Las fuentes de contaminación de las aguas gaditanas

Las aguas de Cádiz se encuentran entre las más amenazadas del continente debido a la posición estratégica de nuestra provincia para el tráfico marítimo internacional. Los análisis de valoración química demuestran que está empeorando la calidad de nuestras aguas, lo que puede perjudicar a nuestras playas y a la salud general de nuestro ecosistema marino.

El problema es de bastante difícil solución porque las causas están con frecuencia lejos de nuestras propias jurisdicciones. Aunque en algunos casos podemos atacar el origen de algunas fuentes de contaminación –por ejemplo en los vertidos residuales de nuestras propias ciudades–, en otros casos es bastante más complicado intervenir si no se establecen leyes europeas capaces de minimizar las fuentes de contaminación.

Buques cisterna

Los buques cisterna son uno de los principales problemas en la contaminación de los mares europeos. Afectan especialmente al Mediterráneo y a las aguas gaditanas debido al enorme flujo de la importación de petróleo y gas procedentes de Oriente Medio. Estas importaciones están acentuándose desde hace un año porque Europa ha dejado de importar gas y petróleo rusos, que podían transportarse a través de oleoductos y gasoductos.

Pese a que Europa está acelerando la reducción de su dependencia de los combustibles fósiles, al mismo tiempo está aumentando su importación a través de buques cisterna, y buena parte de este tráfico pasa frente a las costas de Cádiz en su camino hacia el Reino Unido o los principales puertos de Europa Central. Por eso están aumentando sus vertidos en nuestras aguas, empeorando así nuestro ecosistema marino.

Grandes cruceros

Otro tanto puede decirse de los grandes cruceros, que nos dieron una pequeña tregua durante la pandemia global, pero que ahora vuelven a surcar nuestras aguas con mucha frecuencia. Europa continúa siendo uno de los principales destinos para los cruceristas, y nosotros estamos a las puertas del mar Mediterráneo.

Los cruceros son auténticas ciudades flotantes que son capaces de albergar a decenas de miles de personas en su interior. Todas estas personas hacen uso de un sistema de gestión de residuos equivalente a nuestras cloacas, pero estos sistemas cuentan con menos herramientas de purificación de los residuos antes de verterlos a mar. Y a esto hay que sumar los vertidos de combustible y otras formas de contaminación asociadas a estos grandes buques.

Vertidos de aguas residuales

Desde tierra también pueden llegar diferentes formas de contaminación a nuestras costas. Los vertidos de aguas residuales de Cádiz y todas las ciudades circundantes van a parar al mar, lo que significa que, cuanto más crezca nuestra población urbana, mayor será la contaminación que terminaremos vertiendo al mar.

La instalación y mejora de los sistemas de depuración de aguas fecales es fundamental en esta instancia para poder prevenir los vertidos que más afectan a nuestras aguas. Y, además, también se hace necesario supervisar todas las industrias de la provincia para asegurarnos de que no se producen vertidos ilegales en nuestros ríos y cauces. De esta manera se puede reducir significativamente el daño ecológico procedente de estos vertidos.

Operaciones mineras

Menciona parte merecen las operaciones mineras que se desarrollan en la provincia. El fondo marino de Cádiz es rico en depósitos de litio, cobalto y titanio, que son especialmente importantes en la industria de los vehículos eléctricos. La eventual extracción de estos recursos en el lecho marino puede causar grandes daños en el ecosistema, por lo que se hace necesario adaptar medidas que limiten, regulen o prohíban estas extracciones, según convenga.

A pesar de que esta industria minera puede dejar bastantes beneficios en nuestra provincia y en la vecina Huelva, estos beneficios pueden no compensar el daño climático causado en la región. Peor aún, cualquier vertido fuera de control podría causar serios problemas medioambientales capaces de comprometer nuestra industria turística, de la que dependemos en mucha mayor medida que de la minería.

Nos enfrentamos entonces a diferentes causas para un único problema, y por eso es tan importante traer estas cuestiones al primer plano de nuestras instancias políticas para abordarlas de manera más abarcadora. No podemos permitir que el ecosistema de Cádiz se vea comprometido por la desidia o por la inacción, sobre todo ahora que el calentamiento global nos está dejando tan poco margen para proteger el medio ambiente.