Un esfuerzo sin bulerías
Alejandro Sanz ofreció la noche del viernes un gran concierto en el estadio Chapín ante miles de fans, pero le faltó convertir sus piropos para Jerez en homenaje cantado
En dos horas y veinte minutos de actuación, Alejandro Sanz tuvo tiempo de improvisar palabras de alabanza tres o cuatro veces. Dejaba reposar su guitarra sobre las cintas que cruzaba la espalda desde el cuello y lanzó cuantos piropos encontró a Jerez, "la cuna del arte". El "mejor ídolo del mundo", como dijo una incondicional en las colas de Chapín días atrás, pidió perdón a esa mayoritaria porción del público que no nació en la Campiña, la de los forasteros que miraron en 'google maps' dónde quedaba Chapín. Se acordó de la Paquera y del Morao. Fue sólo porque se paró a recitar cariños a la ciudad por lo que el concierto fue distinto al que podría haber perpetrado en un estudio de grabación.
Desde luego, fue generoso en su esfuerzo. Venía de cantar en Huelva 24 horas antes sin que apenas nadie pudiera pararse a notarlo, pero Alejandro Sanz se marchó del escenario como ahogado, sin piruetas. Como diría un cronista futbolístico, quizás le faltó pegada, quizás no se vio con fuerzas para resolver en el último medio metro. "Se me ha hecho corto, es él, pero tenía más expectativas por cantar donde cantaba. No ha tocado ni una bulería, como sí ha hecho por ahí otras veces", resumiría una chica llegada de San Fernando cuando los focos se apagaban.
La noche del 29 del mes del verano comenzó con alegría. Sanz llevó al escenario como primer tentador a Diego Carrasco y su gente. Cuando aún faltaba por entrar al recinto un tercio del aforo sonaron palmitas de rumba sobre los arpegios de la guitarra eléctrica. El flamenco heterodoxo fue diciéndole adiós al sol tras cuatro temas y dejó espacio a la noche -fresca, de rebequita- y a la segunda telonera, la joven algecireña Tatiana Alves, que adaptó varios temas del pop norteamericano al piano y a su lujosa voz. El público agradeció ambos despliegues de arte y, ya con la noche bien cerrada sobre Chapín, la estrella mundial se dio un baño de cariño.
Las casi 17.000 personas que llenaron el Fondo Norte y la mitad del césped del estadio vibraron cuando los músicos fueron desfilando con sus guitarras y sus instrumentos de viento sobre el escenario. Cerrando la comitiva estaba un Sanz al que anticiparon miles de teléfonos móviles que no pararon de hacer fotos y vídeos. Comenzó con su 'Sirope', una fiesta que respira buen rollo. Continuó con los temas de su disco más reciente. El público se entregó, sobre todo, con 'Un zombie a la intemperie'.
La aparición del 'triunfito' Pablo López fue del gusto del público y del propio Sanz. El artista, que volverá a aterrizar en Jerez este agosto dentro del ciclo 'Noches de Bohemia', cantó a dúo varias canciones, algunas a piano, como 'No me compares' o 'Lo ves'. Pero donde de verdad se sintió rugir a Jerez fue cuando Alejandro se dejó llevar por sus clásicos. 'El corazón partío' era apuesta segura. 'Amiga mía' también, por supuesto, porque es una balada pop emblemática de los años 90. Con fuerza sonó entre las gradas y el césped 'Quisiera ser', cuando Sanz apuntó continuamente al público con su micro para darle el protagonismo
Peor suerte corrió la por ahora malograda propuesta que firma este verano Sanz al alimón con Marc Anthony, 'Deja que te bese'. El artista latino estuvo presente en forma de videoclip, mientras que el de Alcalá no abandonaba el directo. Fue sólo un momento. El público quiso. Familias enteras con niños pequeños bailaron. Los tortolitos se besaron. Los grupos de amigas desplegaron carteles. Fans de toda la provincia, de Sevilla, de Madrid o de Extremadura se conjugaron con la pasión de los fans de Puertas del Sur, El Almendral, el Centro, Santiago -durante el concierto, Carrasco y los suyos se quedaron entre los espectadores- y todos los barrios disfrutaron de una noche donde cabían todos hasta alcanzar 17.000 y despedirse de la minigira andaluza. Lo hizo con un genial espectáculo de luces, rematando un impresionante despliegue técnico, y una versión tecno de su primer éxito, 'Pisando fuerte', que volvió a sonar a nuevo. Que no pasen otros 20 años hasta la próxima en Jerez, Alejandro. Y que no se te olviden las bulerías.
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