"Me gusta mantener en mi vida el espíritu del becario"
Juan Manzorro Burguillos. Presentador
Locutor por vocación, este vejeriego y gaditano confiesa que le cuesta decir que no a lo que le piden, pero sí tiene claro que no dará jamás ni un pregón.
Juan Manzorro es una de las imágenes de Canal Sur en Cádiz. Con la humildad por bandera, se mostró extrañado por ser elegido para formar parte de esta sección porque creía que no reunía los méritos.
-Usted habla siempre de la radio con pasión, pero su llegada a la misma fue casi casual.
-Efectivamente. Cuando estaba haciendo Relaciones Laborales en Algeciras apareció esta antigua novia de Marconi llamada la radio. Era 1986 y entonces se creó en Cádiz la radio municipal donde se llevó a cabo un taller de radio donde estuvieron entre otros el Yuyu, Pepe Monforte, José Antonio Hidalgo y Carlos Alarcón. Aquello fue muy importante en mi vida y supuso una oportunidad de empleo para un grupo reducido de jóvenes. En Radio Juventud hice programas de Carnaval y Semana Santa y en 1988 ya me llamaron de Antena 3, donde me llega un ángel caído del cielo llamado Enrique Márquez, al que le tengo una gratitud eterna. El 15 de enero de 1990 fue la primera vez que hablé por un micrófono de Canal Sur y espero seguir haciéndolo hasta mi jubilación. Si la salud me acompaña a mí no me importaría jubilarme a los 70 años porque me encanta mi trabajo. En estos momentos tener un trabajo es un patrimonio y que encima te guste es una grandísima suerte.
-¿Qué es lo que queda del becario de Vejer, el seudónimo con el que aparece en un blog de mucha difusión?
-Soy una persona que vengo desde abajo y quiero mantener en mi vida el espíritu del becario, es decir, la ilusión, curiosidad y deseo de mejorar cada día.
-¿Cómo le gusta que lo denominen, periodista, comunicador?
-Locutor porque es siempre lo que quise ser. Aunque llevo casi 30 años trabajando en esto, tengo un profundo respeto por los compañeros que pudieron hacer la licenciatura de Periodismo o Ciencias de la Información. Yo llego a esto a mediados de los 80 y he ido adquiriendo cierta experiencia, pero el que sea licenciado y además tenga esta experiencia, me lleva ventaja.
-Antes ha hablado de Enrique Márquez. ¿Quiénes han sido sus modelos de locutores radiofónicos?
-Pues además de Márquez, Enrique Treviño, porque lo he escuchado mucho. También los hermanos Pedreño, Carmen Colla, Rodrigo Mateo, Pepe Benítez... Son personas que en mis comienzos me marcaron mucho. Ahora hay personas a las que le tengo un gran afecto personal y profesional, como es el caso de Fernando Pérez, un hombre que tiene un profundo conocimiento de la Semana Santa de Cádiz.
-Es prácticamente imposible encontrar a alguien que hable mal de usted o que usted lo haga de otras personas. No sé si eso es más bien preocupante.
-No me gustan los conflictos y huyo de las tensiones. Mi buen amigo Fernando Santiago, que es todo lo contrario, dice que soy demasiado suave. Soy de los que prefiero un mal acuerdo que un buen conflicto. Esto no lo hago por buenismo, sino por mi propio equilibrio personal. Por ejemplo, me cuesta entender tantas tensiones en el Carnaval porque es la fiesta de la alegría.
-Pero a veces hay que mojarse.
-Mire, cuando veo una agrupación en el Concurso del Falla que es buena, lo digo y cuando es mala prefiero callármelo. Soy más de cultivar la información que la opinión y a lo mejor esa es una carencia que tengo. El Carnaval genera muchas tensiones y a mí me gusta apartarme de eso. En mis comienzos quizás era más osado por aquello de la juventud, pero ahora sigo también la línea editorial de Canal Sur, que es optar más por la información.
-Usted es conocido por la inmensa mayoría de la gente por su trabajo relacionado con el Carnaval y en menor medida por la Semana Santa, pero el resto del año trabaja en muchos más temas. ¿No le cansa o teme que la gente le encasille?
-A veces parece que yo trabajo en Carnaval y el resto del año un motorista me lleva el sueldo a casa. Eso más bien me divierte. Recuerdo una anécdota cuando fui a cubrir un conflicto a la verja de Gibraltar y alguien que me vio allí me preguntó si yo también estaba aguantando la cola y le tuve que decir que estaba trabajando porque el hombre no se lo podía imaginar. Todas las personas que participamos de esa fiesta somos conocidas pero eso será efímero. El día que yo me jubile vendrán otros a sustituirme. Me gustaría mantenerme en activo todo el tiempo que pueda, pero el día que me jubile desapareceré de la actividad pública. De lo que sí que me he retirado totalmente es de los pregones de lo que sea.
-¿Se retira de los pregones? ¿Por qué?
-A ver, yo voy a seguir estando siempre a disposición de las cofradías, Carnaval o cualquier ámbito de la sociedad porque para mí no supone un esfuerzo, pero pregones no voy a dar ninguno. En las redes sociales he visto a algunos que han soltado la idea de que yo pudiera ser pregonero del Carnaval y eso es descabellado porque éste debe ser para personajes famosos o autores e intérpretes importantes. En cuestión cofrade he dado el de las dolorosas de mis cofradías, el pregón a la patrona de mi pueblo, el de la Virgen del Rosario, la Virgen de la Salud de Sanidad y, finalmente, el de la Semana Santa de Cádiz. Creo que debo detenerme ahí. Ese ciclo ya ha terminado. Yo soy un cofrade de base y nunca he sido capaz de asumir mayores responsabilidades en las hermandades. Pese a ello, pude tener la oportunidad de pregonar la Semana Santa de Cádiz. Admiro a los cofrades que día a día trabajan por su hermandad. Así que esa etapa de los pregones acabó aquel día en el Falla de la manera más bonita y emotiva posible.
-En su profesión ha habido mucho de Carnaval, capilleo y el Cádiz, aunque éste en menor medida, las tres C famosas. ¿Cádiz es mucho más que eso?
-Por supuesto que sí. Tengo que decir que a mí no me gusta el Carnaval... fuera del mes de febrero. Quizás ponemos demasiado el acento en las tres C el resto del año. Cádiz tiene un potencial suficiente como para abarcar otras cosas y no nos debemos centrar exclusivamente en el Carnaval. Este puede ser una fuente de recursos muy importante pero no debemos estar todo el año con cuestiones relacionadas con el mismo. Por ejemplo, creo que el Festival de Folklore se tenía que haber mantenido porque ese tipo de iniciativas son muy importantes.
-Hablemos de Canal Sur. Hay mucha gente que no se siente identificado con un medio que considera que da una imagen del andaluz con la copla, los personajes de Juan y Medio, etcétera, que no es la real y es muy estereotipada.
-Canal Sur tiene la obligación de fomentar todo evento que esté relacionado con Andalucía. De uno de los programas que me habla, 'Se llama copla', tiene un gran éxito de audiencia, el Carnaval también lo tiene, la Semana Santa... ¿Que se pueden difundir y fomentar otras cuestiones.? Por supuesto que sí, pero también tiene que contar con el respaldo de la audiencia.
-¿Y eso que dicen los críticos de que parece que el que ha inventado el Carnaval es Canal Sur?
-Claro que Canal Sur no ha inventado el Carnaval pero la difusión que le ha dado ha sido muy importante y ha sido algo muy favorable para los autores y las agrupaciones, pero también lo es para nosotros retransmitirlo. Es algo bueno para las dos partes.
-Usted ha dicho antes que le gustaría jubilarse en Canal Sur. ¿No es un poco arriesgado decir esto con lo que está ocurriendo con algunos canales de televisión autonómicos donde han desaparecido o ha habido recortes de personal bestiales?
-El panorama de la profesión no es muy halagüeño y tiene tristemente mucha precariedad. Jubilarme en Canal Sur es un sueño, pero no una garantía. Cuantos más medios haya mejor, porque eso es bueno para la profesión y el que se mantengan los medios públicos es importante porque son necesarios.
-¿Y qué opina de los clichés como que Canal Sur es la tele de Susana Díaz o que Onda Cádiz sea el de Teófila?
-A los medios públicos y privados se nos cuelgan determinados sambenitos que son muy difícil quitárselos. Por ejemplo, en las elecciones y los tiempos están absolutamente medidos y estipulados por la Junta Electoral, pero a pesar de eso siempre va a haber críticas. En Canal Sur son mil y pico de trabajadores y a la hora de hacer su trabajo cada uno tendrá su opción política, pero lo que sí tienen es ética profesional.
-Alguna vez ha dicho que no es competitivo, pero la leyenda también dice que en Canal Sur llueven los codazos a determinados niveles.
-Yo nunca he sufrido codazos. Eso no me haría sentirme bien y yo lo que quiero es tener mi propio equilibrio personal. En esta profesión nuestra hay mucha competencia entre nosotros mismos, pero entre los muchos defectos que tengo no está precisamente el de la vanidad. Eso no siento que la padezca.
-El concurso de Carnaval está a la vuelta de la esquina. ¿No le parece interminable cuando tiene que estar en la mayoría de las sesiones por obligación?
-A mí me encanta el concurso. Creo que del Carnaval lo que más me gusta es el concurso porque los sábados por la noche los paso en casa, a la carpa jamás voy y el carrusel de coros sí me gusta pero lo que más, sin duda, el concurso. Me gusta hacer radio. Las agrupaciones que son malas cuando el público empieza a ponerse revoltoso con arte y siempre que no sea con insultos, eso incluso también me divierte.
-¿Qué opina acerca de esos debates eternos acerca de que la clasificatoria no se debe hacer con público y demás?
-Creo que hay agrupaciones, algunas de fuera y otras de aquí, que quizás deberían plantearse salir a la calle nada más y dejarse de lío del montepío del concurso. Eso requiere un nivel y eso de ir al concurso porque me hace ilusión no vale. Y esto lo dice el tío que quizás ha salido en el peor coro de la historia del carnaval. En el año 81 éramos con 'Los concertistas' el único coro que concursó ese año y nos dieron el segundo premio. Fíjate cómo éramos.
-Usted es una persona muy conocida e imagino que habrá mucha gente que le parará por la calle y le dirá algunas cosas.
-Me da mucho corte. La gente por lo general es muy amable, pero el ser conocido es efímero. El día en que me jubile no me van a conocer ni en mi casa a la hora de comer. La conocida es la empresa para la que trabajas. El hecho de que te conozcan y valoren tu trabajo es grato pero con el paso de los años a eso ya no le das tanta importancia.
-Usted intenta no meterse en charcos, pero una vez un lapsus lingüístico le metió en un lío con el famoso cuplé del wonderbrá de la Macarena del Libi.
-Pues sí. Estábamos retransmitiendo para toda Andalucía en el carrusel de coros y en uno de los diálogos sacamos el famoso cuplé que tanta polémica creó en Sevilla. Cuando intervine yo quise decir que el tema había levantado ampollas pero lo que dije es lo que todos se puede imaginar. Ahora me río pero en aquel momento me entró angustia.
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