Una empresa gaditana crea el primer certificado para edificios sostenibles
Medio ambiente
Estas construcciones pueden conseguir ahorros superiores al 50% en la factura energética y del 40% en el consumo de agua
Dos gaditanos, Olga Tey y Jerónimo Pérez, pusieron en marcha en 2014 una empresa, OPM Grupo, que en apenas unos años ha ido diversificando su negocio con una agencia inmobiliaria especializada en inmuebles premium, una oficina técnica de proyectos, un estudio de arquitectura interior y una empresa especializada en el diseño de micro sistemas ecológicos.
El último ‘hijo’ de esta compañía gaditana es el desarrollo de un sello de sostenibilidad de edificios, denominado Mossgo, orientado a la arquitectura residencial tanto de obra nueva como de rehabilitación, así como la obtención de certificados de edificios ya concluidos si cumplen con los requisitos.
Los dos emprendedores indican que es el primer sello homologado de estas características en Cádiz y Andalucía y el segundo de España.
El proyecto, sobre el que venían trabajando desde hace un tiempo, obtuvo el impulso definitivo durante los meses de confinamiento “que aprovechamos para trabajar en su desarrollo para tenerlo ya listo” tras el inicio de la desescalada.
El negocio que acaba de ponerse en marcha ya tiene varios clientes en la ciudad, entre ellos el proyecto de un pequeño hotel que, en todo caso, está pendiente de la moratoria impuesta por la nueva ordenanza hotelera. Hoy en toda la ciudad, afirman los promotores, sólo hay un edificio con certificado sostenible. Procasa está construyendo en Doctor Marañón un bloque de viviendas sostenibles mientras que el Museo de Arte Contemporáneo que proyecta Diputación en el antiguo IES en San Francisco también está diseñado con estas normas.
Los promotores destacan que "los edificios construidos con criterios de sostenibilidad pueden conseguir beneficios económicos, mediambientales y humanos, al poder conseguir ahorros superiores al 50% en la factura energética, y una reducción del consumo de agua cercano al 40%". El sello se logra atendiendo a la localización y entorno, energía y atmósfera, materiales, gestión del agua, confort de los usuarios, coste-resultado y calidad en el edificio.
La calidad de vida de los vecinos del edificio
Tanto Olga Tey como Jerónimo Pérez destacan los beneficios que para los residentes tiene un edificio con el sello de sostenibilidad.
"Se trata de mejorar la calidad de vida de los habitantes del edificio mediante la correcta iluminación natural y artificial, la calidad del ambiente, el aislamiento o incluso las vistas desde el interior. En definitiva, una mayor rentabilidad para el que explota y mantiene el edificio, un menor impacto medioambiental y un mayor confort y salud para los que habitan el inmueble".
A la hora de plantearse la obtención de este sello de calidad, se recomienda siempre "trabajar en fases tempranas del proyecto para poder identificar todas las posibilidades que hagan mejorar el edificio. En fases avanzadas de la edificación también se podrá realizar la certificación, pero es posible que se hayan perdido oportunidades para poder conseguir una calificación mejor", advierten.
Junto a aspectos de la construcción, del funcionamiento del agua, la electricidad... a la hora de fijar las claves de este sello de sostenibilidad se tienen en cuenta aspectos como la propia orientación del edificio, el aprovechamiento de la luz y la ventilación natural así como el aprovechamiento de la energía del sol o la del viento
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