Cádiz

A drago muerto, acebuche puesto

  • El alcorque que dejó vacío el drago tras su desplome fue ocupado ayer por un olivo silvestre, centenario también Varios ciudadanos expresaron su opinión sobre el podado ejemplar

La araucaria que se mantiene firme en el antiguo patio de la Escuela de Arte vuelve a estar acompañada. El alcorque que hace un par de meses dejó vacío el emblemático drago tiene nuevo inquilino. Desde primera hora de ayer, un acebuche luce en ese espacio. A drago muerto, acebuche puesto.

Un acebuche centenario que se encontraba en la finca rústica de El Carrizoso, en el término municipal de Alcalá de los Gazules, y que fue trasladado a la capital gaditana en un camión-grúa. Una vez accedió el vehículo al callejón del Tinte, se precintó la vía y se procedió a descargar el ejemplar y a ubicarlo en su nuevo emplazamiento. Pasadas las diez y media de la mañana, se restableció el tránsito peatonal en la calle, y todas las miradas se posaron en el acebuche.

"¡Ah, mira, el olivo!", reaccionaron algunos ciudadanos. Algunos incluso interrumpieron su paso para observarlo con detenimiento, y no faltaron quienes emitieron su opinión sobre el árbol: "¿Y éste es el centenario acebuche? No tiene porte de centenario, y menos aún con esa poda tan radical que le han hecho. Valiente porquería... De aquí a que tenga una copa frondosa pasarán años. Vamos, yo ni lo veré", comentó convencido un ciclista que, a pesar de la decepción que le causó el acebuche, lo inmortalizó con su móvil. "¡Qué pena del drago! Y al caer fue hasta bueno, que no rompió ni los cristales de algunas de esas ventanas ni nada", agregó señalando hacia la fachada de la antigua Escuela de Arte. "Hemos perdido un gran árbol y ahora nos han puesto un susodicho acebuche", se despidió el desilusionado ciclista.

Mientras, tres operarios seguían trabajando en el amplio alcorque, removiendo la tierra de alrededor del olivo silvestre y extrayendo los pequeños trozos de raíces del drago que iban apareciendo con los movimientos de soleta. "Antes de proceder a plantarlo, hemos limpiado el alcorque eliminando restos del drago y posteriormente se ha abonado la tierra con sustrato vegetal y se ha colocado el acebuche", informó uno de los operarios, que da por hecho que en "dos o tres meses" le saldrán los primeros brotes. Un técnico de la Junta de Andalucía aportó otro dato. Con anterioridad a la poda, el ejemplar pesaba unos 7.000 kilos, pero para efectuar el traslado ha sido necesario prescindir de su frondosa copa. "Se podó la parte área del acebuche y se cubrió el cepellón con una capa de escayola para poder trasplantarlo", señaló.

"Lo que hace falta es que agarre", comentó un ciudadano a su paso por el callejón. Los operarios están convencidos de que así sucederá: "Es un árbol muy duro y fuerte que apenas precisa de mantenimiento. Con regarlo es suficiente. Hay garantías de que agarrará".

"Éste es un árbol muy bonito. Lo que pasa es que yo, desde pequeño, estaba acostumbrado a ver aquí al drago, y habrá que acostumbrarse ahora al acebuche. Éste es el precio que hay que pagar por no conservar las cosas...", reflexionó en voz alta un gaditano, que antes de proseguir su camino compartió otra enunciación: "Menos mal que han eliminado ya la hiedra que envolvía al drago que está en el solar de la antigua Escuela de Enfermería, porque si no, se habría muerto. Ha tenido que morir éste para que los políticos se acuerden de ese otro".

Nina, vecina de la cercana calle Zorrilla, detuvo su carro de la compra cuando divisó el ejemplar y emitió una leve sonrisa. "Me alegro de que lo hayan replantado, porque ¿es el mismo, no? ¿Es el drago?", preguntó confundida la señora que, tras conocer que era un olivo silvestre, aseveró: "Éste está muy bien también, es bonito. Y cuando le salgan las ramas, más bonito va a estar". "A ver si no se cae ahora el de al lado, que ya también tiene sus años", dijo refiriéndose a la enderezada araucaria, que vuelve a estar acompañada.

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