa exterior, pues se sale menos a la calle”, argumenta. A pesar de la crisis asegura que la pasada Navidad “ha habido más movimiento en la tienda. El cierre perimetral de otras localidades donde hay centros comerciales y la falta de movilidad nos ha beneficiado”.

El futuro es incierto y el maldito virus lo gobernará a su antojo. “Se echan en falta ayudas públicas, pues de lo contrario es complicado continuar. Un confinamiento completo sería durísimo otra vez. Pero soy optimista, más pronto que tarde volveremos a la vida de siempre”. El de Helena será un 40 cumpleaños distinto, marcado por la incertidumbre, pero con la satisfacción del deber cumplido y el orgullo de haber aguantado el tipo durante cuatro décadas.

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