memoria urbana | el testimonio gráfico de una tragedia

La imágenes ocultas de la tragedia del 36

  • La Biblioteca Nacional saca a la luz fotografías, la mayor parte inéditas, de los primeros días del golpe militar en Cádiz, con la quema de comercios e iglesias

Hasta ahora se conocían las historias de papel, todas teñidas de sangre y tragedia. De asesinatos marcados por el odio. Se sabía de la insurrección, de los golpistas, del Palacio de la Diputación (entonces sede del Gobierno Civil) como fortín para la defensa a tiros de la legalidad. Se sabía de los asaltos y quema de edificios en el centro urbano, del asalto y saqueo en las iglesias de la ciudad, de las partidas que asaltaban viviendas para llevarse camino de la muerte a sus residentes.

Así fue el inicio de la Guerra Civil en Cádiz, donde el triunfo temprano de los golpistas no impidió imágenes de sangre.

No las hay de los fusilamientos a pie de la muralla o, más adelante, en la plaza de toros. Sí las hay de la destrucción en edificios céntricos de la ciudad pocas horas después de conocerse, el 17 de julio de 1936, el levantamiento de las tropas en Melilla y extenderse, un día después, a todo el país el ataque contra la República.

Imágenes de comercios emblemáticos, en una ciudad donde aún existían tiendas de toda la vida, destruidos por grupos de izquierdas antes de ser reducidos éstos por las tropas golpistas. Una ruta de fuego y destrucción que arrasó comercios, casas de reconocidas familias de la ciudad y el patrimonio de muchas iglesias.

De esta cara de la tragedia de 1936 sí hay un recuerdo gráfico. Fotografías que durante años han estado, en su gran mayoría, ocultas o cuya publicación no estaba autorizada. Forman parte de la colección gráfica de la Biblioteca Nacional de España que, ahora, las saca por primera vez a la luz.

La BNE dispone de un fondo relacionado con la contienda en el conjunto del país de unas 44.000 imágenes. De ellas ya hay accesibles 11.000 a través de la Biblioteca Digital Histórica. Desde 1988 el Departamento de Bellas Artes y Cartografía lleva inventariando y catalogando este legado tan trágico de nuestra historia .

Desde la propia Biblioteca se destaca que "muchas de estas imágenes fueron en su origen un arma propagandística, pero hoy mantienen un uso inestimable como fuente para acercarse a la realidad del conflicto y también para investigar la historia del fotoperiodismo".

La colección se integró en los fondos de la BNE desde 1980. Tras la Guerra Civil formó parte de los archivos de la Vicesecretaría de Educación Popular.

Las imágenes que se muestran sobre lo acontecido en Cádiz en las primeras horas del golpe militar ofrecen una evidente realidad, como es el grave destrozo provocado en edificios del centro histórico, que entonces los golpistas aprovechan para trasladar a la opinión pública que fueron los "rojos" los autores de estos actos vandálicos.

Las imágenes de la BNE se centran en las calles más comerciales de la ciudad que entonces, como hoy, se concentraban en el eje Palillero-Columela-Catedral. La mayor parte de las mismas llevan la firma de Dubois, uno de los grandes fotógrafos de la ciudad. Su firma en las fotografías utilizadas por las tropas golpistas no significa la pertenencia del artista a este bando. Todo lo contrario: fue un activo promotor cultural durante la República. Lo cierto es que en 1936 era uno de los referentes del arte de la fotografía en la ciudad. Hay otras imágenes, pocas, que están firmadas por Ernesto Schreck.

El golpe militar del 18 de julio triunfó por la fuerza en Cádiz. Al poco de conocerse el movimiento de tropas en África, el general López Pinto, gobernador militar, liberó a Enrique Varela, encarcelado en la prisión ubicada en el castillo de Santa Catalina.

Las tropas que apoyaron el golpe, unidas a pequeños grupos de falangistas y de la derecha gaditana, ocuparon pronto los puntos estratégicos de la ciudad, aguantando los leales a la República fundamentalmente en lo que hoy es la Diputación Provincial y entonces era sede del Gobierno Militar.

Conocido el golpe, grupos de sindicalistas y simpatizantes de la izquierda, salieron de la sede de la Casa del Pueblo, en la calle Arbolí. No se enfrentaron a las tropas militares, pero sí dejaron en su recorrido un rastro de edificios saqueados y quemados, levantando barricadas en diversos puntos de los barrios de La Viña y Santa María, siendo la mayoría eliminados por las tropas golpistas. Unos días más tarde, el 6 de agosto, barcos de la flota leal a la República bombardearon varios puntos de la Alameda aunque fue un ataque de la aviación la que volvió a provocar daños en más edificios y, sobre todo, la muerte de varios vecinos.

El saqueo con el que se respondió al levantamiento contra la República, y cuyas imágenes salen ahora a la luz, se llevó por delante tiendas que formaban parte de nuestra tradición. Muchas no se recuperaron y otras fueron reconstruidas o se trasladaron a otras calles.

Saqueados unos, como muestran las fotografías de Almacenes la Riojana que se libró del fuego lo que permitió su pronta reapertura (el local seguirá en funcionamiento hasta mediados de los años ochenta), y quemados otros con líquidos inflamables, como Casa Valiente (en Catedral, donde hoy está un local de Cien Montaditos y durante años Almacenes Barcelona), o como Solves y Merchán en la plaza del Palillero (cuyos edificios se levantaron de nuevo en la etapa final de la Guerra).

A este listado se le unirán la Maison du Blanc, el Café Lido, la sastrería Al Metro, La Innovación, El Siglo Gaditano, Camisería Hervias, La Balear, El Louvre, Eureka...

Calcinadas quedaron las instalaciones del Centro Católico de Obreros que se ubicaba en Jesús Nazareno, o el Colegio de la Viña. Las imágenes se convierten en el preámbulo del cruel enfrentamiento entre las dos Españas durante los tres años siguientes.

El fuego se llevó por delante varios edificios de la plaza del Palillero y de la hoy calle Novena (que en 1936 se denominaba Eduardo Dato) y provocará un cambio rotundo en la fisonomía de la zona con la construcción ya en la década de los 40 de edificios de nueva planta en sustitución de los destruidos, entre los que se encontraba parte de la residencia de los Blázquez.

Las iglesias también fueron saqueadas en la jornada del 18 de julio. Llaman especialmente la atención las imágenes captadas en el Carmen, todas inéditas hasta ahora. El catálogo que saca ahora a la luz la BNE nos traslada a esta parroquia, pero también a Santo Domingo, Santa María, la Merced... En la cara posterior de algunas fotografía se sitúa algún templo, de forma errónea, en Málaga. Hay fotos también, previas a la destrucción, que ilustran imágenes robadas. San Pablo se salvó de la quema ya que la cercanía de la sede del Casino Gaditano, edificio estratégico para los que apoyaron el golpe, facilitó la llegada a Ancha de un grupo de golpistas que evitó el colapso de la iglesia.

Curiosamente, en el recorrido vandálico por la plaza de la Catedral, fueron militantes anarquistas y socialistas lo que impidieron la quema de la finca donde se encontraba el ultramarino de José Hidalgo.

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