La dirección y los sindicatos de Paradores alcanzaron un acuerdo la semana pasada en el expediente de regulación de empleo (ERE) que contempla rebajar los despidos de 644 a 350 y el cierre de sólo un establecimiento, el de Puerto Lumbreras, en Murcia. Asimismo, el Parador de Arcos de la Frontera se ha salvado del cierre temporal que tenía, en un principio, planteado la dirección de la cadena hotelera pública. La cifra de despidos se queda así finalmente establecida en 350, y se ha abierto la posibilidad de que los trabajadores se puedan acoger voluntariamente. Una portavoz del sindicato UGT asegura que se estima que unas cien personas se acogerán de forma voluntaria al ERE, por lo que la empresa deberá elaborar en las próximas semanas la lista con los nombres de los despedidos. En un principio, antes de iniciarse la negociación con los sindicatos, se anunció que Paradores iba a prescindir de ocho empleados del hotel Atlántico. No obstante, al haber cambiado sustancialmente la cifra de despidos, la representante del sindicato confía en que ese número sea inferior o que no se produzcan bajas en el Atlántico.

La plantilla del Parador gaditano -formada por unos 65 empleados- está a la espera de que se anuncien los nombres de las personas afectadas, y tal anuncio se hará previsiblemente antes de que concluya el presente mes.

Este medio contactó ayer con el director del hotel gaditano, Eduardo Oriola, y aseguró desconocer si finalmente se producirán despidos en su equipamiento. Asimismo, se preguntó a la propia cadena hotelera sobre la situación de los empleados del Atlántico, y fuentes de la empresa explicaron que ésta está estudiando los puestos de trabajo de los que se podría prescindir en cada uno de los paradores, en función de las necesidades y de los cierres temporales previstos. Pero a día de ayer no se había decidido aún nada, según manifestaron esas fuentes de la empresa pública.

Cabe recordar que los empleados del Atlántico se reincorporaron a su puesto de trabajo el pasado mes agosto tras acogerse a un ERE temporal durante la construcción del nuevo hotel que duró dos años y medio.