El casco histórico contará en los próximos años con cuatro nuevos hoteles cuyos proyectos nacen de la iniciativa privada. Se trata de edificios que en la actualidad están inmersos en obras o expedientes que están siendo tramitados en las distintas administraciones públicas para conceder las oportunas licencias. En cualquier caso, son iniciativas que contribuirán a aumentar la capacidad hotelera de la ciudad y sobre todo del casco histórico, que en la actualidad cuenta con las casi 400 habitaciones que suman los hoteles Atlántico, Francia y París, Senator, Las Cortes y Argantonio -sin contar hostales y pensiones-.

El primero de estos hoteles que tiene previsto abrir sus puertas es el que está situado en la esquina de las calles Cobos y Villalobos. Se trata de una iniciativa puesta en marcha por la empresa Bragaña S.L. hace ya casi tres años. En un edificio de nueva construcción, los promotores instalarán un hotel de tres estrellas con dieciséis habitaciones repartidas en cuatro plantas. Uno de los portavoces de la empresa, Osvaldo López Bragaña, ha explicado que las obras se encuentran ya en fase de "terminación" y adelanta el 15 de marzo como fecha de apertura del hotel, que aún no tiene decidido el nombre.

También para finales de este año o principios de 2010 tiene previsto abrir sus puertas el hotel de la Casa del Almirante, en la plaza de San Martín. Uno de los obstáculos que ha encontrado este equipamiento en los últimos meses es un desacuerdo con los arrendatarios de uno de los locales situados en la planta baja que ya está en vías de negociación. Por tanto, Aguilar calcula que a finales de este año estarán concluidas las obras y podrá abrir el hotel, que opta a conseguir las cinco estrellas y que contará con 25 habitaciones.

En 2010, en principio para Semana Santa, es cuando espera abrir las puertas la última de las iniciativas hoteleras privadas que se han conocido en el casco histórico, la de la empresa Cádiz Renueva S.L., que va a construir un hotel en el número 13 de la calle Ancha. En principio, sus promotores quieren optar a las cuatro estrellas, que se podrían quedar en tres, y han proyectado un edificio con 22 habitaciones, para lo que necesitan que Urbanismo les apruebe la ampliación de la edificabilidad de la finca, que dispone actualmente de unos 800 metros cuadrados.

El último de los proyectos hoteleros liderados por empresarios privados tiene su sede en la plaza de la Catedral, en las plantas superiores al restaurante del mismo nombre. El proyecto acumula ya varios meses de tramitación debido a unas correcciones y modificaciones que han tenido que hacer a los planos. Finalmente, el propietario de la finca, Javier Bote, ha afirmado que ya cuenta con la aprobación definitiva para ampliar la edificabilidad del edificio con una planta y media más, de forma que la fachada de la finca se igualará al resto de edificios de la plaza. Con esto, el hotel pasará de dos a tres plantas, ya que la otra mitad se debe al retranqueo de un muro interior, sin que tenga repercusión desde la calle. El siguiente paso para la apertura del hotel de la plaza de la Catedral será la redacción de los proyectos básico y de obras, que Javier Bote espera estén aprobados para poder iniciar la construcción del hotel el próximo mes de octubre o de noviembre.

Si estos plazos se cumplen, el equipamiento podría estar funcionando en la primavera del año 2011, albergando un total de 17 habitaciones y prestando unos servicios de tres estrellas.

Estos proyectos -que en total aumentará el número de plazas hoteleras en ochenta habitaciones- no serán los únicos abanderados por capital privado en el casco histórico, ya que hay otros empresarios que están planteándose la posibilidad de abrir nuevos hoteles. Entre ellos está Pablo Grosso, propietario del grupo de hostelería Grosso y que tiene la intención de abrir un hotel en la calle Veedor, en la casa palacio que hace esquina con la calle Vea Murguía. Hace unos años, Grosso adquirió este palacete para abrir un restaurante -el japonés Nippon- y un hotel, proyecto este último que en la actualidad está a la espera de conseguir la financiación oportuna para poder llevarlo a cabo.