Las empresas del polígono de Barbate carecen de luz para trabajar en sus naves
Zona Franca, promotora de El Olivar, asegura que el problema está resuelto y que las conserveras sólo tienen que pedir a Endesa la energía que necesiten
Las primeras empresas en instalarse en el polígono El Olivar, en Barbate, no disponen de la energía eléctrica suficiente para iniciar su actividad. Durante los dos últimos años han levantado sus naves con motores alquilados ante los problemas de abastecimiento que sufre esta zona industrial, proyectada a principios de la década y pendiente de inauguración tras años de retrasos. La luz de obra -la potencia mínima para cubrir los trabajos de construcción- empezó a llegar hace escasas semanas al polígono, cuyo desarrollo comenzó en 2004. El fluido eléctrico no alcanzó hasta este lunes a la nave de El Rey de Oros, la primera empresa en instalarse en el recinto, según apuntó ayer la directora gerente de la firma, Montserrat Ramírez.
El Rey de Oros es la conservera líder de Barbate, con un centenar de trabajadores en temporada y 1.500 toneladas de pescado manufacturado al año -un 80 por ciento es caballa-. La compañía ha desmantelado su fábrica de la céntrica calle Once de Marzo con la expectativa de instalarse en El Olivar, donde ha invertido seis millones de euros para habilitar una planta más moderna. El pescado, no obstante, aún no ha entrado en la cadena de producción de la reluciente fábrica, que necesita más de 700 kilovatios de potencia para ponerse en marcha y dispone, hasta ahora, de los poco más de 30 de la luz de obra.
Los técnicos de El Rey de Oros ni siquiera siquiera pueden realizar las pruebas de sus máquinas, y ayer estudiaban alquilar un nuevo motor de 300 kilovatios para poder ajustar cuanto antes frigoríficos y calderas, herramientas complejas que sufren a causa de los altibajos en la tensión.
"¿Quién pagará estos costes?", se pregunta Montserrat Ramírez, que lamenta pérdidas "millonarias" a cuenta de los retrasos y teme más perjuicios para la temporada, que comienza en abril con el auge de las capturas. "Nos quedan 5.000 cajas de caballa, que en marzo estarán despachadas. Qué pasará después, no lo sabemos. Podemos perder clientes si no atendemos la demanda, clientes que después son muy difíciles de recuperar. Además no podremos contratar a nuestros trabajadores si no podemos poner la fábrica en marcha", explicó la gerente de El Rey de Oros, que enlata pescado en Barbate desde 1925.
Otras conserveras con intereses en El Olivar como Salpesca y Hermes Ortiz expresaron ayer su inquietud por la falta de abastecimiento, aunque admitieron que su situación no es tan grave como la de El Rey porque todavía están finalizando las obras en el polígono y conservan sus fábricas antiguas. Hermes Ortiz, que prevé crear 40 empleos en Barbate y prepara 7.000 tonleadas de pescado al año en varios plantas en España, ha pedido 1.200 kilovatios para desarrollar su actividad, en la que emplea grandes congeladores: "Nos han dicho que habrá potencia disponible en breve pero hay inquietud, sobre todo viendo lo que le ocurre a El Rey de Oros. Vamos a acabar la obra en abril y habrá que ver qué pasa entonces. Hasta ahora nos hemos estado gastando 300 euros diarios en gasoil para el motor de la construcción", señaló ayer Francisco Ortiz, gerente de Hermes.
El responsable de la Unión de Empresarios de Barbate -un centenar de asociados-, Manuel Zabal, recordó que a finales del año pasado remitió a Zona Franca (promotora del Polígono Industrial) un listado con las necesidades energéticas de cada una de las 60 empresas con suelo en El Olivar a fin de que mediara ante la eléctrica Endesa. Ahora, la agrupación barbateña ha solicitado una reunión a Zona Franca a través de la Confederación de Empresarios de Cádiz (CEC) para buscar soluciones a los problemas que se han encontrado las firmas pioneras en el polígono. "Aunque se ha reconocido que hay un problema de base con la energía eléctrica en Barbate y en El Olivar, que no se solucionará hasta que haya una subestación, Zona Franca garantizó que Endesa daría la energía suficiente a las empresas cuando fuera necesario, y ahora ya lo es", relató ayer Zabal, pendiente de la llamada de Cádiz.
Frente a las denuncias desde el sector empresarial, que sigue alquilando motores para abastecer a sus obras, Zona Franca asegura que los problemas para dotar de corriente el nuevo polígono "están solventados", en palabras del delegado especial del Estado en la entidad, José de Mier.
El representante de Zona Franca detalló que Endesa dispone de potencia suficiente para atender a las primeras empresas del polígono barbateño. "Hay potencia suficiente para poner en marcha las distintas empresas ubicadas en este suelo industrial. Se cuenta con unos 6.000 o 7.000 kilovatios de potencia, y si alguien le pide 800 a la compañía suministradora, no debe de tener problemas para que se los concedan", garantizó José de Mier.
El delegado del Estado garantizó al Rey de Oros que si solicita a la compañía de energía la potencia que necesita con los papeles necesarios, tendrá esta energía en el tiempo que tarde el enganche o la tramitación oportuna".
El representante de Zona Franca no adelantó fecha para la inauguración oficial del polígono, que se retrasa desde octubre, aunque confió en que pueda organizarse de la mano de las primeras empresas, pendientes del enganche a la corriente, en el caso de El Rey de Oros, y de la finalización de obras, en el de otras conserveras.
A mediados de 2006, ante los retrasos sufridos en la construcción del polígono, los empresarios con inversiones en El Olivar tuvieron que conseguir aplazamientos especiales de la Junta de Andalucía para no perder cuantiosas subvenciones que hoy siguen prorrogando.
La construcción del polígono El Olivar fue impulsada a principios de la década por el Gobierno central, Zona Franca y el Ayuntamiento de Barbate como una de las soluciones económicas del pueblo a la crisis pesquera iniciada con el fin del acuerdo de capturas con Marruecos, en 1999. En 2001, el Ministerio de Agricultura y Pesca inició la compra de los 260.000 metros cuadrados de suelo a desarrollar en la entrada al municipio desde Vejer, y arrancó una larga tramitación urbanística no resuelta cuando, en 2003, el ministro Arias Cañete colocó la primera piedra del polígono. El cambio de Gobierno retrasó otra vez el proyecto y la construcción de naves no empezó hasta 2006, cinco años después del plan original, y aún con cuestiones básicas como el abastecimiento de agua y luz por resolver.
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